capitulo 48

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Qiao Ye ha estado observando a Tao Ran dormir en medio de la noche. No es estúpido. Si Li Zekun quiere encontrarlo, lo hará muy rápido porque el lugar en el que se encuentran no está oculto.
Qiao Ye entiende que es un poco complicado lograr que Ming lo cubra, y será peor si ve a Tao Ran allí con él.
Qiao Ye extendió la mano y tocó la frente de Tao Ran. Miró la suave línea de su nariz durante mucho tiempo y, de repente pensó que tal vez podía pedir la ayuda de un amigo suyo que tenía una fábrica de modificación en Yanjiao. El lugar es un almacén, está alejado y fácilmente podrían vivir en el piso superior. Ya que había ido al extranjero para estudiar, puede hacer un duplicado de su llave y entrar allí.
La pijama de Tao Ran estaba sucia y no se podía utilizar. Qiao Ye fue al armario y sacó algo de ropa para él. Las mangas de la camisa tal vez le queden un poco holgadas, pero puede utilizarla. Solo encuentra un par de pantalones deportivos de banda elástica y un único par de calcetines. Qiao Ye puso todo eso en el borde de la cama y miró el reloj de su muñeca. Eran las cinco en punto. Sorprendentemente, no estaba dispuesto a despertarle y optó por dejarlo dormir por dos horas más.
Desde la última vez en la escuela, el corazón de Qiao Ye siempre se encontraba destrozado. Si bien es cierto que odia la identidad de Tao Ran, no quiere escuchar a los demás hablar mal sobre él. Qiao Ye le ha dicho a todos en la escuela que las fotos eran editadas, pero todavía hay personas que hablan en privado sobre ello. Está realmente molesto por la situación y no puede soportarlo. Qiao Ming se mostraba muy ocupado recientemente, y siempre estaba rondando por aquí y por allá. No tenía tiempo para controlar si Ye se metía en algún nuevo problema o no. ¿Entonces para que darle tantas vueltas?
Qiao Ye entró en el baño para darse una ducha fría. Su mente se calmó lentamente en ese tiempo. Se puso la ropa cuando todavía estaba medio mojado y planeó bajar para comprar algo de desayunar. Después de pensarlo y volverse para cerrar con llave la puerta de la habitación de Tao Ran, se sintió confundido al escuchar un golpe en la entrada.
Frunció el ceño y puso un ojo en la mirilla. Resultó ser su hermano.
Qiao Ye lo pensó por unos segundos, pero terminó por abrir.
—Tan temprano. ¿Cómo me encontraste?
—¿Todavía tienes cara para preguntarme eso?
Qiao Ming empujó a Qiao Ye dentro de la casa, y luego Chu Jiang bloqueó la salida. Qiao Ming no dijo nada más, fue directamente a la puerta de la habitación y comenzó a mover la manija.
—Abre la puerta.
—¿Por qué debería?
Qiao Ming parece ahora realmente enfadado, le barrió con la mirada y luego dijo con un tono bastante plano:
—Jiangyuan, ve al auto y tráeme la pistola.
Chu Jiangyuan se sorprendió.
—Ming, eso... Eso no es necesario.
Qiao Ye también comprendió sus intenciones. Casi se aproximó corriendo y señaló bruscamente la cara de Qiao Ming para después gritar:
—¡¿Qué demonios estás diciendo!? ¿¡Crees que todos los problemas en el mundo se solucionan con tu maldita arma?!
Qiao Ming avanzó dos pasos, y le dio una palmada en la cara sin previo aviso.
—Sí, aparentemente no puedo hacer nada sin ella. Ahora, si no quieres que todo se complique… ¡¡Abre la puerta y deja de joder!!
Qiao Ye apretó los dientes y sus ojos se pusieron todos rojos. Claramente estaba consciente de que no importaba lo que dijera, no podría nunca razonar con su hermano. Qiao Ye finalmente se calmó.
—¿Por qué estás tan ansioso por abrir la puerta? Li Zekun está preocupado por Tao Ran, ¿verdad? —Qiao Ye miró fijamente a los ojos de Qiao Ming—. ¿No estabas muy seguro de tu plan sobre utilizar a su hermano? ¿No me dijiste que iría a Hong Kong para intentar obtener las cenizas? Li Zekun ha estado buscándolas por años. Cuando le digas como están las cosas, él puede estar dispuesto a aceptar las condiciones.
Qiao Ming se enfrió, pero no habló.
—Tao Ran o las cenizas, deja que él elija lo que quiere más.
Qiao Ming de repente se puso a reír.
—Qiao Ye, la manera en la que hablas... Finalmente no tengo dudas en que eres mi hermano. Pero, estoy realmente decepcionado también. Lo dices como si no se me hubiera ocurrido antes.
Qiao Ye resopló:
—¿De verdad lo pensaste? ¿Le dijiste a Li Zekun? —Al final, sostuvo su brazo y se apoyó contra el panel de la puerta de la habitación. Sin ningún tono problemático, continuó diciendo—: Si dejo que lo mires, me golpearás y llamarás a Li Zekun. Luego de eso, eres capaz de enviarme inmediatamente a Hong Kong y excluirme de todo.
Cree en mí, cree en mis ganas de venganza.
—Eres muy hábil —Qiao Ming no se enojó—. No me importa a qué quieras jugar con el niño... Tienes que entender que Li Zekun lo hace mucho mejor, y además con sus propias y completamente absurdas reglas.
—Lo sé.
—... Conduce hasta llegar al viaducto y luego... Ah, luego le diré a Feng Shuan que vaya por ti.
Qiao Ye no pudo hacer más que suspirar. Estaba honestamente aliviado.
—Hermano, gracias.
Qiao Ming sacó un manojo de llaves del bolsillo lateral de su chaqueta cazadora y se las entregó sin decir demasiado.
Puede que Qiao Ye sea un imbécil, pero todavía es su hermano y todavía lo quiere lo suficiente como para no entusiasmarse con la idea de verlo morir. Además, no está dispuesto a perder a alguien nuevamente:
—Intenta convencerlo de ir a Yunnan.
Qiao Ye asintió. Qiao Ming estiró su mano derecha, sostuvo el brazo de Chu y besó estruendosamente la piel de su mejilla. Otro manojo de llaves cayó sobre sus brazos. —Ve con él. Es peligroso y de verdad, de verdad no puedo darme el lujo de que lo encuentren.
Qiao Ye les miró. Qiao Ming es más inteligente que cualquier otra persona, y siempre pareció que no había espacio en su vida para nadie más que para él, su familia, y tal vez un par de amantes. Ahora es diferente... Y es honestamente aterrador.
—Entonces, me iré primero para hacer algo de tiempo. Jiangyuan, ayuda a Qiao Ye a organizarse...
Durante mucho tiempo, Chu Jiangyuan solo asintió y observó la pesada cadena con llaves que continuaba firmemente tendida en la palma de su mano.
Al ver que Qiao Ming se alejaba, Qiao Ye pudo finalmente relajarse por completo. No abrió la puerta de inmediato y antes de cualquier otra cosa, miró detenidamente a Chu Jiangyuan por un rato.
—¿Cuáles son tus intenciones con mi hermano?
Chu Jiangyuan no tiene expresión, pero el impulso con el que habla no es débil. Su voz es muy buena, y las palabras son claras.
—Los hermanos menores no tendrían que causar problemas, cuanto antes se arreglen las cosas, menor será el riesgo para todos nosotros. Y más rápido me podré ir.

Nadie se vuelve a encontrar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora