Coróin di Caliopé(Armitage Hux)

Chéad fola

Armitage descendía de su nave esperando que fuera la ultima vez que tuviera que irse por una gran temporada, había pasado mucho tiempo planeando lo que tenía en mente, el regreso de su persona estaría marcada de sangre necesaria.

Le sorprendía que Acalía no estuviese esperándolo como generalmente lo hacía desde su balcón, dio un largo suspiro arreglando su larga chaqueta que lo protegía del invierno que había llegado con todo a ese lugar del planeta, sintió nauseas al ver a su padre acercándose a él, sin decir una palabra solo lo saludo con mirada llena de odio y rencor, la luz de la habitación de Acalía se encendía, pero seguía sin verla.

Su padre le hizo una seña que lo acompañase, nuevamente recibiría una plática desagradable, Phasma que lo acompañaba miraba hacia los lados y seguía la caminata que había comenzado Armitage rodeando al castillo principal para irse de lleno a la parte de atrás.

Al llegar al despacho de su padre, sin ninguna expresión en su rostro solo se limitó a estar de pie frente a él, ya se sabía de memoria las palabras que le diría, pero más que darle miedo sus acciones, le aburrían.

-Sé que te has hecho una persona de confianza para el líder supremo – le decía mientras carraspeaba.

-He estado supervisando la nueva base, creo que eso a ayudado – le respondía déspota.

-Da igual que tanto confíe en ti el líder supremo Armitage, sabes muy bien las reglas de estar aquí.

-Claro que las sé, no tiene por qué repetírmelas cada vez que vengo.

-Sí en un principio te hubieras alejado de la princesa no estaríamos en estas.

-A situación se refiere?

-Sabes bien a lo que me refiero, espero que acates lo que te digo, sigues siendo un comandante Armitage, yo soy general, que no se te olvide la jerarquía.

-También tengo que obedecerlo porque es mi padre?

-También.

Brendol le hizo una seña con la mano para que abandonara la sala, se sentó en la silla de su escritorio y se apoyó agarrándose su cabeza, estos tiempos eran decisivos para el futuro de la primera orden en Tafnedara, tenía que jugar con inteligencia sobre los pasos que tomarían de ahora en adelante y el hecho de Armitage volviera a la base del planeta le complicaba más.

Armitage caminaba hacia afuera de la residencia, miró a Phasma asintiendo con la cabeza, todo estaba conversado y no había más que darle vueltas a la situación.

Los soldados de Rax se formaban frente a él esperando una orden, Armitage los miró a todos fijamente sin cambiar la expresión que tenía desde que piso nuevamente Tafnedara.

-Saben que tienen que hacer, vayan al transbordador y en la mañana nos vemos.

Los soldados se alejaban de su vista y Armitage volvía al lado de Phasma.

-Irá con su esposa? – Phasma le hablaba con respeto.

-Phasma, yo no estoy casado – la miró sonriendo de lado.

-A mi no me engaña comandante, he visto el anillo que esconde con sus guantes.

-Espero que no lo divulgue capitán, puede que mi esposa no le agrade que ese rumor ande de boca en boca.

-Sabe que el maestro de los caballeros de ren vendrá por la boda de la princesa?

Armitage volvió a mirar hacia adelante disponiéndose a caminar solo.

-Capitán, sería mejor que le avise a Kylo ren que se asome por aquí, porque tenemos la suerte que esa boda no se concretará.

-Tiene toda la razón comandante, la princesa no puede casarse dos veces.