ErickDesafortunadamente para mí, estoy en el cuarto piso, si lo veo por el lado bueno me ayudará a hacer ejercicio, aunque también voy a sudar y hay probabilidades de que tropiece y muera, no quiero morir tan joven, aún me falta mucho por vivir.
Iba tan concentrado pensando en las altas posibilidades que ahora tenía de morir, que estuve apunto de chocar con alguien.
- Eres uno de esos niños mimados, ¿no es así?
Levanté la mirada y antes de pudiera decir algo lo reconocí, ¡Era Él!
Mi Joel, el amor de mi vida, estaba frente a mí, realmente lo tenía cerca, ahora era mucho más alto, tenía el cabello más largo y su cuerpo estaba aún más tonificado, esa camiseta se le ajustaba tan bi...- No vas a decir algo niño, ¿solo te quedarás mirando como un tonto?
- Amm yo, yo lo si-siento, venía distraído y no me di cuenta - rápidamente bajé la mirada sintiendo el calor expandirse por toda mi cara y cuerpo
- ¿Cuál es tu nombre?
Acaso estoy soñando, él quiere saber mi nombre
- M-me llamo Erick - tengo que dejar de tartamudear
- Erick -probó mi nombre en sus labios- me recuerdas a alguien, pero es imposible.
Parecía confundido, se quedó pensando, solo lo miré y no dije nada, creo que estaba recordando algo.
- Me tengo que ir, adiós enano - dijo a punto de irse.
- No me gusta que me digan así.
- Pues te vas a acostumbrar a qué yo lo haga -hizo una pequeña pausa, miró hacia otro lado para rápidamente regresar su vista a mí- tranquilo tampoco es como que te valla a hablar siempre, me gusta molestar, nos vemos.
No pude decir nada, no podía hacerlo, él me habló y me preguntó mi nombre, es tan guapo, ahora mucho más que en la preparatoria.
Reaccioné cuando ví que estaba subiendo las escaleras, eso quiere decir que vive en este edificio y hay más posibilidades de que lo vea, o quizá va a ver a alguien.
- Erick porqué tardas tanto, ¿Qué haces ahí parado? -Zab estaba algo desconcertado- ¿Pasó algo enano?
- Lo ví Zabdi, realmente era él -dije aún si poder creerlo, sentía que estaban soñando.
- ¿Lo viste?, A qui... -tardó en reaccionar un poco- ¡¿Viste a Joel?!
- Shh, si lo acabo de ver, subió esas escaleras -las señalé- fue tan hermoso
- ¿Qué esperas para contarme enano?
Y así me pasé toda la tarde hablándole a mi amigo sobre el amor de mi vida, lo que se veía diferente en él y lo que seguía igual, pero sin duda estaba aún más hermoso que antes.