ErickAunque no entiendo a lo que se refiere Joel, prefiero no preguntar, él no especificó nada y no quiero escucharlo decir que solo va a ser un buen amigo para mí ahora, porque se ha portado grosero antes.
No quiero desilusionarme, aún no.
Después de abrir la puerta de mi habitación, lo observo con detenimiento y él también me mira, estoy teniendo una batalla interna entre invitarlo o no a pasar, no estoy seguro de que sea lo correcto, pero al diablo, quiero hacerlo.
– ¿Quieres entrar un momento?
– Claro –sonríe.
Los cuartos son pequeños, solo con lo necesario así que realmente no tengo idea de lo que vamos a hacer.
– Esas fotos...
Antes de que pueda seguir hablando, me abalanzo sobre la cama para llegar rápidamente al mueble dónde se encuentran sus fotos.
Lo había olvidado por completo y es tan vergonzoso.
– Déjame ver que tienes ahí –está sonriendo y se ve hermoso.
– No, claro que no.
Estoy tratando de mantenerme firme pero él se acerca peligrosamente, muy cerca de mí.
– Vamos Erick, sé un niño bueno y déjame ver las fotos.
– Ya te dije que no, tienes que respetar mi privacidad –estoy tratando de sonar molesto, para ocultar mis nervios.
Sigo parado frente las fotos, tratando de tapar todo lo que puedo con mi cuerpo, pero es inútil, es obvio que ya las ha visto y no ha borrado su estúpida sonrisa.
Sigue demasiado cerca de mí y antes de que pueda reaccionar, toma mis hombros para tirarme de manera brusca a la cama, jadeo sorprendido por su repentino movimiento y cierro los ojos con fuerza, tratando de controlar mi respiración.
Puedo sentir como sube también y se coloca encima mío, con sus rodillas a cada lado de mi cuerpo, toma mis muñecas y rápidamente abro mis ojos, cuando las coloca sobre mi cabeza.
– ¿Q–que...que estás haciendo? –me golpeo mentalmente al notar el temblor en mi voz.
– Te dije que me dejaras ver niño y no me hiciste caso.
Parece que está analizando mi rostro, viendo cada detalle, para después mirarme a los ojos.
– Pero n–no tenías que hacer e–esto.
– Yo hago lo que quiero –me mira desafiante y se acerca lentamente hasta casi rozar su nariz con la mía.
– Ya déjame –he tratado de que mi voz salga lo más firme posible pero sigo muy nervioso.
– Erick –dice muy despacio y suspira– me encantan tus ojos, podría mirarlos por horas, podría mirarte a tí por horas.
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Holi, no quiero arruinarles el momento pero, ¿Vieron que Erick borró varias fotos que tenía con Joel?
:(