Miotas an bháis a fógraíodh

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El salón oscuro del trono, grande y vacío solo lo llenaba una persona, la que fuera portadora de la corona, está vez, la heredera de la profecía que yacía en la tristeza, con el corazón muerto y una mirada perdida en la nada, en la oscuridad de lo que no veía, de su alma, del horizonte.

Pensaba en su futuro solitario, había dado por perdido su matrimonio, pero en su interior seguía aferrada al amor que le daba Armitage, se mentía a si misma repitiéndose que no lo dejaría entrar nuevamente si regresaba, pero sabía que no era verdad, porque después de todo, de tantos años, ella seguía viendo la luz a través de sus ojos claros.

Mirando hacia el frente descansaba en el respaldo del trono de mármol que estaba ahí, todo se sentía tan frío, y este frío era más intenso por el calor que había sentido toda su vida, sola y abandonada entraba por la puerta principal Neferet, que se acercaba a ella en silencio, haciendo una reverencia al estar frente a ella, venía sin tiempo y sabiendo lo que sucedería, era muy perceptivo y jamás se equivocaba con las visiones de la fuerza, sabía todo lo que sucedería, y por primera vez, le asustaba.

-Buenas tardes princesa, como se ha sentido?

Le hablaba bajito para evitar el eco que producía ese gran salón oscuro con leves toques de luz que se filtraban de las altas ventanales que contaban la historia de Tafnedara.

-No es un secreto lo que sucedió y lo que sucede, pero estoy tranquila, gracias por preguntar – levantaba la mirada del piso.

-Todas las fuerzas de la primera orden se han ido Acalia, ¿ya no hay nadie más?

-Fue el primero en irse, porque yo le dije que se largara – la ira en su corazón al recordar la hacía estremecer todo en aquello salón.

-La fuerza tiene destinos inesperados para todos joven Acalia – se acercaba a ella aún más y le arreglaba la corona que estaba un poco torcida – eres una reina excepcional Acalia, y serás una gran madre.

-También lo sentiste? – sacaba una leve sonrisa – al principio pensé que era una broma más de mi instinto que quería engañarme para traerme un poco de felicidad.

-Estás embarazada Acalia – le entregaba una amorosa sonrisa – y él también debería saberlo.

-Te prometo – le tomaba una mano – que, si vuelve, le diré.

Neferet se despedía besando la frente de su joven aprendiz, que ya tenía su entrenamiento completado, era una usuaria de la fuerza que podía sentir y predecir, pero sus intenciones propias hacían que la verdad fuera altamente perturbada.

Neferet abandonaba la habitación haciendo sonar su bastón de madera haciendo un eco que retumbaba en los oídos de la reina, una onda sonora que sentía hasta su vientre que se revolvía al sentirse nerviosa, venía algo que le asustaba, se estremecía al sentir la maldad, la crueldad, la oscuridad llegando a su lugar.

Miro el cielo de aquél salón, cielo alto que dejaba ver los grandes candelabros que jamás habían sido encendidos desde el día de su nacimiento, cerraba las grandes cortinas dejando solo la luz que emanaba desde una ventana la puerta gigante, en completa penumbra sentía como la pesada puerta se abría de par en par despacio, entrando con pasos fuertes, una mascara negra al igual que todo su atuendo que lo cubría una capa que se movía al momento de caminar, sin poder mirar bien por la falta de luz del lugar, abría con fiereza todas las cortinas que había cerrado hace algún momento con la fuerza, sentándose bien mirando fijamente la sombra que se acercaba a ella.

Kylo ren se quedaba inmóvil al verla hacer ese movimiento con la fuerza, y levantaba la mirada para ver como la luz entrada por las ventanas altas de aquella sala tan sombría, devolvía asombrado la mirada hacia la reina, que podía verla bien, con sus ojos penetrantes, tez blanca y cabello tan negro y largo que podría atraer todas las estrellas y plasmarlas allí, su corona se camuflaba en la oscuridad de su ser y todo el entorno, se presentaban aquellos representantes de la realeza, conociendo por primera vez a Acalía Kiliam, la reina de Tafnedara.

Coróin di Caliopé(Armitage Hux)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora