Había pasado alrededor de un mes desde aquella propuesta que había puesto a la familia real y a todo el planeta Tafnedara en la peor de las posiciones, tenían que jugar con una ruleta rusa que tenía muchas balas, la peor de todas era que la republica se ensañara contra ellos, si bien ellos tenían la tecnología y los recursos para poder darle una batalla a la nueva república, pero sabían perfectamente que no podrían ganar una pelea contra ellos.
Tenían un gran recibiendo a las tropas imperiales, si bien sería una ceremonia pequeña y discreta, el pueblo ya estaba vivo el rumor de que el planeta estaría bajo una gran supervisión, temían por sus vidas, pero al ver al rey tan tranquilo, ellos mismos mantenían la calma, amabas y confiaban tan ciegamente en su rey.
Se veía a lo lejos como llegaban los cargamentos y las tropas imperiales, a un lado del castillo donde estaba la plataforma donde se estacionaban las naves reales, bajaba lentamente una Nave de transporte Imperial clase Lambda, el rey con sus escoltas estaban esperando en la puerta del castillo para recibir al encargado de la misión de poder instaurar nuevamente el imperio en la galaxia.
El rey Elion estaba nervioso y sentía como el frío del planeta lo estaba matando de a poco, todas las jugadas políticas que estaba haciendo eran muy arriesgadas, en cualquier momento podría llegar la nueva republica y ser blanco fácil para una batalla.
Pero ya nada podría hacer, estaba todo firmado, no había vuelta atrás y lo confirmaba al ver al negociante con el que había hablado anteriormente, Brendol Hux, junto a dos personas y un niño, ¿por qué venía un niño?
En una torre del palacio real de la familia Kiliam se encontraba Acalía mirando hacía abajo como sus queridas tierras estaban cambiando, llegaba mucha gente que llenaba las calles de la zona centro del planeta Tafnedara, escondida entre los barrotes de mármol pulido, estudiaba cada nave, cada persona y cada especie que pisaba el planeta, sentía como una energía extraña pasando por su cuerpo que la llenaba y hacerla sentir algo que nunca había sentido antes, acaso algo había despertado en ella?
Sus padres le habían prohibido salir de su habitación hasta que la luna saliera, estaba siendo vigilada constantemente ya que Elion y Juno no quería que su hija tuviera que compartir o tener que toparse con los imperiales, la nueva orden recién nacida podría ver lo especial y poderosa que era Acalía y no podrían entregar nuevamente a un integrante de la familia al juego estúpido de bandos que ellos no entendían ni querían hacerlo.
De un momento a otro vio como un transporte imperial se posaba donde solo la familia real lo hacía, viendo bajar al hombre extraño que le hizo la alocada propuesta a su padre, y al ver toda esa masividad de personas que no conocían estaba completamente segura de que su padre había aceptado. Junto al hombre extraño, bajaban dos personas y un niño con su cabellera tan rojiza que no pudo evitar no mirarlo, se sentía extrañamente interesada, al ver toda su vida cabellos blancos y solo ver que la única persona que no encajaba en ese patrón era ella, no tenía idea que el pelo podría captar otro tipo de colores, ni siquiera conocía los otros colores.
Él niño se veía alrededor de 4 años mayor que ella y llamaba la atención de todos los nativos de la tierra de Tafnedara, llevaban viendo muchos años sin conocer otras razas y el hecho de que existiera algo más que el negro y sus gamas, era solo un mito que recorría por las calles que algún viajero pudo haber dicho hace muchos años.
Acalía quería saber si lo que estaba viendo era real y los guardias en su habitación no la detendrían, pero si habría algo que ella no sabía, al entrar nuevamente a la habitación y cerrar los ventanales, se giraba para ver a su amorosa madre parada frente a ella.
-Cariño, que hacías afuera? – Juno se acercaba a su hija tocándole su pálido rostro.
Acalía se sentó en el sofá que estaba en su habitación derrotada.
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Coróin di Caliopé(Armitage Hux)
Fanfic¿Qué es más importante para tí? La corona o el amor? ¿Qué es más importante para tí? El poder o nuestro amor?