capitulo 53

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Qiao Ming sacudió lentamente su cabeza, y el viento envío directamente unas cuantas gotas de lluvia para mojar sus pantalones. Qiao Ming se quedó allí, de repente se sintió un poco indefenso e incómodo. Vio a Qiao Ye durante mucho tiempo antes de escupir unas pocas palabras.
—Eres realmente fascinante.
Los ojos de Qiao Ming se clavaron en los de Qiao Ye, la lluvia cubrió rápidamente su voz. Nadie se atrevió a decir nada, las personas que trabajaban para ellos terminaron por retroceder. Al parecer era una atmósfera demasiado pesada como para que pudieran soportarlo.
—Entonces cuando venga Li Zekun, tendrás que enfrentarlo sin ayuda.
Qiao Ming se dio la vuelta y se fue, y la persona detrás de él rápidamente apoyó el paraguas sobre su cabeza.
—¿Yo? ¡Deberías pensar con cuidado sobre eso! —gritó Qiao Ye, quién tenía la cara goteando debido al golpe de la lluvia. Cualquiera podía ver a través de su expresión angustiada. Los pasos de Qiao Ming no se detuvieron, pero la leve voz a sus espaldas había sido suficiente como para que el empleado que estaba a su lado, dijera:
—Escúchalo. No ha dejado de verse aturdido...
Qiao Ming se cambió de ropa. La mesa ya estaba preparada, una comida muy sencilla. Después de que terminó de comer, lo pensó y preguntó:
—¿Qué pasa con Ye?
—Llevó a esa persona al dormitorio y llamó a dos médicos para que lo revisaran.
Feng Shu frunció el ceño. Estaba muy insatisfecho con el enfoque que tenía Qiao Ye.
Qiao Ming no dijo nada, pero aparentemente estaba pensando en una idea.
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Tao Ran todavía no ha despertado, pero el médico no dijo nada. Puede ser que se deba a la pobre alimentación de los últimos días. Qiao Ye tomó una toalla caliente y le secó la cara con cuidado. Se sentó en la cama y lo miró durante mucho tiempo.
—Soy lo suficientemente estúpido como para quererte —susurró Qiao Ye, pero no se contuvo y tocó delicadamente el cabello de Tao Ran.
La primera vez que lo vio fue el inicio de un arrasador despertar... Al verlo llegar, su piel era muy blanca. Sus pupilas negras eran tan claras e inocentes como el agua helada, y corría a su alrededor como un conejo blanco. Pero no le gusta porque se ve bien. A Qiao Ye le gusta porque hace las cosas con cuidado y paciencia. Le gusta que se concentre sin importar lo que la gente diga, le gusta por la encantadora flor que le compró, por la manera en la que habla.
En los días de escuela, le encantaba tanto.
Qiao Ye estaba tendido junto a Tao Ran para cuando lo sostuvo entre sus brazos. Su cuerpo se contrajo ligeramente y lo apretó entonces con mucha fuerza. No quería lastimar a Tao Ran otra vez, pero parecía no poder evitarlo. Ese día, después de enviar a Tao Ran al hospital, descubrió que todo se había congelado. Tao Ran estaba acostado en la cama del hospital con la cara pálida. Los ojos húmedos y sus pestañas repletas de lágrimas. No pudo soportarlo a primera vista. Qiao Ye arrojó su camiseta escolar que tenía un poco de sangre en las mangas, y se quedó allí por tres o cuatro noches porque no se atrevía a tocarla ni a mirarla.
En el pasado, forzó sus propios sentimientos hasta llevarlos a la ira. Ahora parece que finalmente puede hacerse cargo de lo que siente, y emprender un papel de protección.
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Li Zekun nunca pudo contactar a Chu Jiangyuan. Descubrió que siempre que llamaba, el celular estaba apagado, y ahora no hay mucho tiempo como para intentarlo otra vez. Definitivamente el hombre no le servirá para ayudarlo en su plan.
Li Zekun miró el documento de Chu Jiangyuan durante mucho rato, lo pensó durante unas horas y lo puso en su portafolio. No tenía más opción que ir a ver personalmente a Qiao Ming. Sin embargo, realmente no está muy seguro. La sangre de Qiao Ming es muy pesada. Li Zekun lo pensó otro poco, e incluso regresó al apartamento que compartía con Cheng Xia. Intentaba que su recuerdo le diera fuerzas, que le dijera cual era la mejor opción.
Muchas de las fotos y ropa de Cheng Xia que no habían sido empacadas con anticipación, fueron quemadas por Li Zhiqi. Li Zekun realmente sintió que su padre estaba arrepentido por lo ocurrido con él. Sin embargo, dijo que no le traería nada bueno aferrarse a sus pertenencias... Y como resultado, no pudo ver las cosas antes de irse, tampoco al regresar.
Los objetos que dejó Cheng Xia son solamente un CD, y muchos posters viejos. Es Li Zekun quién una vez comenzó a empacar todo en una caja de zapatos, sin embargo, nunca terminó de hacerlo. Ahora no recordaba las excusas que se daba a sí mismo para detenerse.
Después de más de tres meses, finalmente va a celebrarse el festival del fin de verano. En el pasado, pensaba que sería realmente agradable traer su cuerpo de regreso para la festividad... En cuanto a Tao Ran, Li Zekun siente que los recuerdos solo le han provocado no querer verlo más. Por lo general, incluso se sentía tranquilo y sobrio cuando no lo tenía cerca. No entiende cómo lidiar con los sentimientos que le desata. Cada vez que lo contemplaba, pensaba que lo habían derrotado, dándole unas ganas inmensas de querer abrazarlo. Li Zekun sintió que era ridículo por un momento, y volvió a recordar su situación.
Li Zekun tenía un dolor horrendo de cabeza. No sabía si Qiao Ming lo había hecho a propósito. Pedirle lo que era más difícil de conseguir. Jugar con todos sus sistemas para luego destrozarlo.
Abre el documento secreto nuevamente.
En el tercer día después de eso, Qiao Ming finalmente se contactó con Li Zekun y le envió una dirección de un almacén suburbano mediante un mensaje de texto. Li Zekun, en cambio, le dio a Qiao Ming una llamada.
—Voy a tratar la situación legal de Ye, así que... Tao Ran, tráemelo de vuelta.
Qiao Ming sonrió y prometió:
—Cuando vengas, te dejaré verlo.
Li Zekun suspiró por un largo rato.
—Llegaré allí a las nueve de la noche. Si me lo das, te prometo que nunca tomaré represalias.
—Claro, claro. Cuenta con eso.
Li Zekun cuelga el teléfono, y su estado de ánimo se vuelve algo inestable. Tiene un presentimiento un poco molesto. Al final, calmó sus emociones y llamó a Song Yu para preguntarle si tenía tiempo para salir con él. Este tipo de cosas es mejor manejarlas con cuidado y cuando tienes un grupo tan reducido de amigos, es necesario encontrar al mejor. Alguien con quién pueda hablar y quejarse de sus desgracias.
Song Yu fue realmente despectivo y lo aceptó sin preguntarle demasiado. También le escribió algunas cosas básicas sobre el asunto como:
—Cuando lo recuperes… ¿Dónde va a vivir?
—Eso no es importante.
—Bueno, darle a alguien un lindo lugar para vivir siempre es importante. Oye… ¿Y qué tal si se queda con mi papá? Cuando el anciano está en casa, le gusta jugar al ajedrez. En su momento, jugaba muy bien con Cheng Xia.
Li Zekun sentía el corazón en la boca y un dolor de cabeza todavía más grande. Cuando pensó en esa casa, solo sintió que sería algo demasiado frío y húmedo para el niño. Dijo después de un momento de silencio:
—La casa es muy grande, voy a dejarlo vivir conmigo.
Song Yu se sorprendió.
—¿Estás loco? No le hará ningún bien a tu corazón. A la gente no le importa, pero debes tener un nuevo amor. Debes dejar los viejos sentimientos, lo que te recuerde a Xia... Para darle paso a lo nuevo. ¿O no?
Li Zekun se quedó sin palabras. Que le dijera que dejara ir a Tao Ran, solo provocó que el terrible presentimiento se asentara todavía más en su corazón ya de por sí destruido.
Cuando estaba en el hospital, pensó que traería de vuelta a Cheng Xia y luego la pasarían bien.
Li Zekun no quiere admitir que el corazón humano es voluble, menos cuando Tao Ran ya está en lo más profundo de su mente.

Nadie se vuelve a encontrar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora