Erick
Los eventos siempre suelen pasar muy rápido para mí, y la verdad es que éste me gustó mucho, sobre todo el baile grupal y el discurso de Joel, él se veía muy guapo.
Sabía que Zabdiel tenía las posibilidades de ganar pero aún así, me sorprendió que lo hiciera, estoy feliz por él.
– ¡Hey Zabdi! –hablo muy emocionado cuando finalmente lo veo y él se acerca a mí.
– ¡Hey! –me abraza– estuve increíble, ¿verdad?
– Claro que si, cantaste muy bonito, muchas felicidades Zab, realmente me siento muy feliz por tí, sé cuanto deseabas esto.
– Gracias enano –sonríe y revuelve un poco mi cabello– ahora tengo que buscar a Chris y tú debes ir con Joel, te estaba buscando.
– Vas muy enserio con él.
Realmente estoy sorprendido porque Zabdiel nunca he tenido relaciones serias, solo estava con una chica algunas semanas y terminaban.
– Nunca me había gustado tanto alguien, como me gusta él.
– Espero que todo salga bien –le sonrío y veo a Joel que se acerca a nosotros.
– Gracias –me sonríe de vuelve y posa su mirada en Joel– ahora tengo que irme, nos vemos después –da algunos pasos hasta quedar muy cerca de él– cuida bien de mi mejor amigo, aún no olvida que fuiste un gran idiota.
Finalmente se va y Joel se acerca a mí sonríendo, se ve muy guapo.
– ¿Estás listo para irnos?
– Sip.
– Muy bien, vámonos –antes de que pueda avanzar, él toma mi mano.
No le respondo nada porque estoy avergonzado, me pone muy nervioso que haga cosas así y aunque quiero pensar que me iré acostumbrando, no será así, él siempre va a causar este efecto en mí.
Abre la cajuela del coche para guardar su saco y yo me quedo parado junto a la puerta para esperarlo.
– Erick, tengo algo para tí.
– ¿Algo para mí? –me acerco dando pasos pequeños.
– Creo que mereces muchas más pero ya no había espacio.
Entiendo lo que dice cuando llego a su lado, hay muchos ramos de flores ahí.
– J–joel tú...¿Compraste todo esto, p–para mí?
– Al principio pensé que con uno estaba bien, porque se marchitarán en poco tiempo, pero cambié de opinión muy rápido, tu mereces mucho más que solo un ramo.
Sin poder evitarlo, me lanzo a abrazarlo porque estoy muy feliz.
Levanto la cabeza de su pecho para para poder verlo a los ojos y él está sonriendo, yo también.
– Muchas gracias por esto Joey.
– Podrías agradecerme con un beso.
– ¿Porqué me estás pidiendo algo así? –sé que mi rostro debe estar totalmente rojo– olvídalo, no lo haré, ahora vámonos.
Camino rápidamente hacia la puerta, escuchando su risa y me siento tan avergonzado.
Aunque quisiera, no me atrevería a besarlo, aún no.
