No podía responderme ninguna pregunta, ni por qué lo dejó, ni por qué nunca hizo una lista, o si realmente quería que usara ese que había dicho que era su preferido.
Era casi las 4 de la mañana y yo estaba todavía despierto pensando en Luz, en su lista y en la idea del "nuevo nombre", también en mí y en mi futuro cercano.
No recuerdo exactamente en qué momento, pero logré quedarme dormido, esperando a que llegase un nuevo día y Luz con muchas respuestas.
Una luz intensa me daba justo en la cara, intenté abrir mis ojos, pero me había quedado cegado por el sol que estaba entrando por la ventana. Mi nueva habitación dejaba entrar mucha más claridad que la antigua habitación, y no era realmente lo que estaba esperando para empezar el día.
No lograr dormir la noche anterior, y despertar encandilado me había puesto de muy mal humor, mi falta de horas de sueño seguro que se notaría por el resto del día. Y ella fue la primera que se dio cuenta.
Entró a la habitación una hora después de que me había despertado, pero no, no me había levantado a cerrar las cortinas, sólo había girado e intentado conciliar el sueño nuevamente. Pero sin éxito.
-Buenos días -abriendo la puerta - ¿Todavía sigues durmiendo?
-Estoy despierto - dije entre dientes y sin abrir los ojos.
- Parece que alguien no está de humor hoy - riendo - ¿Qué ocurre?
-Nada, no me pude dormir - sentándome en la cama y frotándome los ojos.
- Tu mamá me invitó a desayunar con ustedes, ¿vienes?
- ¿Por qué dijiste que habías hecho una lista con posibles nombres?
- ¿Lo leíste? - riendo.
- ¿Leer qué? Estaba en blanco, no había nada.
- ¡Exacto! - Luz exclamó en un tono desafiante - te dije que te ayudaría, pero eres tú quien tiene que elegir con lo que se sienta más cómodo. No puedo hacerlo yo, ni ninguna otra persona. Apuesto a que no has elegido ninguno, pero es porque no te sientes cómodo con ellos.
- Es que...
- Es difícil empezar a ser una nueva persona de un día para el otro - sentándose en los pies de la cama.
-Sólo necesito evitar que mis padres me digan Tadeo.
- Entonces deja que te digan como ellos quieran, que ellos te den opciones - con una sonrisa burlona - ¡Ahora vamos a desayunar porque tenemos que empezar con la rutina!
Durante el desayuno intenté hablar con mis padres, pero cada vez que lograba formular una idea en mi cabeza sobre como comenzar la conversación, las palabras se quedaban atoradas en mi boca y no decía nada. Tal vez tenía que elegir yo, pero de igual forma no me sentiría cómodo con ninguno, porque ni se quién soy ahora.
Estaba muy concentrado en mis pensamientos durante los ejercicios con Luz, sé que ella había estado hablando conmigo, pero no presté atención a ninguna palabra.
-Teo podría ser, de hecho, nunca nadie me había dicho así antes - dije de la nada, interrumpiendo totalmente lo que en ese momento me estaba comentando.
Su cara de sorprendida duró unos minutos hasta que reaccionó - ¡Por fin has dicho algo!
-Perdón, sé que no te he escuchado nada de lo que me has dicho - estaba arrepentido, pero ese tema no me dejaba tranquilo.
Ella empezó a reír - Estuve casi una hora hablando de cosas sin sentido porque sabía que no me escuchabas... ¿pero sabes? Me encanta que hayas estado pensando en eso.
-Yo sólo... -intente decirle que agradecía todo lo que estaba haciendo por mí, pero realmente esto de agradecer era algo nuevo, digamos parte de este "nuevo Tadeo"
-Sabes que lo importante eres tú, que te sientas cómodo y puedas salir adelante, ante todo.
-Lo sé, por eso te necesito...
- Sí, porque si no fuera por mí no podrías arreglar tus errores - sacando de su mochila el trofeo que había roto ayer.
- ¿Cómo lo arreglarte? - estaba sorprendido, se encontraba como nuevo y lo había hecho muy rápido.
Ella sólo sonrió, sabía que no iba a decir nada sobre el trofeo o sobre lo que pasó, pero iba a intentar que yo quisiera sonreírle a la vida.
No fue hasta la noche que volví a intentar hablar con mis padres, lo tenía que hacer y había estado toda la tarde ensayando el discurso que les daría.
-Necesito un favor de ustedes - dije interrumpiendo toda conversación que existía en ese momento en la cena familiar.
-Dime hijo - mi padre que se lo notaba preocupado - ¿Pasó algo?
-No, no. Es que... -todo lo que había planeado decirles se borró de mi mente, lo que terminó saliendo de mi fueron las palabras más duras para ellos en ese momento, pero posiblemente así sería más fácil asimilarlo.
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Luz
No FicciónSiempre escuche que cuando te mueres, lo último que ves es la luz al final del túnel. Dicen que no debes ir tras ella, porque si lo haces es el final. No estoy seguro si lo que vi fue esa luz, tal vez lo era, pero no pasó lo que todos decían, tal ve...