capitulo 61

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Li Zekun llevó a Cheng Xia a la suite que había comprado previamente para Tao Ran. Cheng Xia se pegó a Li Zekun y se negó a irse de allí. El hombre aceptó entonces que Cheng Xia sostuviera su mano hasta llegar al piso de arriba. Cuando se volvió hacia la puerta, casualmente le hizo la misma pregunta.
—¿Cómo te hiciste esa herida en el cuello?
Cheng Xia se mordió los labios y susurró:
—No tiene importancia ahora. —Inmediatamente después, carraspeó la garganta—. Me duele. ¿Podemos entrar?
Li Zekun suspiró suavemente y sostuvo a Cheng Xia hasta llevarlo al sofá.
—¿Por qué estás actuando de esa manera? Tan mimado...
Zekun le sostuvo delicadamente entre sus brazos, y con la boca le remarcó la línea que todavía palpitaba en su cuello. Su boca no había cambiado, pero cuando elevó los ojos, descubrió que tenía una expresión que nunca le mostró a él.
—Cuando estabas fuera, pensé por mucho tiempo... En las palabras que te diría al tenerte otra vez. Intenté convencerme a mí mismo de no pensar demasiado en ti, pensé que nunca ibas a perdonarme. —Cheng Xia le miró furtivamente. No quería ser demasiado orgulloso, pero no podía evitarlo—. Pero, mi corazón nunca dejó de doler por ti. Nunca pude ser realmente indiferente. Recuerdo que me dije a mí mismo, después de enterrar las cenizas de Xia, en lugar de irme con él y si todavía me acepta, me gustaría probar lo que es el amor otra vez. Con Tao Ran. Yo prometo no tratarte como a Xia, porque me gustas mucho Tao. —Li Zekun tomó a Cheng Xia, lo estrechó y le susurró a la oreja—: Gracias, por hacer que me diera cuenta.
Cheng Xia siente que todo su cuerpo está frío. En la primera mitad del año, vivió como la sombra de alguien más y ahora que está de vuelta, este hombre le dice a la cara que le gusta Tao Ran. ¿Por qué? ¿Por qué está diciendo esas cosas ahora? ¿Por qué no puede ver que lo está lastimando terriblemente? Está… tan… Tan triste. Li Zekun quiere comenzar una nueva vida, está trabajando duro por... Olvidar la existencia de Cheng Xia y quedarse con todo lo que representa Tao Ran.
Li Zekun vio que algo estaba mal con el niño. Pensó que tal vez mencionar a Cheng Xia lo había puesto triste, así que lo abrazó. Le acarició la espalda y dijo:
—Esas cenizas, eran mi asunto pendiente. Ahora, quiero estar a tu lado. No... No puedo tener a nadie más. Quiero apoyarte.
Cheng Xia está a punto de ponerse a llorar. No lo pensó cuando dijo:
—¿Quieres...? ¿Quieres casarte conmigo?
Li Zekun estaba aturdido, pero realmente lo pensó con seriedad.
—Podemos esperar a que te gradúes de la universidad. Después de cinco años y si todavía lo quieres, lo haremos.
No es cierto, pensó Xia. Lo dice... Porque está avergonzado con Tao Ran. Lo dice para no hacerlo sentir mal. Lo dice porque siente que le debe mucho. ¡Y eso es mentira! ¡Él fue quien lo guío todo ese tiempo! ¡No le debe nada! ¡No le debe absolutamente nada!
—¿Está todo bien? —preguntó Li Zekun.
La postura de Cheng había cambiado hasta casi volverse un ovillo en el sillón. Sin embargo, dijo:
—Eso es genial. —Cheng Xia sonrió—. ¡Tao Ran debe estar verdaderamente feliz desde el lugar al que lo mandé!
Li Zekun estaba absolutamente confundido por su extraña actitud. ¿Que habían sido todas esas palabras? Cheng estaba temblando, todo su cuerpo se sentía incómodo.
—No... ¿estás feliz? —Li Zekun tomó su pequeña mano entre las suyas. Sus ojos denotaban la misma seriedad y la enorme concentración que Cheng Xia había conocido durante tantos años—. No te estoy mintiendo. Tao Ran... Quiero ser mejor para ti. Quiero… casarme contigo.
Cheng Xia respiró hondo y sacudió la cabeza lentamente. No puede decir ni una palabra. Li Zekun solo pudo alcanzar a suspirar, cansado y ligeramente deprimido. De acuerdo con su sentido común, Li Zekun supuso entonces que Tao Ran todavía tenía algo de resentimiento y una enorme cantidad de quejas en su corazón. La elección que hizo aquella vez, fue igual a renunciar a él. ¿Quién podría estar feliz después de una cosa como esa?
—Ve a tomar una ducha y ve a la cama temprano. Mañana podemos tomarnos un día libre y entonces, hablaremos de esto un poco mejor... —Li Zekun fue a la cocina para tomar el botiquín de primeros auxilios y sacar de allí desinfectante y vendas—. Ten cuidado con tu cuello, déjame ponerte una gasa para evitar que mojes la curación.
Cheng Xia sintió que su alma quería salir nuevamente y ​​de repente se sintió tan triste que no podía respirar. ¿En qué se diferenciaba esto de ser un sustituto? Dio un paso adelante hacia Li Zekun y sintió entonces, que sus dedos se movían suavemente por su cuello. Cheng Xia dijo de repente:
—Dime algo... Todo este tiempo que tuviste la caja de cenizas, ¿en realidad estuviste pensando en mí?
La mano de Li Zekun se detuvo.
—Sí... No debería haberte dejado en las manos de Qiao.
Li Zekun mintió ligeramente porque temía que Tao no estuviera contento si le decía que Cheng, todavía ocupaba la mayor parte de sus memorias. Lo dijo para hacerlo feliz, sin saber que al que tenía en frente era a él y no a Tao Ran... Cheng Xia está mirando fijamente el rostro de Li Zekun, su cuerpo es suave y las yemas de sus dedos son casi imperceptibles. Se arrepiente un poco. ¡Dios! ¡Fue tan estúpido! ¿Por qué tuvo que regresar? Al final, había pasado justo lo que tanto quería evitar. Su Zekun se había enamorado de nuevo.
Li Zekun bañó a Cheng Xia con cuidado, evitando su cuello y tomando su cabeza con demasiada delicadeza. Cheng Xia bajó la mirada y no notó cuando Li Zekun envolvió una toalla de baño grande de color coral sobre su torso. Li Zekun tomó otra toalla y repitió lo mismo con su cabello para que dejara de gotear.
—¿Qué pasa?
Cheng Xia no dijo nada, no había ninguna expresión en su rostro, pero Li Zekun pudo ver que estaba incómodo otra vez. Sacó a Cheng Xia y lo empujó a un lado de la cama, secó su pelo. Su voz era un poco ridícula al murmurar:
—¿Ahora vas a estar todo el tiempo haciendo muecas? Después de escuchar mi confesión, ¿decidiste volverte arrogante? —Naturalmente, se inclinó para besarle la mejilla—. ¿Qué hago para que me perdones?
Cheng Xia cubrió su boca con la mano.
—Esta cara... No me gusta esta cara. No quiero que me beses teniendo esta cara.
—Eres hermoso... Muy hermoso. —Li Zekun dejó de lado la toalla de baño y miró directamente a los ojos de Cheng Xia—. Cuando sonríes y me miras, eres muy bello... Me gusta tu cara, voy a besarte esa cara.
Li Zekun presionó a Cheng Xia debajo de su cuerpo y besó sus cejas y mejillas hasta que ya no pudo más. Su aliento era cálido y largo. Sus manos lo estaban protegiendo. Li Zekun besó nuevamente su cuello y con entusiasmo, levantó sus labios y le plantó un beso en la boca. Tenía frío en todo el cuerpo, pero el toque de Li Zekun lo hizo un poco más cálido.
—Oye, mírame.
Li Zekun le besó una vez más, y luego rodeó su cadera para dejarlo recostado sobre el colchón. Después de eso, bajó lentamente. Li Zekun separó las piernas de Cheng Xia y le comenzó a chupar. Cheng se curvó y soltó un grito ahogado. Su cerebro estaba débil, tampoco estaba dispuesto a pensar.
—No... ¡No hagas eso!
Li Zekun sonrió y besó ahora el muslo de Cheng Xia mientras recogía una botella de líquido lubricante que nunca había sido usada y que se encontraba en la mesa de noche. Cheng Xia se tambaleó, deseó alejarse, pero su cuerpo estaba débil. No podía siquiera levantar un dedo. A diferencia de los suaves besos y caricias, la forma en la que lo expandía era muy ruda y fuerte. Parece que no puede resistir las ansias de poseerlo por completo, y pronto las piernas de Cheng Xia se estrellan contra la cama.
Cheng Xia dejó escapar un suspiro desde su garganta, y el llanto salió desesperadamente de sus ojos ante el impacto rápido y aplastante de Li Zekun.
—No llores...
Los dedos de Cheng Xia se estrellaron contra las sábanas, había un miedo que no podía expresar. En ese momento, Li Zekun se acercó y le entregó su mano, los dos hombres se enredaron y los diez dedos se juntaron también. Al terminar, la cara de Cheng Xia estaba enrojecida y Li Zekun se encargó de limpiarle el sudor a base de besos.
Li Zekun sonrió.
—Te quiero, Tao Ran... Se siente muy bien estar dentro de ti.
Los ojos de Cheng Xia se volvieron muy fríos. No podía aceptarlo, no podía... imaginar al amor de su vida cayendo así. ¡Por un niño como Tao! Y entonces pensó, que ese seguía siendo el cuerpo de Tao Ran. Solo tenía... Que lograr que Li Zekun se sintiera incómodo y entonces dejaría de estar tan confundido. Además, esto no afectaría la imagen de Cheng Xia en absoluto. Por lo tanto, Cheng Xia se carcajeó de una manera especialmente frívola y aterradora.
—Qiao Ye también me dijo eso.

Nadie se vuelve a encontrar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora