Capítulo 30 • Si él supiera...

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Chris bajó las escaleras hasta uno de los pasadizos que la mansión de Cho ocultaba. Se había prometido encontrar algo que fuera de ayuda para el muchachito. Ya después lo dejaría a su consideración, aunque aquello iba a ser difícil, les podría costar la vida a cada guardia, y obviamente, a Cho no le sería difícil encontrar a otros que hicieran el trabajo.

— ¿Hacia dónde va esta puerta?— Preguntó al guardia que rondaba por el pasillo. 

— Es otra entrada al consultorio del doctor Ling. 

Chris empujó la puerta, dando directamente al lugar donde solía curar a quien estuviera herido, claro, regularmente sólo a aquellos que de verdad tuvieran salvación. 

Ling estaba colocándose su saco. Al parecer su visita había terminado. 

— Hola doctor. 

— Hola Chris,— el hombre lo miró con simpatía, nunca se había portado déspota con ningún guardia, ni con Bonnie.— ¿Cómo va esa cicatriz en el hombro?

— Mejor. ¿Ya se va? 

— Sí. Sólo vine a ver a Kyuhyun.

El guardia echó un vistazo a todos los sitios posibles del consultorio, en total habían tres puertas, una hacia la salida de la casa, otra que guiaba al pasillo polvoriento y la que daba a los pasillos de la planta baja. 

Ling tomó su maletín y se dirigió a la salida. 

— Lo acompaño, doctor. — Chris se ofreció rápidamente. Ling nunca había tenido problemas al salir y al entrar en la mansión. 

— Gracias. 

Camino con Ling, y sin embargo...

En la puerta no había nadie, ninguna señal de algún guardia. 

Estaba sólo, el auto del doctor se hallaba estacionado, las cercas de madera estaban aún a varios metros de ahí, seguido se hallaba esa tétrica zona boscosa donde solía ir Kyuhyun, y a continuación terminaba el terreno perteneciente a los Cho. 

— Doctor Ling. — Comenzó atrayendo la atención del doctor.—Usted lleva muchos años trabajando para Cho, su esposa y ahora su hijo. Sin embargo, y si permite quisiera preguntarle. ¿Nunca hay guardias aquí? 

Ling soltó una risa sarcástica.

— Los guardias son para los Cho, muchacho. No para los que le cuidan y procuran. — Dicho aquello subió a su auto, dejando a Chris con una amplia sonrisa de victoria. 

•••

— Hay dos puertas que van al consultorio. No hay guardias en la tercera.— Susurró Chris mientras iba por su café del diario a la cocina. Bonnie lo miró seriamente y puso los ojos en blanco. 

— Y JongHoon va a salir a la plena luz del sol. — mencionó sarcástica.—No podemos confiarnos tanto. 

Era un suicidio lo que estaban haciendo. Pero Chris no estaba seguro de que aquello fallara. 

— Puedo intentar hacer algo para que alguna noche no haya nadie de aquel lado del terreno. 

— ¿Este plan es seguro?

— Claro, ya lo repasé varias veces. 

— Bien.— asintió la mujer.— Pero entre más rápido sea, mejor. 

Bonnie salió de la cocina, subió las escaleras hasta el cuarto dónde descansaba ahora JongHoon. Kyuhyun estaba en su despacho con unas personas que más tarde harían uso del salón, así que podía comentarle muy poco a JongHoon.

Diario de un Creyente (KyuSung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora