Quiéreme [Parte I y Parte II]

21. Eliminando obstáculos

Los gritos de Seven invadían la habitación. La rabia se había apoderado de él. Golpeaba a Seok una y otra vez sin piedad y yo estaba desconcertada observando aquel escenario. ¿Qué demonios pasaba? Decidí intervenir para averiguarlo.

—¡Seven! ¿por qué le pegas?

El pelirrojo se percató de mi presencia y me miró sin soltar el cuello de la víctima.

—Hana, ¿este cabrón ha abusado de ti? —Su tono estaba alterado, ¿cómo diablos se había enterado de aquello? Me encontraba en shock.

—¿Qué? ¿quién te ha dicho eso?

—¿Verdad que está delirando, Hana? —Seok se rió—. Lo cierto es que a ti te encanta que te la meta por todas partes. —Al decir esto se llevó otro puñetazo de Seven, que le dio un golpe bastante grave en el ojo.

Continuó pegándole enfurecido. La verdad era que ese imbécil se lo merecía. Dejé que le pegara un poco más antes de intentar separarlo. Al fin y al cabo debía evitar los escándalos en mi familia si quería que el pasado no saliera a la luz. Además, si alguien tenía que matarlo, esa sería yo. Si intentase algo más conmigo de nuevo no dudaría en apretar el gatillo. Tenía plena confianza en que si me deshacía del cuerpo tal y como había aprendido, el caso del asesinato de mi hermano jamás sería resuelto. No sería algo que me quitase el sueño.

—¡Detente! —ordené—. Ya le diste mucho.

—¡No! ¡voy a matarlo, Hana!

—¡Para ya! —Tiré de su brazo para separarlo—. Es cierto, me acosté con él. —Se detuvo para escucharme esperando alguna explicación por mi parte pero no se la iba a dar—. ¿Y qué? No es razón para pegarle. —Al decirlo pude ver la total decepción reflejada en su rostro.

—¿Cómo? ¿cuándo...? Pero tú no querías hacerlo, ¡¿cierto?! ¡dime la verdad! ¿abusó de ti? —sacudió mis hombros y callé ante su pregunta.

Seok se rió. El pelirrojo le tomó del cuello de nuevo con rabia acumulada.

— ¡¿Crees que estás en posición de reírte, imbécil?! ¡te podría matar ahora mismo!

—Qué bravo es tu vecinito. ¿Por qué no le cuentas, Hana? ¿Te lo hice mejor que él, anoche, cierto? —Seok trató de picarlo más y el pelirrojo puso un gesto de desconcierto volviendo a clavar sus ojos sobre los míos.

—¿Qué? ¿Te acostaste con él anoche?

—Claro que no. Lo dice para molestarte.

Suspiró aliviado y acto seguido le dio otro guantazo en la cara debido a la ira que debía sentir en ese instante. Seok continuó riéndose a pesar de la sangre saliendo de su boca y nariz.

—¿Deberías soltarme ya, ¿no crees? Podría demandarte por pegarme así y saldría ganando —se rió—, ¿Sabes quién es mi padre, no?

—Seok, ya hablaremos luego sobre eso. Ahora quiero que te vayas. Suéltalo, Seven. —Me mostré firme ante él y este dudó aflojando su agarre. Seok se movió aprovechando para liberarse.

—Lo que tú digas, hermanita, luego volveré. —Salió por la puerta dejándonos solos.

—Hana...

—¿Cómo te enteraste de eso? —pregunté sin rodeos.

—¿Fue consentido?

—Antes respóndeme. —Odiaba tener esa incertidumbre. Resopló.

—Alguien me envió un audio de voz, escuché cómo quería tener relaciones contigo y tú te negabas. Dio a entender que ya había pasado otras veces y...