Erick– Zabdiel no quiero, no puedo salir así.
Hace media hora mi mejor amigo vino a tratar de convencerme de ir con él a sus ensayos y prácticas.
– Anda, vamos, no te puedes quedar aquí encerrado siempre –dice mientras se sienta a un lado de mí.
– De verdad, no quiero, los lentes de contacto lastimaron mis ojos y ahora tengo traer estos –dije señalando– además ni siquiera me he peinado y tengo flojera.
– Así te vez lindo, ahora vamos –me dice y se levanta dando un salto.
– No quiero –le contesté rodando sobre la cama.
Después de otra media hora, me di cuenta que Zabdiel no se va a rendir y es capaz de arrástrame hasta afuera, así que lo único que hice fue ponerme mis tenis y seguirlo.
– Sabes, te vez exactamente igual que hace dos daños, solo que ahora estás más alto y tienes otro corte –me dice el idiota de mi mejor amigo sonriendo.
– Solo apresúrate a terminar –le digo mirándolo mal.
El baile grupal es bonito y debo admitir que me gusta, aunque siguen trabajando en la coordinación.
Se supone que el estúpido de Joel estaría aquí, esa es una de las razones por las que no quería venir, pero no lo veo por ningún lado.
Ni siquiera debería darle importancia así que solo me concentro en ver el baile.
– ¡Hey! Hola Erick.
Pronto reconozco la voz de Johan y a un lado de él se encuentra Joel con cara de idiota.
Un idiota lindo.
– Hola –saludo y bajo rápidamente la mirada al recordar que estoy usando lentes.
– Valla, te vez igual que en la secundaria –me dice y codea a Joel.
Nuevamente me avergüenzo y no digo nada.
Johan saca su teléfono y se disculpa alejándose un poco, parece que va a llamar a alguien.
Pronto me doy cuenta de la manera en que Joel me mira, parece sorprendido e ilusionado, hay un extraño brillo en sus ojos, ¿De verdad me está mirando a mí de esa manera?
– Eres tú –escucho que dice en un susurro.