Joel está nervioso. Después de haber salido con Erick, el camino de regreso se le hace eterno y solo ha tenido una cosa en en mente.
Quiere estar con Erick.
Quiere hacerle el amor y es algo que ha estado en su mente las últimas semanas, tiene una gran necesidad de tenerlo bajo su cuerpo, de escucharlo gemir su nombre y pedirle por más.
Trata de concentrarse en el camino y dejar sus pensamientos de lado porque ha empezado a tener una erección y no quiere que se de cuenta.
Apenas llevan un mes de novios y quizá es pronto, tal vez el ojiverde no quiera.
– Joey, ¿Puedes quedarte hoy conmigo? –la manera en que se lo está pidiendo, no ayuda para nada a su autocontrol– es que la película me dió mucho miedo, no voy a poder dormir si estoy solito.
– Te dije que debíamos ver otra película bebé –responde tratando de concentrarse.
– Pensé que no iba a dar tanto miedo.
– Er, incluso las películas de suspenso te ponen así.
– Eres malo –hace un puchero– ¿Te vas a quedar conmigo si o no?
– Claro que me voy a quedar contigo –le sonríe y entra al estacionamiento.
Después de bajar del coche, ambos caminan al cuarto con las manos entrelazadas. Erick está feliz y casi tan nervioso como Joel.
Él lo sabe, a notado la manera en que Joel le mira las piernas y de lo mucho que se remueve cuando duermen juntos, también se ha dado cuenta de sus erecciones y eso lo hace sentir menos avergonzado, porque él quiere lo mismo.
Ver la película de terror, fue la excusa perfecta para pedirle que se quede con él, aunque no sabe exactamente lo que va a hacer, sí sabe que no será difícil.
Abre la puerta y el calor de la habitación hace que sus deseos se sientan aún más intensos.
Entra con Joel siguiéndolo atrás y se sienta sobre la cama, tirándose en ella para quedar acostado, hasta que la cama vuelve a hundirse y se endereza par quedar sentado de nuevo, al lado de Joel.
– ¿Estás cansado bebé?
– No mucho, solo tengo flojera.
– Bueno, me iré a cambiar al baño para acostarnos.
– Está bien –dice jugando con sus manos.
– ¿Pasa algo?
Erick niega en respuesta y solo se queda mirándolo a los ojos, hasta que se atreve a besarlo.
Joel se sorprende un poco pero le sigue el beso, tomándolo de la cintura, no está seguro de hacerlo pero se anima a jalarlo y cargarlo un poco hasta que queda sentado sobre él.
Coloca una mano sobre su espalda baja y la otra en su nunca para acercarlo lo que más que puede a él.
Sigue nervioso, pero Erick no lo ha detenido y se atreve a descender lentamente los besos por su mandíbula hasta llegar a su cuello, deteniéndose ahí y disfrutando de los suaves suspiros que suelta el ojiverde.
Se levanta para dar vuelta, conlocándalo cuidadosamente sobre la cama y vuelve a lanzarse contra sus labios, acariciando sus caderas, mientras el contrario se aferra a su espalda.
– Er, ¿Estás seguro de esto?
– Si Joey.
Esa respuesta es suficiente para empezar a levantar su camisa y se la quita con delicadeza, repartiendo pequeños besos por su pancita.