finscéal na caliopé

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La mañana estaba fría, esa misma mañana había nacido en el seno de la corona, la princesa Acalía Éadrom Kiliam Caliopé en la zona norte del Planeta Tafnedara que se encontraba en el borde exterior.

Sus ojos eran oscuros como el universo profundo, la galaxia podía reflejarse en aquellos astros con los cuales habían nacido, su tez blanca se camuflaba con el invierno frio del planeta, en sus largas pestañas estaba escrito la historia misma de Tafnedara, el planeta que algún día ella reinaría.

Los conflictos políticos militares que se estaban dando afuera, el cambio de un imperio galáctico y el renacimiento de una nueva republica no eran relevantes en ese azul blanquecino, aún eran un planeta de olvidados en el borde exterior, no tenían nada que les pudiese interesar a la galaxia entera o aún la galaxia no encontraba nada de todos los misterios que ocultaba Tafnedara, sus reyes y sus pobladores.

Nisiquiera la orden Jedi se aparecía por ahí, se hablaba entre los pobladores que estaban bajo el reino de los Kiliam, que un antiguo rey fue un poseedor de una magia extraña que lo hacía pertenecer a esta antigua religión, habían llegado desde muy lejos para llevarlo con ellos, pero al cabo de unos meses sería devuelto a la familia real por su ineptitud en las artes de aquella religión.

Desde el momento que devolvieron a el antiguo rey, los Jedi jamás volvieron a aparecerse por ahí, había muchas cosas que Tafnedara ocultaba y que ni siquiera la fuerza que poseían los Jedi ni el poder que tenían los Sith podían descubrirla.

Tafnedara era un planeta diferente a otro del borde exterior, este había sido bañado con un manto precioso que llenaba sus calles de un color grisáceo oscuro, toda su raza humanoide tenía su tez blanca al igual que su cabello, eran muy pocas personas que nacían con un color distinto, pero no bajaban del gris claro.

Una vez en la historia sagrada de Tafnedara hubo un hombre con su cabello gris ceniza, este era venerado por el pueblo por ser tocado con la santísima trinidad Tafneriana, esta trinidad consistía en la magia desconocida, el mar negro de sus costas y la familia real, este hombre vivió muy poco tiempo en el sureste del planeta, hasta que un día sin pensarlo, desapareció.

La preciosa Acalía, miraba a sus padres felices y dichosos, Juno Gala, la esposa cariñosa, frágil y compasiva del Rey, Elion Kiliam, él había sido rey durante 10 años desde que su madre había muerto, ya que los esposos de los reyes nunca son llamados como eso, tienen un titulo real llamado Cira, cuando ambos padres presenciaron el nacimiento de su preciosa hija supieron que ella sería la elegida de gobernar y de liberar a Tafnedara de la maldición que llevaban por siglos, ella era la de la profecía de la mujer oscura, que hablaba de una mujer que llevaría su cabello tan negro que terminaría con la tristeza del planeta.

Cuando presentaron a Acalía frente a sus pobladores, ellos con una reverencia y un estallido de agradecimientos a la magia, celebraron siete días y siete noches con fiestas, bailes y banquetes el anunciado nacimiento, nadie esperaría que ella fuera la mujer que tanto habían esperado.

Los ancianos agradecían haberla conocido antes de morir y los niños agradecían que la podrían disfrutar y ver Tafnedara salir de penumbra en la cual había nacido, todo mejoraba, desde que ella nació.

Coróin di Caliopé(Armitage Hux)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora