capitulo 24

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Después de comer y al llegar a casa, Li Zekun se sentó en el sofá y abrió las tablas de verificación de su empresa en la computadora. Tao Ran lavó los tazones mientras tanto.

Eran las siete en punto y estaba comenzando a ponerse negro afuera. Tao Ran empezó a inspeccionar su teléfono nuevo y la tarjeta de memoria, y se sentó junto a Li Zekun. Era estúpido con esas cosas, y no pudo encontrar la ranura para tarjetas durante mucho tiempo. En realidad, ni siquiera sabía que estaba haciendo, pero continuó fingiendo que sí.

Li Zekun lo tomó y abrió primero la tapa utilizando la ayuda de un ganchito. Puso la tarjeta y se lo entregó a Tao Ran otra vez.

—Intenta buscar mi número.

Tao Ran tocó el teléfono varias veces, descontroladamente, hasta que la pantalla se encendió. Parece que Li Zekun no puede manejar su manía de comprar cosas caras y feas, el iPhone rojo 8, brillante y gigante, parece ser más algo que las chicas amarían. Li Zekun volvió a mirar la pantalla de su laptop. Actuaba siempre muy distraído cuando estaba trabajando y parecía incluso que sus orejas tenían la habilidad de bloquear el ruido exterior. De alguna manera, este hombre agresivo y claramente desequilibrado podía tolerar a Tao Ran mucho más que a cualquier otra persona. Incluso sentía que su corazón estaba tranquilo junto a él.

Tao Ran miró en silencio a Li Zekun. Era un hombre tan guapo con su nariz recta, sus ojos feroces y sus labios rellenos... Encendió la cámara y tomó una foto del perfil perfecto de la cara de Li Zekun. Los latidos de su corazón eran un poco —bastantes— poderosos.

—¿Duermes conmigo?

Tao Ran puso el teléfono detrás de él y miró a Li Zekun con una pequeña sonrisita.

Li Zekun miró a Tao Ran y la pregunta fue lanzada con un tono medianamente juguetón.

—¿Quieres que me quede?

Tao Ran inclinó la cabeza y estiró los dedos para recorrerle la cara. Li Zekun suspiró.

—Tengo que irme mañana en la mañana—. Li Zekun no lo miró de nuevo, pero se apresuró en guardar sus archivos en las carpetas correspondientes—. Ve a tomar una ducha, familiarízate con el baño.

Ran, obedientemente, se bajó del sillón y se dirigió al baño. No era tan grande como lo había imaginado y estaba un poco amontonado para su gusto. Con todos esos estantes y los mil frascos de shampoo que no necesitaba. Simplemente se enjuagó el cabello y al terminar, descubrió que no había tomado una toalla cuando entró.

—Li Zekun.

Zekun escuchó la vaga voz y dijo:

—¿Qué pasa?

—¿Me pasas una toalla?

Li Zekun se levantó y fue al guardarropa para sacar una toalla de baño nueva, luego llamó a la puerta.

—¿Tan rápido estás listo?

Tao Ran extendió una mano para tomar la toalla, pero las puntas de sus dedos se frotaron con los dedos helados de Li Zekun. Sus manos son muy hermosas, sus uñas son redondas y claras, y las raíces de sus venas se extienden como pequeñas raíces verdes. Sus dedos, absolutamente húmedos, subieron por su dorso, por su brazo, y al instante se encendió.

Li Zekun agarró su muñeca y apretó las ranuras laterales para adentro.

—¿Esa es tu manera de seducir a la gente?

Tao Ran estaba inquieto en los brazos de Li Zekun, era como un animalito salvaje y mojado. Su cuerpo, cubierto de agua, se pegaba sensualmente a la camisa de seda de Li Zekun, imprimiendo unas grandes manchas húmedas. Li Zekun comenzó a jadear pesadamente para cuando Tao, con toda la habilidad del mundo, insertó los dedos bajo su pantalón y comenzó a manejarlo de arriba para abajo hasta ponerlo dolorosamente duro.

Puso a Tao Ran contra la pared de azulejos y apretó los dientes.

—Tú, ¡Joder…!

El frío toque en su espalda lo sacudió, y el momento caliente delante de él lo envolvió como si fuera una manta espesa. Tao Ran levantó la cara y besó los labios y la barbilla de Li Zekun. Lo mordió, le succionó. Sus movimientos estaban ansiosos, se sentía extremadamente inseguro también.

—No vayas... Por favor no te vayas... —Su conciencia y su cuerpo se unificaron por primera vez. Cheng Xia estaba allí, por completo, pero no podía sentirlo. Temía la partida de Li Zekun, temía que fuera tan estúpido. Parece que ha estado esperando demasiado tiempo por un encuentro, y ahora no quiere contenerse más—. Nunca te fuiste por tanto tiempo. ¿Qué está mal ahora? —Cheng Xia mordió la garganta de Li Zekun y su voz era la de alguien que estaba llorando.

Li Zekun finalmente lo besó, besó su pecho y sujetó la cintura de Tao Ran con una mano. No habló más pero su frente estaba llena de arrugas. Li Zekun soltó un suspiro desesperado contra la mejilla de Tao Ran, y cuando besó su cuello, el niño volvió de vuelta a sí mismo.Tao estaba confundido, y en los dos segundos siguientes presenció cómo le daba la vuelta y como sus muñecas habían sido atrapadas por Li Zekun arriba de su cabeza. No podía ver la cara de Li porque ahora su nariz presionaba la pared, y Tao Ran estaba un poco nervioso mientras trataba de liberarse.

—No te muevas.

La voz de Li Zekun vino desde atrás y le recorrió completamente la espalda y la nuca. Este cuerpo se excita tan rápido, que desde el cerebro hasta sus extremidades se sienten como si hubieran sido de tierra seca. Tierra ansiosa por la lluvia que significaba Li Zekun.

Jadeó con todas sus fuerzas.

—Bebé...

Li Zekun besó la espalda de Tao Ran y se frotó contra él. Sus movimientos eran similares a los de un Dios. ¡Maldita sea! ¡No podía soportarlo! Tao Ran escuchó el sonido del cierre de los pantalones de Li Zekun abrirse y después, sintió un objeto caliente descansado en la curvatura de su trasero. Hay algunos temores vagos, pero es más es el deseo y la expectativa.

Lo quiere tanto, no sabe desde hace cuánto tiempo.

✤✤✤✤✤✤

—De acuerdo, regresaré en medio mes.

Li Zekun besó la oreja de Tao Ran, y luego llevó a Tao a su propio dormitorio.

Tao Ran recibió la promesa de que Li Zekun regresaría mucho antes de lo planeado, y ahora estaba absolutamente envuelto en una extraña paz mental. Li Zekun, al final, no lo había dicho enserio, pero entendía que, si no hubiera hablado así, el niño no estaría durmiendo tan plácidamente sobre sus brazos.

A las 3 de la mañana, sonó el despertador. Se levantó, tomó su maleta y abrió la puerta sin hacer el más mínimo escándalo. Cuando sujeto la manija, se volvió para mirar a Tao Ran dormir y aunque se sintió absolutamente tentado en un inicio, se dio la media vuelta y se marchó..

Nadie se vuelve a encontrar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora