capitulo 58

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Ahora es octubre, y el tiempo es muy frío. Las hojas del árbol debajo de su ventana son arrastradas por el viento durante la mitad de la noche. Cheng Xia se sentó junto al cristal y pensó largamente, estuvo en silencio durante dos días. Después de aclarar un poco las cosas, finalmente aceptó que estaba de vuelta.
Podía estar conforme con esto... Pero es solo que este cuerpo no puede sentir los recuerdos pasados del propio Tao Ran. Tal vez es normal, considerando que hace algún tiempo no podía recordarse a sí mismo. La influencia de las emociones y la personalidad de Tao Ran todavía eran muy grande. Las cosas que Cheng Xia experimentó gracias a él, fueron realmente extrañas. Cheng Xia miró el calendario varias veces, cuatro años... Ha pasado tanto tiempo. Aunque Li Zekun nunca se ha olvidado de él, en esos días en los que fue simplemente Tao Ran, la realidad es que sufrió mucho daño. Heridas ocasionadas por varias personas.
Qiao Ye venía varias veces al día, deambulando para darle frutas y comidas. No lo había visto desde que era un niñito... Pero lamentablemente las cosas que hizo con él, son recordadas. Las siente y las sufre. Cheng Xia tiene un estándar intuitivo muy alto para las emociones y sentimientos de las personas, así que, para él, Qiao Ye no es un ser malvado. Cheng Xia no está particularmente disgustado con él, aunque no puede decir que lo perdone. Después de que Cheng Xia se despertó, el cuello comenzó a sanar más rápido, pero el clima frío le hace doler la herida. Definitivamente esto no es adecuado para la temporada de rehabilitación. Todavía le es un poco difícil hablar, pero de todos modos Cheng Xia no habla la mayor parte del tiempo.
No pensó en cómo irse, porque Cheng Xia no sabe la manera adecuada de enfrentar a Li Zekun. Si hubiera renacido al comienzo del verano, sin recuerdos, ciertamente no dudaría en correr a sus brazos para decirle que estaba allí todavía. Le hubiera contado los secretos que solo ellos dos compartían y así, lo hubiera aceptado y se hubieran deshecho de todas las cosas misteriosas y horribles que les habían pasado.
Pero ahora ha transcurrido medio año, y está enojado... Porque Li Zekun le hizo mucho daño a la pequeña presencia que significaba Tao Ran. Cheng Xia también experimentó los insultos y las violaciones que el cuerpo de Tao Ran sentía. ¿Por qué Li Zekun había...?
Tao Ran era, ante los ojos de Zekun, un prostituto que ofrecía sus servicios a un precio accesible. Cheng Xia era su luz, su bebé. En los últimos seis meses, Cheng había querido demasiado a Tao, y los acontecimientos que sufrió lo golpearon duro. Se dice que algunos defectos son una mancha del corazón del amante. Un reflejo. ¿Entonces este dolor también lo era? No quería descubrir una manera de resolverlo. Qiao Ye no es demasiado molesto, y Cheng Xia piensa entonces, que todavía puede quedarse aquí por un tiempo. Si Qiao Ye quería compensar lo que había hecho, entonces Cheng Xia no diría nada más.
Qiao Ye también piensa que Cheng Xia no está del todo bien, parece más fresco y mucho más silencioso que antes. Sin embargo, solo pensó que era debido a todas las cosas que había vivido. Además de su propia actitud más suave, deseaba despertar en él muchas otras cosas más.
—Mi hermano está de vuelta, es realmente aterrador... Ayer de repente me preguntó por ti, mis piernas estaban suaves —dijo Qiao Ye.
La ventana estaba cerrada y el borde ahora estaba lleno de una delgada capa de ceniza. Cheng Xia escuchó las palabras de Qiao Ye en silencio. Bebió un sorbo de agua y luego suspiró. Tenía la lengua áspera, como si se tratara de un gato. Ye no sabía si su actitud era indiferente o solamente, la de alguien que seguía estando enfermo.
—Estoy hablando contigo. ¿Vas a ignorarme eternamente?
Qiao Ye estaba un poco molesto. Cheng Xia finalmente lo miró:
—Entonces, ¿qué va a hacer conmigo?
—Él quiere que vuelvas a la mansión, sabe que sigues aquí pero no que ya despertaste. —Qiao Ye se sentó con Cheng Xia—. Tengo que enviarte lejos antes de que se vuelva loco.
Cheng Xia no entendía del todo ese plan.
—¿Enviarme lejos?
Qiao Ye dijo:
—Vas a irte con Tang Hao por unos días, luego... Tal vez podamos reunirnos otra vez. Como el señor Jiang Wenxu ya no es su jefe, posiblemente estará ocupado desde mucho antes y dejará de molestar.
Cheng Xia frunció el ceño, no quería volver a ver a los amigos de Qiao Ye. Incluso si su relación es férrea y confiable, se puede decir que les tiene mucho resentimiento. Pero Cheng Xia no cree tener una idea de cómo llevarse bien con Li Zekun tan pronto. Tampoco está en posición para reunirse con él. Qiao Ye se veía realmente ansioso y para la noche siguiente, ya había contactado a Tang y planeado como sacar a Cheng Xia de allí haciendo el menor escándalo posible.
Ese día, Cheng Xia llevaba una bata a cuadros azul y blanco del hospital. Qiao Ye le puso un abrigo largo sobre los hombros y entonces le dijo:
—Vamos.
Cuando Cheng Xia salió de la cama con ayuda de su mano, frunció el ceño y suspiró:
—Mi pierna está adormecida.
Lo estaba haciendo absolutamente a propósito. ¿Quería ser bueno con él? Él le iba a enseñar a ser bueno con él. Y ni siquiera alcanzaba a llenar un cuarto de lo que necesitaba para redimirse. Ye bajó la cabeza y con un tono muy suave le contestó:
—¿Quieres que te cargue?
Cheng Xia asintió, e incluso se permitió ordenarle un poco más. El latido del corazón de Qiao Ye iba tan rápido cuando la cara del niño se atoró en su pecho, que se sintió honestamente horrorizado. Qiao no se atrevía a mirar abajo... La verdadera alegría del chico era tan pura que, tal vez, a Cheng le dio un poco de dolor.
Cheng Xia ya vio el teléfono celular en el bolsillo poco profundo del lado derecho del abrigo de Ye. Cuando lo abrazó y lo sostuvo, Cheng Xia sacó suavemente su celular y lo ocultó bajo la tela de su manga. Este tipo de robo lo pone tan nervioso que se pone a sudar como si estuviera haciendo mucho calor. ¿Y si le llaman y el teléfono no está en silencio? Cheng Xia teme ser descubierto, pero logra controlarse en un instante.
Tang Hao ya estaba esperando en la puerta trasera del hospital y abrió la parte de atrás de un pequeño Chevrolet. Qiao Ye puso a Cheng Xia en el asiento del copiloto, y no fue bueno en ocultar sus susurros del oído experto de su amigo. Estaba temblando, pero logró decirle:
—Iré a verte dentro de unos días. Si pasa algo, si necesitas algo... Dile a Tang Hao. Sabrá que hacer.
Cheng Xia no respondió, su nariz hacia pequeños soniditos cuando respiraba tan violentamente. Qiao Ye finalmente inhaló hondo y murmuró sobre el oído de Cheng Xia:
—Me gustas mucho, Tao Ran.
Las cejas de Cheng Xia temblaron y se estremecieron. Escuchó el nombre, vio sus ojos, y pronto estaba aturdido otra vez. Todavía no se acostumbraba al hecho de que usaba el cuerpo de otra persona ahora. De que ese chico que decía quererle, era su familia... Aunque no compartieran nada más que recuerdos lejanos. Pensar en eso, convertía su realidad en una pesadilla.
—Me voy... Tang Hao, por favor cuídalo.
—Claro, también cuídate mucho.
—Lo peor que puede hacerme sería encerrarme en el calabazo... Y creo que no me parece tan malo ahora.
Qiao Ye fingió reírse un rato y luego, se despidió. Agitó la mano con la cabeza en alto y una expresión muy triste.
Tang Hao miró a Qiao Ye, y finalmente arrancó el auto.

Nadie se vuelve a encontrar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora