Ódiame. 34: Muerte anunciada

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Saeran

Tras esa conversación amarga con Meg, Amy me llamó y, sin pensarlo mucho, respondí.

—Saeran —la escuché gimoteando a través de la línea, desconcertándome por completo.

—Amy, ¿qué ocurre? ¿estás bien?

No respondió, seguía llorando. Escucharla así, hacía que me doliese el corazón, ¿desde cuándo esa chica me preocupaba tanto?

—¿Quieres que vaya a verte?

Aún no recibí respuesta, pero seguí escuchando su llanto, desconsolado, y cómo respiraba con dificultad.

—Está bien, toma aire y dime qué pasa, por favor, me preocupas —continué—, ¿estás herida? ¿necesitas ayuda?

—Saeran —pronunció mi nombre con gran dificultad—, él...

—¿Qué? ¿quién? ¿qué ocurre? Si estás en problemas, no pienso dejar que vaya a más, ¿necesitas ayuda? —pregunté mientras me colocaba la chaqueta, decidido a salir.

—Saeran —encontró las fuerzas para hablar—, se trata de Jason, estaba borracho y... me tocó —confesó, con la voz ahogada, presa de la angustia.

—Joder —me llevé la mano a la frente, soltando un suspiro—, estoy yendo para allá —me había dirigido hacia el garaje para coger uno de los coches de mi hermano—, ¿estás sola?

—Sí —la escuché respirando hondo, tratando de tranquilizarse—, ya se fue, estaba tan borracho que por un momento creí que iba a matarme —hizo una pausa, gimoteando—, me golpeó, me agarró del brazo y luego trató de besarme. Le rogué que se detuviera, pero...

—¿Dónde está él ahora? —interrogué, apretando los puños con rabia.

—¡No! ¡no vayas a buscarlo! Por favor, necesito a alguien aquí, no me siento bien y... Meg aún no ha llegado a casa. Sé que estoy siendo muy egoísta, ¿pero podrías venir?

Respiré hondo, tratando de contenerme.

—Por supuesto, estaré allí tan pronto como pueda, ¿vale?

—Gracias, Saeran —Amy colgó y entonces arranqué sin pensármelo dos veces.

El camino hacia su apartamento pareció durar una eternidad, aunque, en realidad, fue cuestión de minutos. En cuanto toqué al timbre, la rubia me abrió, llorando, tenía un ojo morado. Se abalanzó sobre mí para abrazarme y la sujeté, estrechándola entre mis brazos.

—Lo siento —susurró sobre mi oído.

—¿Qué? —murmuré, desconcertado—, ¿por qué me pides perdón? Tú no hiciste nada malo.

—Sí lo hice, perdóname, fue por Meg —se apartó para mirarme y entonces reparé en que había más gente allí. Tres hombres con traje negro, armados, que nos estaban apuntando.

—¿Qué es todo esto? —observé, atónito, aquel escenario. ¿Acaso Amy me había mentido? ¿pero por qué? ¿y por qué tenía el ojo así? ¿quizás, algo de lo que me había contado, era verdad? Después de todo, sabía bien que Jason era un maltratador.

—Escúchame, Saeran —la rubia habló con nervios, colocando las manos en mis hombros—, no sé para quienes trabajan estos hombres, pero tienen a Meg. Me dijeron que la matarían enseguida, si no hacía que vinieras.

—¡¿Qué?! ¡¿tenéis a Meg?! —alcé la voz, perdiendo la compostura, ¿cómo que tenían a Meg?—, ¿quienes sois y qué queréis de nosotros?

—El jefe quiere que te traigamos —contestó uno, acercándose para aprisionarme las manos en la espalda. Luego me acercó la pistola a la nuca—, dice que serás un mejor cebo que Meg.

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⏰ Última actualización: Dec 09, 2022 ⏰

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Quiéreme [Parte I y Parte II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora