Banphrionsa

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Viajaban desde distintos lares del planeta de Tafnedara al centro de este, las anunciadas celebraciones por el cumpleaños número 7 de la pequeña princesa estaba comenzando y todas las personas que poblaran el planeta se vestían con sus mejores ropas para asistir a palacio, todos estaban invitados, una larga fila había en el pasillo del trono donde se encontraba la familia real donde pasaban las familias a desearle una feliz vuelta a la luna a la pequeña princesa, también a dejar los presentes que eran bien recibidos en la mesa de los reyes agradecidos por el amor que tanto le daban a su pequeña hija.

Pasaron al menos 100 familias de pobladores, Acalía estaba cansada de sonreír y la exposición, miraba por donde podría escapar, seguía buscando respuestas, contaba los segundos que tenía que seguir compartiendo con toda esa gente hasta que los llevasen al patio trasero que bellamente adornado con rosas negras celebrarían hasta el amanecer de la luna, bebiendo vino blanco y comiendo del buffet, era la única fiesta que se celebraba a lo grande, su hija se merecía todo.

Hace un mes no tenía contacto con el niño de cabellos rojos, miraba entre la gente si por casualidad estaba, las clases que tenía le quitaban el tiempo y lo que le quedaba de tiempo libre investigaba la extraña magia que poseía, sus padres aún no se daban cuenta de lo peligrosa que podría llegar a ser su hija.

De pronto un estruendo llenó la sala, caminaban haciendo sonar el mármol pulido del piso, él comandante Brendol Hux con su sequito junto a su retoño llegaban a darle las felicidades a la pequeña princesa, Juno miraba a Elion, él los había invitado por cortesía, aunque no creía que fuesen a llegar, sentía la mirada de su esposa fulminante en su hombro.

Todos se hacían a un lado dejando pasar a las personas que vestían de negro totalmente como acostumbraban, Brendol llegaba con una sonrisa con cierta complicidad, sabía todo lo que había sucedido con su hijo y la princesa, y si ocupaba eso a su favor, podría ser muy beneficioso para la primera orden.

-Buenos días! – Brendol y todos los demás hacían una reverencia frente a la familia real – Feliz cumpleaños Acalía Éadrom, sin duda, hoy eres una luz para tu familia, ¿verdad?

-Muchas gracias – decía agradecida mientras ladeaba un poco la cabeza para ver esa cabellera roja.

-Les presento a mi hijo – Brendol se ladeaba para dejar pasar a Armitage que cruzaba mirada sorprendido con Acalía – se llama Armitage Hux.

La familia real hacía una reverencia mientras que Brendol hacía un gesto para que se retiraran al patio de atrás donde estaban todos los invitados de la fiesta.

Los violines comenzaron a sonar la tonada real, caminaba la familia real agradeciendo la asistencia de todos, Acalía se subía a un podio para dar un discurso de agradecimiento, como siempre lo hacía desde el momento que supo cómo hablar.

Luego de que los participantes de fiesta comenzaran a embriagarse y que la noche comenzó a caer, la princesa sigilosamente se alejo de la fiesta para seguir su investigación, cuando cerró la puerta de la gran biblioteca sintió como una energía estaba ahí cerca, se dio vuelta rápidamente para ver a Armitage.

-Que haces aquí? – Acalía caminaba hacía una de las estanterías.

-Nunca me dijiste que eras princesa – decía mientras se sentaba.

-Hubiera cambiado algo? Si te vas a quedar aquí ayúdame – decía que se levantara.

-Que quieres?

-Sabes algo de romper cosas con la mente?

-Como los Jedi?

-Quienes son los Jedi?

-El comandante Hux los a estado buscando para reclutarlos en la primera orden, dicen que son muy fuertes.

Acalía en un dispositivo que estaba cerca de las estanterías ponía la palabra Jedi, era un buscador rápido que le proporcionaba los libros, rápidamente comenzó a correr hasta darle la ubicación del libro.

Corría hacía el abriéndolo y comenzándolo a leer.

-Porque te interesa tanto esto? – Armitage miraba curioso.

-Me prometes guardas un secreto?

-Lo prometo

-Rompí una taza con la mente

Armitage se tapo la boca la impresión, no podía creer que la niña que conocía fuera usuaria de la fuerza, muchas veces entre los corredores se hablaban de ellos, los strormtrooper hablaban mucho de como el líder supremo era uno de ellos, por lo mismo le temían tanto.

-Que dice ese libro? – Armitage y Acalía se sentaban en el suelo para leer mejor el libro mientras se acompañaban el uno al otro.

Algo nació entre los dos, su primera promesa creo un lazo irrompible que ni la fuerza, ni el poder, ni la ambición rompería.

Coróin di Caliopé(Armitage Hux)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora