El silbido de sus oídos lo confundía. La oscuridad lo alteraba. Y por la falta de un recuerdo que le dijera porqué estaba allí, imaginó lo peor. Pronto todo se mezclo entre sí, dando forma concreta a algo que su mente tenía bloqueado; el pasado.
En algún lugar de su memoria, existía aquella noche, la noche en que la vida se terminó para todo el mundo. Estaba en un vehículo a toda velocidad por las calles de la capital, las cuales resaltaban por su desolación. Las sonoras alarmas continuaban encendidas y de vez en cuando se encontraba con helicópteros en el cielo, volando en dirección contraria a donde él iba.—Movilización en proceso, los equipos restantes deben regresar al CNAI de inmediato —sobre el tablero, su radio no hacía más que transmitir el mismo mensaje una y otra vez.
Estiró la mano para alcanzar el aparato y esta vez hablar, incómodo claro, por la máscara que cubría su cara. Cambió el canal de transmisión sin despegar la vista del camino, estaba buscando algo y no podía distraerse demasiado.
—Capitán, ¿Cuánto tiempo me queda?.
—La enfermedad ya llegó a las costas de los Estados Unidos, eso te da menos de tres horas si los vientos no cambian —contestó una gruesa voz del otro lado de la línea. Sonaba clara, aunque había demasiado ruido de fondo, complicando la tarea de escuchar.
—La con... Tenía que ser hoy.
El viento entraba con fuerza por la ventanilla junto a él, la cual estaba echa trizas. Su brazo también, la sangre brotaba de diversos cortes que, de igual forma, habían rasgado su uniforme.
Decidió encender la radio, el silencio lo ponía aún mas tenso, aunque lo que por ahí transmitían no era muy tranquilizador tampoco.—Toda la población deberá obedecer obligatoriamente a las tropas militares desplegadas por todo el país, todo el que se resista será llevado por la fuerza —la voz plana y sin emoción de una mujer se repetía a cada segundo por todas las frecuencias.
Una melodía se escapó de su bolsillo. Blake sacó su celular y a duras penas leyó el mensaje que en este había, la máscara sin duda era un estorbo para él. Dio un frustrado resoplido y volvió a cambiar el canal en su transmisor.
—¿Qué pasa? —preguntó con cólera, apretando su puño con fuerza contra el volante.
—Siento lo de hace un momento —una seria voz masculina contestó.
—Caleb... No es el momento —fue tajante y directo, aunque dudando al principio.
—Lo sé, Blake, solo no quiero ver más daño del que ya está hecho... —hizo una pequeña pausa en la que no supo como continuar.
—La traeré a salvo, todo estará bien, lo... Lo prometo —un chasquido salió de su lengua tras decirlo, no le gustaban las promesas.
—Gracias...
Iba a agregar algo más, pero vio al frente y tuvo que frenar de golpe. Las ruedas del auto marcaron el cemento y todo en su interior se sacudió, incluido él.
La vista que el parabrisas daba le congeló la sangre. Una barrera policial le impedía el paso, pero debajo esta había una motocicleta, con el cuerpo de una joven chica tirado a varios metros, sobre un charco de sangre.—¡Chris! —gritó saliendo del auto y corriendo hacia el lugar del accidente.
-+-+
Levantó la cabeza, encontrándose con una familiar figura. Vio al rubio chico mirarlo con un fuerte brillo en sus ojos marrones. La tensión se apoderó de su completo cuerpo, quedando paralizado frente a él. Ninguno decía nada, solo se miraban fijamente, lo cual lo hacía temblar.
Tampoco su alrededor era tranquilizador. El entorno que lo rodeaba parecía un lugar totalmente infinito, como el espacio, pero sin el brillo de las estrellas iluminándolo.
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La evolución de las especies
Science Fiction--Sin duda lo que pasó en todo ese tiempo me quitó el sueño por años. --El hecho de que la ciudad estuviese amurallada dejaba a muchos con un intranquilo sentimiento. El gobierno nos mantenía ahí dentro, diciendo que lo mejor era permanecer allí, q...