Capítulo 7 • Creer

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— Espero que te guste. Bonnie lo hizo especialmente para ti. 

JongHoon probó un trozo del pastel que yacía sobre su plato. El sabor dulce y ligeramente amargo del chocolate derretido impregnó sus papilas gustativas. 

Hacía mucho tiempo que no comía pastel de chocolate, en verdad, mucho tiempo. Los gastos en su casa no daban para cumplir ese tipo de caprichos. 

— Se lo agradezco mucho. — Dijo dirigiéndose a la señora Bonnie. 

El comedor era una mesa muy larga, casi como la de esos castillos de la edad media que describen en los cuentos. Qué Kyuhyun lo hubiese invitado a cenar lo había tomado por sorpresa. Pero si algo tenía claro era que estar ahí significaba una sola cosa: Obedecer. 

— JongHoon, a partir de mañana podrás andar por la casa. — El pelinegro pasó otro trozo de pastel y miró fijamente al castaño. ¿Había oído bien?

— ¿Ya no estaré encerrado en la habitación? 

— Podrás estar en los jardines, y usar la biblioteca que se encuentra justo en el tercer piso. Sin embargo no estarás solo. 

— ¿A qué se refiere? 

— Ya lo sabrás. — Kyuhyun dejó de lado el plato y se puso de pie. Caminó hacia donde se hallaba el pelinegro y posó una de sus fuertes manos sobre el hombro del chico.— Sé que no te gusta estar aquí. Pero si yo fuera tu me acostumbraría al giro que está teniendo tu vida...— JongHoon levantó la mirada hacia él, y su sonrojo creció cual chico asustado cuando Cho le acarició el rostro.— Créeme, todo estará bien. 

Kyuhyun se fue. JongHoon sólo pudo pensar en una cosa. 

Sí un momento de libertad había costado que él lo tocara de esa forma tan íntima, entonces cómo se cobraría por dejarlo pasearse por la inmensidad de esa casa. 
No tenía caso desentenderse, era obvio lo que querría después. 

Jong captó que llevaba minutos dandole vueltas al asunto cuando Bonnie se paró frente a él.

— ¿Qué ocurre? ¿No te gustó? — Negó inmediatamente.

— Está delicioso. Pero la verdad se me ha quitado el apetito. 

♦♦♦♦

Dentro de su habitación, JongHoon se hallaba colocándose algo cómodo para ir dormir, curiosamente no sentía el frío que últimamente había hecho donde fuera que se encontrara. 

Una extraño ráfaga de calor golpeó la piel desnuda de su espalda, dos manos fuertes lo tomaron por los hombros. JongHoon giró el rostro encontrándose con Kyuhyun detrás suyo, mirándolo con esos ojos voraces y los tentadores labios tan cerca de su rostro. 

Sus cálidos dedos se deslizaron por la piel del chico hasta su cintura, esos brazos lo redearon para luego pegarlo contra la anatomía contraria. JongHoon jadeó cuando su cuerpo pegó a aquel tibio hombre que lo acunaba entre sus brazos, emanando el sensual calor de su aliento contra sus labios, cada vez más, y más cerca… 

¡No!

JongHoon abrió los ojos de golpe, asustado por la osada traición de su propia mente. Y por lo que vio a través del edredón, también de sus hormonas. 

¡Genial! Había tenido un sueño erótico con el tipo que lo tenía ahí contra su voluntad, y ahora tenía una firme erección entre las piernas. 

Escuchó un intento por abrir la puerta, sus nervios saltaron por todo lo alto, sus sentidos colapsaron. Y se giró boca abajo con las cobijas hasta la cabeza. 

Diario de un Creyente (KyuSung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora