capitulo 36

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El aire en la sala de repente se volvió delgado, y Li Zekun se puso de pie. Miró a Tao Ran, y no pudo ser capaz de imaginar lo mal que lo había pasado.
Las venas azules de su frente comenzaron a saltar, reflejando la apariencia de una enorme ira.
Empujó la puerta de la sala y se dirigió al pasillo para descargar toda su frustración con un bote de basura. Las yemas de los dedos de Li Zekun estaban temblando, y después de pensarlo un poco más, sacó su teléfono celular y marcó rápidamente un número.
—¿Li Zekun? ¿Ya pensaste de qué manera puedes hacerme feliz?
La voz de Qiao Ming vino del lado opuesto del auricular.
—Qiao Ming, sé que sabes lo que hizo tu estúpido hermanito. ¡Te prometo que cuando vea a esa pequeña bestia lo voy a matar!
Qiao Ming estaba un poco confundido.
—¿Qué hizo?
Li Zekun inhalo profundamente, pero todavía estaba furioso.
—Está en el centro de detención. Nos transfirieron al departamento 301 de Atención Ciudadana. ¿Tú qué crees que pasó? ¿¡Crees que la ley va a estar a su favor!?
Qiao Ming no tiene una excusa para justificar a Qiao Ye, pero no reconocerá la culpa de su propio hermano frente a su enemigo.
—Entonces voy a ir a verlo... ¿No puedes...? ¿No presentar cargos?
La ira de Li Zekun se extendió en su corazón al igual que un fuego violento, pero no puede desahogarse a insultos frente a la puerta de Tao Ran.
—¿Por qué haría tal cosa?
El tono de Qiao Ming también es frío.
—¿Será que debo recordarte el motivo por el que me buscaste en primer lugar? Estoy en Hong Kong ahora, el viento en medio de la montaña es particularmente fuerte... Y tengo una botella llena de cenizas, ansiosas por ser arrojadas para desaparecer.
Li Zekun guardó silencio de repente, y en esa ocasión solo pudo escuchar el débil zumbido electromagnético del teléfono celular.
—Pero comparto tu idea... Si un niño cometió un error, debe ser castigado. Volveré mañana. Cuando te lo pida, debes estar allí para tenderme una mano. ¿Está bien? —Qiao Ming soltó un último suspiro—. ¿Qué tal el otro favor?
Li Zekun se sorprendió. Volteo la cara a la pared.
—Estuve en contacto con un par de oficiales ayer... Los archivos deberían estar listos en unas cuantas semanas.
—Estaba seguro de que podía confiar en ti. —Sonrió Qiao Ming—. Voy a colgar.
Li Zekun colgó también, y miró su celular sobre la palma de su mano. Se sofocó sin que pudiera hacer algo para evitarlo:
—No tengo otra opción... Lo lamento... Cheng Xia.
Li Zekun regresó a la sala de cuidados y vio al chofer Wang, mirando a Tao Ran como si estuviera experimentando el dolor más grande del mundo. Abrió la ventana de la sala y respiró hondo otra vez, luego se dirigió de regreso a la cama de Tao Ran y le ayudó gentilmente colocando en una buena posición sus cánulas nasales para que pudiera seguir respirando correctamente.
Él ha estado intentando reparar su corazón por sí mismo, sin decir nada, sin esperar más que un simple descanso final. Li Zekun se repitió a sí mismo una y otra vez que no había hecho nada malo la última vez que lo tuvo cerca... Pero la prueba de su pecado estaba allí, tendido en frente suyo. El corazón de Li Zekun duele tanto como el día en que perdió a Cheng. Sus suspiros dolorosos no son suaves, y vienen acompañados de una inmensa oleada de temblores espantosos. Vio a Cheng Xia acostado en una cama de hospital hace cuatro años, tan indefenso como ahora lo está Tao. ¡Dios! ¡Le duele demasiado!
Li Zekun frotó suavemente la cara de Tao Ran. Una y otra vez hasta que comenzó a sentirse incómodo. No tenía ninguna resistencia que mostrarle al niño. No podía evitar sentirse angustiado, temeroso y profundamente idiota. Lo recuerda, durmiendo en sus brazos, suave y gentil... ¿Por qué fue destrozado de esta manera? ¿Qué fue lo que lo comenzó?
—Señor, va a estar bien... Por favor, no llore.
Li Zekun se limpió la cara con la palma de la mano y notó que sus dedos estaban extrañamente húmedos. No sabía cuándo había comenzado a llorar. Li Zekun tenía un gran dolor dentro de él y finalmente, se dio cuenta de que no podía escapar de la verdad.
✤✤✤✤✤✤
Tao Ran volvió en si al mediodía, abrió los ojos y no se movió. Estuvo en silencio por un rato. Si existiera opción, él realmente no despertaría otra vez. El dolor físico que fue colocado en él por Qiao Ye, los pensamientos tristes depositados encima suyo por Li Zekun, todo había conseguido arruinarlo tan profundamente que creía no tener solución.
Li Zekun había estado sentado junto a Tao Ran todo el tiempo. Pronto descubrió que Tao ya se había despertado.
—¿Cómo te sientes? ¿Estás incomodo en alguna parte?
Los ojos de Tao Ran finalmente se posaron en el cuerpo de Li Zekun, pero no hubo fluctuaciones en absoluto. Abrió la boca y con la voz quebrada dijo:
—Me resistí... Lo juro...
—Lo sé... Aunque no te hubieras resistido, no te culparía. —Li Zekun extendió la mano y trató de tocar las huellas de color azul en la cara de Tao Ran, pero el niño rápidamente escapó. Li Zekun hizo caso omiso de la resistencia de Tao Ran y extendió los brazos a su alrededor—. Está bien... No voy a hacerte nada.
—Solo... Quiero pedirte una cosa, y tienes que contestar con sí o no...
Tao Ran está sumamente frágil y su tono de súplica le hace parecer como si estuviera a nada de romperse. Li Zekun cometió otro grave error:
—Bueno, puedes preguntarme lo que sea.
—Las fotos... ¿Tiene eso algo que ver contigo?
Tao Ran espera que el responsable sea Qiao Ming e incluso espera que sea alguna clase de venganza del hombre que fue golpeado por Qiao Ye en el club nocturno... Todo estará bien, puede continuar, puede olvidarlo todo... Siempre y cuando diga que no.
—Sí...
Tao Ran estaba a punto de comenzar a llorar.
—Pero no es lo que piensas...
Li Zekun estaba un poco confundido como para explicarle correctamente. De todas maneras, fue interrumpido por Tao Ran.
—Me duele la cabeza... ¿Puedes dejarme solo? ¿Por favor?
Li Zekun no puede decir que no, pero le sostiene las manos antes de salir.
—Voy a estar afuera. ¿De acuerdo?
Ran cerró los ojos, su corazón estaba sacudiéndose con locura. Sabe que a Li Zekun no le importa lo que le pase, porque el hombre se preocupa por sí mismo. Su actitud débil es solo porque se siente culpable y nada más.
Está absolutamente solo, y ya no tiene nada.

Nadie se vuelve a encontrar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora