Coróin di Caliopé(Armitage Hux)

Adhlacadh

-Como se te ocurre hacer eso Acalía? – Su padre estaba enojado.

-Solo estaba notando una injusticia – le dijo mal humorada.

-No puedes hablarle así a Hux, es peligroso.

-Desde cuando perdimos total autonomía en el planeta papa!?

-Desde que esos malditos nos mantienen Acalía, desde ese momento – suspiro – ahora irás a tu habitación, estás castigada.

-Esto – apunto hacia abajo con el dedo índice – es injusto – camino hacia la puerta.

-Espera hija! , no tan rápido – camino rápido y se puso frente a ella – Que tienes que ver con el hijo de Hux?

-No sé de lo que hablas – quiso rodearlo pero su padre la obstaculizo.

-No me mientas Acalía, porque dijo que te había mandado saludos, yo lo escuche claramente.

-No te das cuenta? – pensó rápidamente en una jugada estratégica para sacarse a su padre de encima – quiere ponerte en mi contra, yo sé claramente que no puedo acercarme a él, y ellos saben que no pueden acercarse a mí, solo quería enfurecerte, o sino me lo diría en privado y no delante de tí – decía mientras cruzaba los brazos.

-Vete a tu habitación.

Acalía era una experta en mentir y manipular las situaciones para su favor, era una de las cosas que Armitage le había enseñado de pequeños, eso era la oscuridad dentro suyo, le había pegado fuerte en el ego arribista que Hux no reconociera su titulo como princesa, no iba a dejar que un general de una causa perdida la insultara así.

Cerró la puerta con fuerza al entrar, estaba enojada, aún no encontraba la manera de controlar la irá para no caer en el lado oscuro de la fuerza, tomo una taza de porcelana blanca y la aventaba contra una pared, encendía su sable de luz blanco, eso la tranquilizaba al darse cuenta la pureza de este, al igual que ella, deberían estar igual.

Se sentó en un sofá negro que estaba dentro de su habitación y en la oscuridad pensó, si de verdad Armitage había hablado de ella frente al idiota de Hux, no lo creía, sabía y conocía como era su relación ya que muchas veces tuvo que escaparse de noche de su habitación para escuchar los lamentos de Armitage, no era la mejor relación que tenían ambos.

¿Por qué tardaría tanto en llegar?

¿Acaso querría escapar de Tafnedara?, ¿escapar de ella? Dentro de ella negaba las posibilidades ya que solo la primera orden le daría el poder que tanto anhelaba, sin la primera orden, Armitage no era nada, por lo menos para los demás, ella estaría feliz de hacerlo participe de la realeza de Tafnedara.

Lo extrañaba tanto, deseaba tanto en su interior que estuviese pensando en ella, poder ver sus ojos a la luz de la luna, como todas las noches que él estaba ahí, quisiera tanto cruzar el lago a su lado solo para cruzar algunas oraciones, era importante para ella esas demostraciones de amor verdadero.

...

Volvía a fallar, volvía a intentar, miraba el artefacto como si leyera en shyriinwook, llevaba su mano a su boca apoyando su cara para pensar bien como pudiese utilizar bien esa cosa que Rae le había pasado.

Rae le había entregado una hoja con algunos comandos que pudiera ocupar para camuflar, golpeaba la mesa por la frustración, la irá bien utilizada le ayudaba a formar carácter y vencer a todos los soldados de Rax, cansado dejaba el artilugio en la mesa para verlo luego, se preparaba para entrenar nuevamente.

Esto le costaría más de un par de días de descubrimiento, no era fácil dar con Acalía nuevamente, pero estaba seguro que no la perdería, porque era la única que lo mantenía a flote.