"Mañana"

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La gente se empezó a preocupar porque no llegaban los grupos de personas que habían ido a atacar a Negan, muchos de los que fueron tenían familias aquí. Entendía su preocupación, mucha que he amado más que a nadie había ido a pelear y sentía miedo por pensar en sus muertes.

Se escuchó de pronto una explosión, la gente se espantó y empezó a quererse ir, Tyler se despertó y abrazó, nos pusimos nuestros zapatos por si teníamos que huir.

—¡Son ellos!—Alguien gritó aterrado desde la puerta empezó a correr, la gente entró en pánico y empezó a irse.

—¿Mamá?

Dijo Tyler y su voz me decía que estaba asustado.

—No nos pasará nada, Ty.

La gente se empezó a empujar los unos a los otros, entonces solo tomé las armas que Rick me había dado, tomé un francotirador y desde mi lugar apunté a la puerta esperando que los salvadores entraran para matarlos. Los de Alexandría hicieron lo mismo que yo desde sus lugares, los demás salían por la puerta trasera.

—Tyler, quédate bajo el catre, no salgas hasta que yo te diga, me quedaré aquí contigo.

Se metió debajo de este, me senté en el piso y con algunas mochilas me cubrí un poco, puse el francotirador en el catre de enfrente para tener un sustento en él. Los disparos empezaron a ser más fuertes y de pronto la puerta se abrió, nadie disparó hasta que los salvadores empezaron a entrar y a disparar, los otros, los de Alexandría y el Reino estaban escondidos y eso ayudó a que nadie les hiciera daño.

Desde donde estaba apunté, disparé al primero, cayó después le di a otro en la cabeza y así todos empezamos a disparar hasta que morían. Después de recargar volví a mi posición y seguí disparando, sentía mi corazón palpitar rápidamente, sudaba todo el tiempo y me temblaban las manos. Pude controlarlo pero sentía que moríamos hoy.

Unas veinte personas cayeron y luego hubo silencio, ya habíamos matado a todos, no me sentía la mejor persona por hacer esto pero no dejaría que Tyler muriera hoy, ni ninguna persona que amo.

Salieron todos de sus escondites, Ty salio minutos después, estaba bien, los de Alexandría y el Reino también pero las personas que escaparon muchos no lo lograron y murieron en el camino, sabemos esto porque los pocos que sobrevivieron fueron los que regresaron a duras penas.

Los veinte que eramos nos reunimos en una bodega que tenia la escuela.

—No dejarán de atacarnos.—dijo alguien que desconozco totalmente.

—Necesitamos que regresen los demás para poder saber que hacer.—hablé yo.

—¿Y dejar que nos maten a todos?

—Nos defendimos bien, excepto por las personas que huyeron, pero sabemos como defendernos.

—Y si nos vamos, los demás no sabrían a donde fuimos y no dejaré que me maten afuera de este lugar.—Carl respondió.

—No lo se, no me siento seguro en este lugar.—Volvió a hablar aquel hombre.

—Entonces vete. No aguantaremos a personas como tú. No ahora.—Carl estaba perdiendo la paciencia.

—Yo opino que un grupo se vaya con él, los que quieran, que regresen a Alexandría donde es más seguro y cuando los demás regresen les diremos donde están, volveremos.

Dijo Daryl, tan firme como siempre.

—Bien, nos vamos en diez minutos.

Habló alquel hombre y varias personas empezaron a guardar sus cosas parar irse con él. Yo no soltaba de la mano a Tyler.

—Tal vez deberían ir con él.—Llegó Daryl a mi lado.

—No, no puedo exponer así a Ty.

—Aquí también está expuesto.

—Pero sólo a ellos, los salvadores. Allá afuera están los caminantes también, es el doble de peligroso que aquí.

—Bien, solo recuerda que no puedes hacer mucho esfuerzo.— me dijo, me dio un beso en la sien.

—Lo sé, Daryl.

—Ven, con nosotros estarás mejor.

Tomé las armas y lo seguí donde estaban los demás, Carl y Judith estaban jugando con bloques, supongo que para pasar el tiempo más rápido.

—¡Tyler! , ¿Quieres jugar con Judith?— le preguntó Carl.

Ty aceptó, Judith aun era una bebé así que él aceptó.

—Judy, ¿Cómo va todo?

—Bien, creo. ¿Y tu herida?

—Pues esta cicatrizando poco a poco.

Se quitó la venda que tenia y la verdad se veía bastante mal.

—Te vez rudo con esa marca.

—No me gusta, la verdad.

Bajó la cabeza.

—Lo lamento.

Le dije, puse mi mano en su hombro y apreté levemente y él solo sonrió y se fue a cuidar a los niños, desde el catre donde yo estaba podía verlos.

—Se parece mucho a ti.

Escuché una voz a mi lado. Daryl.

—Es más parecido a Jesus.

—Bueno, si. Pero su sonrisa es igual a la tuya.

Voltee a verlo y le sonreí, estaba feliz de estar de nuevo con él, pasaron las horas y los niños se durmieron.

Estaba empezando a preocuparme más de lo normal, no llegaba el grupo que se había ido. Me preocupaba la vida de todos, la de Jesús, la de Rick, no podía dormir, todos lo hacían excepto los que hacían guardia y yo. Miraba directamente a la puerta esperando a que se abriera y verlos a todos felices por la victoria pero no llegó el momento, nos amaneció y no llegaron.

—Estarán bien, Judy.

Me dijo Daryl.

—Ya fue mucho tiempo. Algo no está bien.

—No te preocupes, ya llegarán. Ven, tienes que comer.

Me dio un plato con comida.

—Gracias.

Empecé a comer y me di cuenta que tenia muchísima hambre, no recordaba cuando fue la última vez que comí.

—Tambien le traje a Ty pero veo que sigue dormido.

Me dio otro plato, lo dejé a un lado de mi.

—No debiste, Daryl.

—Si, si debí. Ahora ustedes son mi prioridad.

Me dio un beso en la frente y salió del gimnasio, pero no tardó en entrar con el grupo que se había ido, Jesús entró después de Rick y Michonne, se veían cansados y eran menos de la mitad los qué regresaron con vida.

—¿Qué pasó?

Nos acercamos todos a escuchar, Jesús llegó a mi y lo primero que hizo fue abrazarme.

—¿Y Ty?

—Dormido.

Le contesté.

—Iré a verlo.

Venía triste, muy pero muy triste. Se sentó a un lado de él y en eso despertó, se abrazaron y empezaron a platicar, los dejé y me puse a escuchar a Rick.

—No los matamos, son muchos, mañana será la última batalla y me temo qué todos tendremos que ir a pelar, entre las tres comunidades formamos un equipo de ochenta personas, constando niños y ancianos.

El ambiente cambio por completo. Todos estábamos dispuestos a pelear, a morir por nuestra libertad.

—Tienen hoy para reponer energías.

Se fue cabizbajo hasta su catre, abrazó a sus hijos y durmió todo el día, como el resto de las personas que fueron con él.

Crows |Daryl&Tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora