Sus padres llegaban temprano en la mañana, esos días donde nadie la acompañaba eran bastantes solitarios y tenía constantemente malos presentimientos, miraba el cielo como si esperara algo, una señal o un aviso de como serían sus días de ahora en adelante.
No podía evitar sentir nervios por el pecado cometido, sabía que era ilegal hacer eso, no estaba permitido y faltaba a la herencia y memoria de sus antepasados, pero el amor que sentía por él era más grande, era inevitable para ella pensar en Armitage como alguien diferente en su vida, mantenerlo como su amigo.
El rey Elion bajaba de la nave que los había transportado con un regalo entre sus manos, una jaula con un manto encima que cubría la sorpresa.
Rápidamente Acalía bajaba al gran salón donde se encontraría con ambos de sus padres, los saludaba cariñosamente y se sentaba extasiada por el descubrimiento.
-Te trajimos un regalo princesa – le ponía la jaula en una mesa de centro de mármol pulido.
Acalía descubría la jaula que tenía al frente para darse cuenta de una extraña raza de ave que vivía en los arboles del este del planeta.
-Una Ulchabhán pura – la miraba como el ave le ronroneaba – es mía?
-Liberara preciosa – Elion le gestualizaba con la mano.
Acalía abría la puerta de la jaula para darse cuenta de lo hermosa que era esa ave hembra, se subía a su hombro con toda confianza, como si la conociese de toda la vida.
-Como la llamarás? – Su madre la distraía de la belleza de las plumas blancas de su ave.
-Dejaré que ella lo elija – la saco de su hombro con una mano para que se posara en cualquier parte de esa habitación.
El ave rapaz nocturna se posó sobre un candelabro que estaba puesto estratégicamente sobre la gran chimenea que aportaba calor a la habitación.
-Coinnle – les sonrió a sus padres mientras llamaba devuelta a su ave.
-Paso algo nuevo Acalía? – su padre veía el reporte en un holograma.
Acalía sintió terror, se puso rápidamente nerviosa al pensar en todo lo nuevo que había sucedido en los días que no estuvieron en el castillo.
-Nada padre, nada nuevo.
La cena había sido exquisita, quiso dar una vuelta por los bosques blancos que estaban pasados el lago del castillo, pero la desmotivaba el hacerlo sola, solo habían pasado un par de días y ya extrañaba demasiado a Armitage, quería mostrarle su nueva mascota, que supiera su nombre y así poder comunicarse con él en la noche.
Tenía tantas ganas de verlo nuevamente, o tan solo hablar con él, sino fuera por la restricción de transmisiones que tenía en su comunicador ella ya lo habría contactado, sus padres revisaban con mucho recelo su actividad en ese comunicador.
Se estiro y se recostó en la cama cerrando sus ojos con ligereza, pensando intensamente en él, en sus ojos, su cabello, sus labios, su aroma y como una estrella fugaz lo vio claramente, sintió el dolor que tenía, percibió sus pensamientos, pero fue tan rápido, que se despertó sorprendida por lo que había vivido.
...
Nuevamente caía al suelo, ya era la quinta vez en la noche, estaba nuevamente distraído y Rae lo sabía, podía ver como su pupilo volvía a fallarle.
-Hux! – le gritaba en medio de los soldados de Rax – vuelves a caer te mataré, único aviso.
Se quedó en trance unos segundos, algo lo había perpetrado intensamente y como si eso le hubiera dado toda la energía o en su defecto la amenaza de Rae, vencía fácilmente a todos los soldados, uno por uno, se había vuelto frío, fuerte y cruel.
Luego de un intenso entrenamiento, volvía a su habitación dentro de la supremacy, se daba un baño rápido y se sentó al filo de la cama pensando en lo que había sucedido.
¿Acaso había sido una de las locuras de Acalía nuevamente que lo hacían percibir cosas que no eran naturales?
Rae interrumpía sus pensamientos entrando sin tocar a su habitación, previa que lo volverían a regañar, estaba aburrido de que todos intentaran pasar por sobre él.
-Que te pasa idiota? – se sentaba frente a él – esos payasos casi te vencen hoy – se servía un poco de agua que tenía en una mesa a su lado.
-Sabes cuanto estaré aquí? – le decía mientras levantaba su mirada.
-Tú padre...
-El general Hux – la interrumpía.
-El general Hux no te quiere cerca de Tafnedara, menos de la princesa.
-Eso en cuanto tiempo se traduce?
-Puede que un año, o hasta que ella esté lo bastante alejada de ti como para que no le cause problemas.
Armitage se levantaba tomando un vaso y aventándolo en la pared con rabia.
-Cálmate machote – Rae le volvía a hablar – acaso te gusta?
-No – se volvía a sentar en la cama – a sido mi amiga desde que llegue a Tafnedara.
-Mala jugada tuviste, te metiste con la persona menos indicada.
-¿Por qué?
-Por la protección que tiene, nadie de la primera orden se puede acercar a ella, y si llegase a pasar, el trato de rompe y la primera orden perdería millones de créditos.
-Por eso me quería lejos de ella.
-Por eso y porque teme que seas lo bastante estúpido como para enamorarte de ella – se levantó de su asiento para caminar a la salida – como lo has hecho – dijo mientras se cerraba la puerta detrás de ella.
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Coróin di Caliopé(Armitage Hux)
Fanfiction¿Qué es más importante para tí? La corona o el amor? ¿Qué es más importante para tí? El poder o nuestro amor?