Plánaí an bháis

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-Qué? – se alejó de ella asombrado.

-Eso, debe haber una razón muy grande para que no quieras dejarla.

-Sabes que es peligroso que vayas Acalia, no, yo no te llevaré – se acostaba dándose la vuelta.

Acalia se apoyo en su hombro acariciándolo y dándole un pequeño beso.

-Sé que puedo pasar desapercibida.

-Nada de lo que utilizas pasa desapercibido, y no quiero que los ojos de ren estén encima de ti, y no quiero seguir discutiéndolo.

-Te refieres al caballero de ren? – se acostó mirando hacia el techo.

-Sí querida, no quiero que te hagan daño –

-Puedo cuidarme sola Armitage –

Su esposo se daba vuelta y la miraba fijamente, pasaba su mano por su cabello negro que caía por su pecho.

-El lado oscuro..

-El lado oscuro no me intimida Armitage, tengo habilidades que ambos lados perciben como desconocidas – lo interrumpía – pero está bien – le volvía a sonreír – me quedaré aquí.

Acalia se acostaba abrazando a su esposo capeando el frío de la noche y descansando el largo día que habían tenido ambos.

...

Armitage se levantaba al alba y miraba a su esposa como aún dormitaba en la cama que compartían, se daba una ducha rápida para poder vestirse con du distintivo traje negro, se miraba al espejo que reflejaba la cama y como las sabanas marcaban el cuerpo bien delineado de su esposa, se sentía dichoso de lo que estaba viviendo, pero no completo.

Salía de la habitación sin hacer ruidos que perturbaran el sueño de la reina, podría desatar la furia que tenía dentro y al cerrar la puerta se daba vuelta y chocaba miradas con Phasma que lo esperaba al final del pasillo.

Arreglándose el abrigo para caminar sin que se cayera de los hombros, ponía su rostro descansado en una mirada fría y sin expresión.

-Buenos días general – le decía con la voz medio camuflada por el casco.

-Phasma, sabes que no puedes estar aquí.

-Usted tampoco general, perdóneme mi interrupción, pero debemos partir.

Armitage miró a Phasma analizando su respuesta, caminaba sin decirle nada mientras que ella lo seguía a sus espaldas, sus pasos largos por la longitud de sus piernas no le demoraron mucho tiempo en llegar a la nave.

En sus manos le ponían una tablilla con lo que partirían a la supremacy, aunque no era un viaje largo, necesitarían por si había algún inconveniente.

-General Hux, necesito hablar con usted – Archex se acercaba a él.

-Que quieres ahora? – Armitage le respondía sin mirarlo ni prestarle tanta atención.

-Puede ser en privado? – le preguntaba mirando a Phasma.

Hux miraba a Phasma y le devolvía la mirada a Archex, así mirándolo en menos, solo se limitaba a caminar dentro de la nave negando implícitamente la petición del soldado.

Ya estando arriba de la nave, estaban todos listos para partir y Armitage se ponía al mando de dar la orden de subir, desde la ventanilla podía ver el balcón de la habitación que compartía con Acalía y se veía que ni siquiera estaba abierto, ósea que Acalia aún no despertaba, se reía en sus adentros y daba la orden de salir en dirección a la supremacy.

-General, las coordenadas nos dirigen a base Starkiller – le decía la piloto.

-Están bien, no iremos a la supremacy.

Coróin di Caliopé(Armitage Hux)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora