Capítulo 27 • Heridas

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Una sonrisa alegre, angelical y amorosa. El beso sobre su frente como una tierna señal de gratitud y el evidente amor maternal. JongHoon sintió una fuerte emoción llenando su corazón. 

Te extrañé tanto. — Dijo con un hilo de voz. Su madre lo soltó y la miró alejándose. Poco a poco ella desapareció, Jong sintió una enorme tristeza y del mismo modo, abrió los ojos. 

Estaba en la cama de Cho Kyuhyun, desnudo, con la sábana hasta el cuello y una terrible incomodidad en la cadera que decidió ignorar. 

Recordó el sueño y nuevamente sintió unas horribles ganas de llorar. Se incorporó y miró la habitación vacía. 

Placer, y decepción, era espantoso vivir el segundo paso. Pero tal y como se lo había planteado, ahora podía intentar retomar el plan de huida. 

Recogió su ropa y caminó hacia el baño. 

El espejo lo recibió con una trágica imagen. Estaba pálido, marcado por todas partes del cuerpo con los indicios de haber pasado la noche entre las sábanas con Kyuhyun, tenía ojeras e incluso sintió que sus labios no tenían un color agradable. Se sentía muy mal, haber soñado con su madre no había ayudado en nada. 

— Mamá… — Susurró despacio, y cediendo casi inmediatamente al llanto. 

Se sentó sobre el suelo del baño, en posición fetal, abrazando sus rodillas y ocultándose de todo. 

Eres un idiota. 
Cediste al hombre que te compró. Te atreviste a olvidar por un sucio momento a tu familia. Cediste tu cuerpo, tu valentía y tu carácter. 
Cobarde.
Si no hubieras salido de casa…

JongHoon sollozó dolido y decepcionado de él mismo. Odiaba todo lo que había hecho y pensado en hacer. Sí, su corazón estaba ya muy perdido por el prohibido castaño. Y eso también lo odiaba.

Detestaba estar ahí. Extrañaba su casa, su familia. Le dolía recordar a Donghae, sufriendo de esa manera. No lo merecía. Él era un amigo sin igual, y su fin fue muy injusto.

— ¿A quién puedo engañar? Yo no puedo huir de aquí… No podría. 

JongHoon pensó en Dios. En orar un momento con la esperanza de un milagro.

No… Ya no creo en ti. La gente desaparece, sufre y muere injustamente. Les das el poder a personas malas, gente que daña mujeres, que abusa de niños inocentes. No impides la guerra ni los avances que hay a favor de ella. Te pedí tantas veces… Por la salud de mi madre, por mi hermano. 
Te pedí ayuda cuando llegué aquí. Te he pedido que me ayudes a volver y… No hay respuesta porque sencillamente no estás ahí. No hay nada

JongHoon miró todo a su alrededor. Un baño tan lujoso no valía nada. Cho Kyuhyun tampoco era tan importante, ni importa lo que dijera, algún día encontraría a alguien nuevo y a él lo haría a un lado. Chris moriría algún día por salvar la vida de Cho. 

Bonnie tenía sus asuntos. 

Todo era una pérdida de tiempo, un algo simple, sin sentido y gris. 
JongHoon se levantó del suelo. Se vistió y salió del baño rumbo a su habitación. 

En la puerta estaba Bonnie. 
— Acabo de dejarte el desayuno. ¿Estás bien?

Jong no contestó, le sonrió dulcemente y entró a la habitación.

Los pasos de Bonnie se hicieron lejanos. 

Miró el desayuno, y lo apartó. Melo estaba dormida. 
Por ese instante el aprecio que le había tomado a su mascota también se desvaneció. 

Diario de un Creyente (KyuSung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora