Pleananna briseadh croí

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Acalia entraba a la sala de juntas, saludaba vagamente a todos desganada, y así arreglándose la corona que estaba un poco ladeada de sentaba en el lugar que tenía asignado en la mesa, sin mirar a nadie en particular se daba cuenta que Armitage no estaba en la reunión, le molestaba el hecho de que no estuviera ya que se lo había pedido.

-Buenas tardes, espero que estén todos muy bien – miraba un pequeño holograma que tenía hacia un lado.

-Reina Acalia, cual es la razón de tenernos aquí?

La joven levantaba la mirada aún en silencio, arreglando algunos papeles que estaban en la mesa.

-Esperaba que el general Hux estuviera aquí.

-El general Hux está muerto – Calian le decía déspota.

Amarante, el duque del este lo miraba absorto por la noticia, ya que no estaba al tanto de la situación.

-Está muerto? ¿Y quién está a cargo ahora? – le preguntaba nervioso.

-Por favor caballeros, tranquilos – hablaba tranquilamente - me refiero a su hijo, es bueno tener a la primera orden a raya.

-Para usted es fácil – Calian le insinuaba a Acalia sobre su romance.

La chica lo miraba asombrada de lo que le decía.

-¿Qué quiere decir con eso, duque?

Calian titubeo un par de palabras antes de responderle su pregunta llena de furia.

-Reina Acalia, usted tiene una administración admirable – se reía queriéndose burlar de la situación – aparte tiene el don de caer bien, estoy segura de que puede llegar a tener tan buena relación como sus padres la tuvieron.

-Por favor, si tiene alguna palabra venenosa dentro de su repertorio, no la saque conmigo, yo no soy igual que mi padre y no tengo nada que perder.

-Segura reina Acalía?

-A ver si esto es de su talla duque Calian – prendía un holograma que mostraba modificaciones a la sala del consejo mientras se paseaba detrás de las sillas de los 4 duques que estaban en ese lugar – estaba pensando en hacer algunos cambios en la mesa del consejo.

-Eso es inconstitucional – Xien, el duque de las tierras del sur y el oeste la increpaba.

Acalía se rio de su comentario, si bien estaba contra la constitución, ella tenía algo más bajo la manga.

-Somos una monarquía tío, la constitución está bajo de mi palabra, y recuerden que esta mesa es de discusión y no de toma de decisiones, eso pasa por mí.

-Reina, cuales son sus propuestas? – Amarante volvía a preguntar curioso.

Acalia mostraba los distintos personajes con los cuales les había propuesto una parte del consejo.

-Melekev, es un gran científico y lo necesitamos, al igual que Niutura, que es la dueña de los campos agrarios que hace mucho tiempo está intentando realizar cosechas en sus terrenos.

-Que está pensando reina?

-Estoy pensando que si los tenemos los dos aquí, podríamos hacer algo para poder generar nuestros propios recursos.

-Y librarnos de la primera orden? – Xien le proponía a Acalia.

-Sí, si bien estoy agradecida por toda la ayuda brindada, hace mucho tiempo perdimos total autonomía de nuestro planeta, conmigo a la corona, sé que podemos recuperarlo.

-Es una locura, ¿ahora nos propondrá tener al viejo de Neferet?

-Sí – ponía su fotografía en el holograma – ya que ustedes se van a sus respectivos castillos, necesito alguien que me reemplace mientras no estoy, y que mejor que una figura religiosa que tiene la confianza de la gente.

Coróin di Caliopé(Armitage Hux)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora