capitulo 30

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La cabeza de Tao Ran continúa doliendo por la noche, y se queda dormido entrando la madrugada. A la mañana siguiente, parecía continuar luchando con sus pensamientos pesados, sus ojos estaban particularmente oscuros. No podía levantar su ánimo. Piensa que no es de extrañar que los maestros de la preparatoria luchen constantemente contra el amor prematuro como si se tratara de una bestia terrible.
La inquietud del amor es poderosa y te hace daño.
Qiao Ye no va a clases durante un tiempo, y Tao Ran se encuentra entonces un poco preocupado por él. Teme que se metiera en problemas por la pelea de ese día. Pero no importa lo que haga, no puede ponerse en contacto con Ye. Tampoco quiere cargarse de más problemas, así que intenta no pensar demasiado.
Los exámenes mensuales fueron evaluados por el director de la escuela, las calificaciones fueron anunciadas muy rápido y solo dos días después, le dicen que puede probar para la Universidad Normal de Beijing si aprueba el examen de cálculo.
El día de la prueba, Tao Ran presionó un pequeño pedacito de papel debajo de su brazo y miró las fórmulas matemáticas que había anotado con una letra verdaderamente diminuta. ¡Estaba tan desesperado! Temía que Li Zekun se decepcionara de él.
Realmente... Realmente no quería ser abandonado de nuevo.
✤✤✤✤✤✤
Li Zekun no se había comunicado con Tao Ran durante los días siguientes, y Tao no se atrevió a llamarlo. Qiao Ye no vino ese día tampoco, y en la tarde, el propio Tao Ran no estaba dispuesto a moverse de su habitación para ir a comer ni para hacer ninguna otra cosa. Su estómago no se encuentra del todo bien. Últimamente está muy débil y se siente extrañamente enfermo. Es bastante molesto.
Cuando Qiao Ye regresó el sábado por la mañana, todo su cuerpo parecía tener la apariencia de un perro que había sido pateado.
—¿Qué pasa?
Tao Ran ya sabía lo inofensivo que podía ser Qiao Ye, y le abrazó de los hombros.
—... Mi abuelo está gravemente enfermo y tuvieron que hospitalizarlo.
—Entonces, no tenías que regresar tan pronto. Yo voy a tomar notas para ti.
Qiao Ye de pronto estaba enojado, justo igual que un niño malcriado.
—¡Compré el boleto para ir, pero mi hermano no me deja salir de Beijing! ¿¡Por qué no puede dejarme ir!?
Esta vez, Tao Ran no pudo consolarle. Los asuntos familiares de la gente siempre han sido un terreno desconocido para él.
—Luego me fui de casa, cinco días... —Qiao Ye estaba avergonzado al decir—: Entonces te extrañé tanto que tuve que volver...
Tao Ran giró su rostro, sus orejas se sentían calientes y los ojos de Qiao, que seguían fijos en él, estaban logrando hacerle sentir absolutamente avergonzado.
—Mírame. —Qiao Ye, sin pensarlo demasiado, le sujetó de la cara y lo aproximó lo suficiente como para reparar en cada una de las líneas en su piel—. ¿Por qué estás tan delgado?
—¿Tú crees que lo estoy? —Tao Ran se separó de inmediato de la mano de Qiao Ye—. Seguramente es porque estoy estresado.
—¿Vas muy mal?
—¡He hecho ciento treinta cálculos en dos días! ¡Pregúntame cuántas de esas fueron correctas!
—Eres demasiado estúpido, es normal.
Tao Ran sonrió.
—No sé por qué estaba preocupado por ti, puedes irte de nuevo cuando quieras.
El estado de ánimo de Qiao Ye se veía mucho mejor. Sonrió y tocó, una vez más, delicadamente la mejilla de Tao Ran.
—Dijiste algo encantador, así que te enseñaré a resolver los problemas de matemáticas más tarde.
—Pero si tú eres el encantador.
Tao Ran también podía burlarse de la gente. Después de todo, las personas de edad similar pueden jugar muy bien juntos.
Qiao Ye fue muy comprensivo con Tao Ran. Pensó durante mucho tiempo en sus propias palabras y luego asintió lentamente.
—Entonces serás mi alumno.
Qiao Ye estuvo muy feliz durante las horas siguientes, y salió a comer con él al mediodía. En ese momento, Tao Ran olvidó a Li Zekun por... Siete u ocho minutos. Tao Ran no deja de sentir que su corazón se ha vuelto inesperadamente más pequeño y, sin embargo, todavía piensa que, si puede terminar la escuela, tanto Zekun como él estarán satisfechos.
Cuando llegó a casa, al abrir la puerta, Tao Ran se quedó atónito mirando al hombre sentado en el sofá de la sala de estar. Pensó que era su propia ilusión. Definitivamente no esperaba que Li Zekun regresara tan pronto. Después de un largo tiempo, Tao Ran reaccionó y cerró la puerta tras de él.
Li Zekun se sobresaltó al escuchar el sonido provocado por Tao. Parecía cansado y tenía los ojos inyectados en sangre.
—... Li Zekun.
Tao Ran lo saludó primero.
Li Zekun miró a Tao Ran desde la parte inferior de su cuerpo hasta su cara. No había expresión en él.
—Estás muy flaco.
Tao Ran tenía el mismo temperamento hiperactivo de siempre y quería unirse a él y envolverlo en un abrazo... Pero no se atrevió a moverse. Su espíritu valiente salió por la ventana, y no supo que otra cosa hacer, además de mirarlo fijamente también. Estaba enfundado en un traje costoso, pero la corbata se encontraba tirada a sus pies.
—Li Zekun, ¿vas a salir?
—Hay una fiesta esta noche, vendrá mucha gente... Voy a llevarte allí.
Li Zekun observó a Tao Ran acercarse y se permitió acariciar todo el largo de la espalda de Tao Ran.
—Yo... No puedo hacerlo.
Tao Ran estaba un poco asustado. Desde la reunión con Qiao Ye en el día de su cumpleaños, no quería ir a algún lugar extraño que además estuviera repleto de gente. No se atrevió a pensar en ser parte de todo eso y rápidamente perdió la compostura frente a Li Zekun.
Li Zekun tomó a Tao Ran y lo abrazó para que se sentara en su regazo.
—Estás muy ligero. —Li Zekun besó la boca de Tao Ran casi tantas veces como respiraba—. ¿No comer es alguna clase de protesta?
Los ojos de Tao Ran estaban repletos en lágrimas, e inclinó la cabeza para dejar que lo sostuviera mejor. Li Zekun acomodó sus dedos gigantes en su abdomen, y le recorrió para dejar un camino de fuego caliente que le abrazó la cintura a Tao Ran como si fuera un cinturón. Le miró con atención.
—En el futuro… ¿Me vas a hacer caso?
Tao Ran lo besó en el ojo derecho, y luego besó su mejilla y su frente también.
—Ya no te enfadaré más.
—Tienes que ser muy obediente conmigo, ¿de acuerdo? Muy, muy obediente.
Tao Ran cerro sus ojos y se puso completamente en los brazos de Li Zekun. De repente recordó algo y dijo con una emoción gigante:
—¡Entré en el top ten! ¡Si apruebo cálculo puedo tomar la prueba para la Universidad Normal! Y... ¡Y luego puedo estar contigo todo el tiempo...!
Li Zekun apretó la mano de Tao Ran de repente, la voz del niño le había ocasionado temblar con fuerza. Tan arrepentido, tan inestable. Li Zekun miró los ojos de Tao Ran, eran muy gentiles, pero también parecían haberse contagiado de su tristeza. Extendió la mano y tocó el cabello de Tao Ran. Lo elogió de verdad.
—Estoy esperando por eso.

Nadie se vuelve a encontrar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora