Acalía veía a lo lejos como la nave de Armitage se alejaba del planeta mientras vislumbraba su anillo que contrastaba perfectamente con su pálida piel, le quedaba mucho tiempo en su larga espera para que su esposo volviera a sus brazos.
Luego de la ceremonia se apresuraron en llegar al castillo y solo un beso furtivo, travieso fue su luna de miel que les esperaba, pensaba en lo poco que pudo disfrutar ser su esposa, le rezaba a luna que no estuviese equivocada, que no haya sido un error haber contraído matrimonio con el que ella creía amor de su vida.
Le rezaba a la luna que cuidase de él, para algún día poder amarlo como corresponde, como la vida los había destinado a estar, como lo deseaba la fuerza dentro de sus visiones, la corona de Caliopé en su cabeza y su esposo al lado de ella gobernando su planeta.
¿Cómo haría para evitar casarse con Inkle? No podía admitir al consejo ni a su falso prometido que ya había contraído matrimonio, sería una desgracia para ella, su padre y la memoria de su madre que destituyeran su herencia por amor, pero era más que ella, porque sí se hubiera casado con Inkle, en el vals se hubieran escuchado los cristales de su corazón roto apuñalándola por dentro dejándola muerta en vida, una vida que no quería vivir.
Dentro de ella sabía muy bien que era lo que tenía que hacer, y en su cabeza había planeado un par de pasos tan delicadamente que sería imposible para cualquiera darse cuenta de que era lo que haría para sacarse de encima a Inkle.
Bajaba a tomar desayuno con las personas que completaban su vida ese día, Inkle a un extremo de la mesa mirándola como lucía una joya característica, su padre distraído, como generalmente estaba desde que su esposa lo había dejado.
Un año, un año que debía ordenar todas cosas para hacer todo lo posible para eliminar a Inkle de la existencia, quien sabía cuánto Armitage tardaría en la supremacy, pero tenía claro que cuando él llegara tendría todo resuelto.
-Buenos días – Acalía saludaba a todos de la habitación sentándose en su puesto.
-Dormiste bien Acalía? – Inkle miraba a Acalía levantando una ceja.
-Mejor de lo que crees, querido.
-Hoy en la mañana se fue una nave de la primera orden – Inkle dejaba caer un comentario sobre la mañana.
-Espero que ahí vaya el general Hux, ya estoy harto de todos ellos – Elion le respondía a su futuro yerno.
-Porque no corre a todos los de la primera orden? – Inkle le decía al rey.
-Eres idiota o que? ¿Sabías que la primera orden alimenta tu boca Inkle? – Acalía le respondía con molestia.
-Acalía! Que son esas palabras, por favor, como tratas así a Inkle – el rey regañaba a su hija.
Acalía había prendido como pasto seco, se quitó su servilleta y la arrojó a la mesa, sin haber probado bocado alguno se levantó de la mesa dejando a todos sorprendidos por su actitud.
Acalía caminó sin compañía hasta el templo de Neferet, él salió a esperarla sabiendo que llegaría pronto.
-Como supo que vendría? – Acalía le preguntaba a lo lejos.
-La fuerza princesa, la fuerza – le respondía con una sonrisa.
Ya adentro del templo sentados en una mesa atrás, Neferet le servía te de neirus en una taza muy pintoresca, mientras se sentaba frente a ella.
-Que es lo que te preocupa joven princesa? – tomaba un largo sorbo del té al terminar la frase.
-Que si lo que estoy pensando en correcto – miró el té como cambiaba de un cristalino blanco y se opacaba hasta llegar al negro.
-Asesinar nunca es bueno Acalía – buscaba un antiguo libro que tenía a la mano cerca de la mesa.
-No puedo casarme con Inkle – sonrió mientras se sonrojaba – ya sabe que no me puedo casar dos veces.
-No debiste haberte casado con Armitage cuando no sabes cómo responder a los sentimientos, Inkle no te quiere, pero tienes muchas responsabilidades con él.
-Por qué me dice eso cuando anoche usted fue el que ofició la boda?
-Porque la fuerza así lo dicto Acalía, recuerda que la fuerza es tu aliada y te guiará.
-Entonces estuvo bien lo que hice? – le preguntaba confundida.
-No lo sé Acalíal – le sonrió – tu marido se fue hoy en la mañana? ¿Sabes cuándo llegará?
-No, pero hay una perturbación en la fuerza muy grande.
-De eso te quería habla – abrió el libro que había tomado – Conoces a Kylo ren?
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Hola, yo sé que jamás hago anuncios por aqui, pero justo y necesario, trataré de subir más seguido y que arreglaré un poco el tema del tiempo,¿por? porque cuando Hux es general de la primera orden tiene 30 años, pero como yo soy Dios aqui, será mucho antes, eso bebés <3
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Coróin di Caliopé(Armitage Hux)
Fanfiction¿Qué es más importante para tí? La corona o el amor? ¿Qué es más importante para tí? El poder o nuestro amor?