El mundo de repente se volvió muy tranquilo, como si de un momento para otro, los problemas que cargaba hubieran desaparecido.
Las promesas y las palabras de amor, fueron todas falsas. La dulzura de aquella oración que le susurró al oído es un recuerdo doloroso. Incluso si lo anhela con todas sus fuerzas, no pudo compararse con un puñado de ceniza. Tao Ran apretó los dientes cuando aquella mano le tocó la piel. Todo su cuerpo estaba temblando porque no hay forma de controlar aquella fuerte reacción, cuando te das cuenta de que lo perdiste todo.
Qiao Ming colocó una mano bajo su barbilla y con la otra, se dedicó a hojear el delgado documento. Su expresión era tranquila, como si estuviera mirando la sección financiera en el periódico que la ama de llaves le entregaba cuando tomaba el té por las mañanas. Inesperadamente la exaltación y las ganas de llorar por lo acontecido eran inexplicables. El ambiente era muy sombrío, pero comenzaba a revelarse algo de depresión también.
Cuando pasó a la sexta página, la mano de Qiao Ming se detuvo. Qiao Ming pellizcó la hoja de papel, sobre la foto de una pulgada que mostraba a Chu Jiangyuan, cuando tenía diez años. Es mucho más pálido que el Chu del presente, y no puede ocultar el vigor y la alegría resplandeciente en sus ojos mientras porta su colorido uniforme de la academia.
—¡Qiao Ming! —gritó una voz asolada por el pánico.
Qiao Ming levantó la vista con el semblante aturdido y su cerebro en blanco. Incluso se olvidó de dónde estaba, qué estaba haciendo y qué debía hacer a continuación. Tomó la información de Chu Jiangyuan y la dobló en su mano. Caminó rígidamente, buscando a la persona que lo llamaba.
—¿Qué pasó?
En la entrada del almacén, alguien sujetaba desesperadamente el cuerpo delgado de Tao Ran. Su rostro estaba todavía brillando por las lágrimas, y su camisa azul, repleta de una infinita cantidad de sangre que le brotaba del cuello. La sangre ni siquiera era roja, sino más bien negra.
Un pedazo pequeño de porcelana estaba incrustado bajo la oreja de Tao Ran, y los ojos del niño todavía estaban abiertos.
Tao Ran no sintió dolor, incluso, finalmente tuvo cierta sensación de seguridad. Se siente cálido y suave. Lo único malo es que, a su alrededor, todo se ha puesto de pronto demasiado ruidoso y desordenado.
✤✤✤✤✤✤
En el camino de regreso, Song Yu condujo. Li Zekun miraba la caja y la sostenía como si tuviera miedo de dejarla caer. Song finalmente le preguntó:
—¿Qué pasó?
—Traje a mi pequeña luz de verano de vuelta... —Li Zekun, soltó un sonido parecido a un suspiro—. Cuatro años... Estuve cuatro años lejos de él.
Song Yu solo puede decir:
—¿Qiao Ming no te engañaría? ¿Qué tal si eso solamente es tierra?
Li Zekun negó con la cabeza.
—Cuando sostengo esta caja en mis brazos, me inunda un sentimiento que no puedo explicar. No creo que esto sea falso.
Pero... ¿Por qué es tan doloroso? Li Zekun agarró la parte superior de su cuerpo porque sentía que no podía respirar con normalidad. ¿Es este el castigo por dejar a Ran?
✤✤✤✤✤✤
La luz roja en la sala de emergencias permanece encendida durante cinco horas. Qiao Ming no apareció en el hospital, simplemente se evaporó ante los ojos de todos después de dejar al niño en la entrada. Feng Shu también asistió y preguntó detenidamente a varias personas sobre los hechos ocurridos en el almacén. Nadie sabe qué ha experimentado Qiao Ming. Lo único que se puede decir, es que nunca habían visto a Ming actuar de esta manera... Parecía que tenía una expresión muy frágil. Dijeron que los pasos de Qiao Ming fueron suaves y blandos cuando salió con la bolsa de archivos bajo el brazo. El auto se encendió y no preguntaron para dónde iba.
Feng Shu tenía un gran dolor de cabeza, y otras cosas que no podía mencionar. Cuando Qiao Ming se fue con el niño, Qiao Ye no pudo mantenerse quieto... El tío Feng era demasiado perezoso para gritarle y al final, incluso lo persuadió para que lo dejara salir. ¡Terminó contratándole un guardaespaldas! Como si la situación no fuera de por sí lo suficientemente mala.
A los empleados les tomó mucho tiempo abrir la boca, pero cuando hablaron con Ye y le contaron que el pequeño Tao Ran había sido ingresado de urgencias en el hospital, lo único que pudo preguntar fue:
—¿Qué le pasó?
✤✤✤✤✤✤
Cuando Tao Ran estaba tendido en el suelo, alguien tiró de su cabello tan vigorosamente que comenzó a lastimarlo. No es afortunado, y entiende que esas prácticas no pueden ser destinadas a salvar su vida.
Tao Ran había sacado la porcelana que llevaba oculta en el bolsillo lateral de su pantalón... Sintió las venas calientes pulsándole en el cuello. Vaciló, y de igual forma terminó haciéndolo de un solo movimiento. La resistencia de su piel es grande, pero las puntas de sus dedos ya estaban mojadas y luego, la sangre cayó y comenzó a emanar de su boca.
No tenía un genio fuerte, tampoco era intrépido o valiente. Cuando se lastimó en el hospital, le trataron los pies con anestesia, y de todos modos tuvo que cerrar los ojos y ponerse a llorar. Ahora, estaba acostado en el suelo polvoriento. En silencio.
Esperando.
✤✤✤✤✤✤
El Audi se detuvo colina abajo, Li Zekun todavía estaba inmóvil. Song Yu se bajó, rodeo el vehículo y le abrió la puerta. En la noche oscura, solo la tenue luz de la luna, el viento que mecía las flores y el murmullo de las plantas, era lo único que les hacía compañía en su silencio. Li Zekun hizo una mueca y murmuró:
—No me mires.
Pero Song Yu vio su rostro, y descubrió que estaba llorando.
Esta es la primera vez que Song Yu vio a Li Zekun llorar después de la muerte de Cheng Xia. Song Yu, se retiró dos pasos, miró para otro lado y le permitió continuar. Li Zekun y él, han sido amigos desde la infancia hasta la actualidad. Desde su punto de vista, Li Zekun fue siempre el más frío y arrogante de la fiesta. Usa un corte de cabello elegante, utiliza suéteres de señor, cuando sale a jugar es muy competitivo, le encanta mandar mensajes de texto tendido en el sofá. Es apasionado, seguro de sí mismo... ¿Cuándo se convirtió en eso?
Tal vez tenía 21 años cuando conoció a Cheng Xia. Las personas como él siempre tienen una noche caliente a principios de otoño, no le sorprendió cuando se lo llevó a un hotel. Cheng Xia fue empujado a sus brazos, era un niño muy interesante. Song Yu todavía lamenta no haberlo escuchado cantar: "En el desierto de la esperanza", aquella vez.
Más tarde, Li Zekun cambió su personalidad. Li iba siempre al supermercado a comprar todo tipo de remedios naturistas. Llevaba condimentos y verduras frescas. Utilizaba su teléfono únicamente cuando necesitaba encontrar un médico y fumaba todo el tiempo, incluso en la entrada del hospital. Entonces, Cheng Xia murió. Cuando Song Yu miró a Li Zekun esa vez, se sintió mal. Un sentimiento similar a la lastima...
Después de que se llevaron al médico agredido, Li Zekun no podía levantarse. Estaba todo el tiempo allí, tendido en la puerta de la sala de emergencias. Lloró como un niño y casi no podía hablar. El certificado de defunción fue firmado por Song Yu... Nadie le había dejado verlo.
Li Zekun puede pensar de manera diferente, y Song Yu lo ve. Incluso la identidad de Tao Ran es demasiado para poderlo asimilar. Pero ahora, volvió con las cenizas, pero no con Tao. Song entiende que eso no puede ser correcto... Y pensó si tal vez, deberían regresar.
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Nadie se vuelve a encontrar.
Genç KurguLos diez años en que más te amé "Nadie se vuelve a encontrar" Es una historia sobre reencarnación. Xia murió, pero volvió. Jiang murió, pero volvió. Las personas que tienen asuntos pendientes o murieron de forma trágica, reencarnan de esta manera s...