18. Que no te confunda mi silencio

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Habían pasado unas horas y el gemelo maligno continuaba llamándome para que fuera a recuperar el micro.

—¡¿Quieres ir de una puta vez?!

—¿Cómo se dice?

—¿Qué?

—Las palabras mágicas —continué.

—Voy a matarte.

—No, cariño, esa es mi frase, fallaste. —Volví a colgarle y seguí intentando acceder a su información.

Tras un rato largo sin conseguir demasiado me puse a cocinar pasta al horno mientras veía una serie sobre confesiones de asesinos en serie. El timbre sonó y fui a ver quién era. Se trataba de Zen.

—Hola, princesa, espero no molestar.

—No molestas, pasa, Zen.

—Gracias. Huele genial, ¿estás cocinando?

—Sí, pasta al horno, ¿quieres un poco? —ofrecí—. Hay de sobra.

—Oh, no, gracias, debo mantener mi dieta —se rió.

—¿Seguro? —pregunté enseñándole de forma tentadora la bandeja de pasta con queso derretido por encima.

—Me tientas.

—Venga, un poco. Luego lo quemas en el gimnasio —insistí.

—Bueno, está bien. Tiene una pinta deliciosa.

—Pues está mejor. —Le puse un plato y me senté con él a la mesa.

—En realidad... vine porque quería hablarte de algo.

—¿De qué se trata?

—El otro día, con Seven, él...

—¿Sí?

—Bueno... me contó lo vuestro.

—¿Lo nuestro? ¿a qué te refieres, Zen? —interrogué.

—Ya sabes, esto es muy incómodo, verás, me comentó que vosotros dos estabais...

—¿Estábamos qué?

—Eso... ¡ah! ¿por qué vine? No me quiero meter en estas cosas pero lo cierto es que me dejó algo preocupado —respondió.

—¿Preocupado? ¿por qué? 

—Para empezar me contó que la foto que me mandaste era para él.

—Oh, sí, es verdad  —confesé—, lo siento,  todo surgió de repente, ¿sabes? y...

—Lo entiendo...

—Y... me equivoqué al enviarla —me sinceré.

—Lo sé, me hice ilusiones, diablos, perdona, no es eso lo que quería decirte.

—¿Y qué es?

—¿Te gusta mucho? Es decir... asumo que sí por el mensaje que le enviaste. No envías todos los días una foto sin ropa y con el mensaje 'Quiéreme' en el espejo.

—Sí que me gusta, pero no sé lo que somos, Zen.

—¿A qué te refieres? —preguntó—. Juraría que está enamoradísimo de ti.

—No lo sé, cuando le pregunté qué era yo para él me dijo que no quería ponerle nombre a nada, que simplemente éramos nosotros.

—Vaya, en realidad Seven es así. Parece muy alegre pero tiene ese trabajo peligroso y estoy seguro que haría lo que fuera para protegerte, incluso...

Quiéreme [Parte I y Parte II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora