Póstaí dorcha

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Calian furico por la falta a la palabra de la princesa, que formulaba un par de insultos a la joven que lo miraba con arrogancia y superioridad, comenzaba a juntar todas las palabras en su boca y al instante de levantarse de la silla con un golpe fuerte en la mesa entro el sacerdote Neferet a calmar la situación.

-Buenas tardes caballeros, el rey me contó que era lo que estaba sucediendo aquí, y me parece lamentable.

-A qué se refiere? – le habló un asustado duque de las tierras del sur, el hermano menor del rey.

Neferet poseía en sus manos un gran escrito a mano que se había creado el día que había nacido Acalía, en ese momento los duques sabían perfectamente a lo que se refería el sacerdote y Calian chistaba entre dientes.

Deslizo el viejo pergamino sobre la mesa mientras soltaba una gran nube de polvo.

-Aquí dice que la princesa Acalía, desde el día de su nacimiento estaría a ser reina única aunque posea marido, ósea que en este caso que Inkle se case con ella no poseerá la corona de rey de Tafnedara – miró con tristeza a Inkle – a menos que Acalía lo nombre así...

-Quedamos que ambos serían reyes, ¿no es así Elion? – Calian le decía al rey.

-Quedamos en que se casarían – le respondió el rey a Calian.

-Y esto que tiene que ver con el adelanto de mi matrimonio? – Inkle se apoyaba en la mesa mirando el antiguo escrito.

-Significa, querido, que no puedo ser desposada hasta el momento de portar mi corona de reina – Acalía le respondía a Inkle con una sonrisa sarcástica – como mi coronación corresponde a mis dieciocho años, como lo estipula aquí – apuntó un inciso del papel – no puedes casarte conmigo hasta que eso suceda.

Inkle la miró negando con su cabeza.

-INKLE! ACALÍA! – el rey grito – salgan de esta reunión por favor.

Acalía salió casi corriendo de la sala de reuniones, estaba feliz por haberse salido con la suya, tomo su pesado vestido para correr hacia el bosque ya que la noche se aproximó rápidamente.

-Acalía – Inkle la llamo.

La princesa se daba vuelta a verlo a la cara.

-Supongo que ahora saldrás corriendo detrás de él – camino hacia ella lentamente con las manos en su espalda.

-Supongo que ya estás demostrando quién eres realmente.

-Siempre fui el mismo querida, solo que tú tienes la cabeza por el espacio.

-Olvídate que serás rey Inkle, nunca te nombraré, primero muerta.

-Primero descubierta querrás decir Acalía.

-A que te refieres?

-A que, si no me nombras rey de Tafnedara, todos sabrás en que anda la perfecta Acalia Kiliam.

-Ten cuidado Inkle, recuerda que los secretos que tienes en tu poder están íntimamente ligados a un comandante de la primera orden y una usuaria de la fuerza, y te doy un consejo – se acercó a su cuerpo poniendo una mano sobre su pecho – no te metas con ninguno de los dos, porque ambos te desean muerto.

Acalia se dio vuelta tomando un paso firme y decidido respirando bajito, la verdad estaba muerta de miedo por las estupideces que podría hacer Inkle por ambición y mucho más por las que podría hacer Armitage al enterarse que Inkle hablaría sobre lo que habría visto aquel día en el bosque.

Caminaba hacia el bosque arreglándose el cabello y la corona negra que se camuflaba con la oscuridad de su cabello, utilizaba un collar de diamante que reflejaba la palidez de su piel, sus mejillas se encendieron al ver a Armitage parado frente al banco abandonado de espaldas a ella.

Coróin di Caliopé(Armitage Hux)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora