Capítulo Trigésimo

111 14 0
                                    

El palacio ideó una estrategia, ya sabían que intrusos vendrían y estaban preparados para lo que sea. El Zar mandó a concentrar a toda la guardia en el interior del palacio para tender les una trampa y poder emboscarlos y finalmente interrogarlos.

Todos los hombres del palacio estaban en guardia, listos para todo y a las mujeres y niños cortesanos y nobles los habían derivado a un ala bastante amplia para que se mantuvieran seguros y libres de cualquier peligro. Elizabeth estaba muy inquieta con todo lo que estaba pasando, tenía mucho miedo y ansiedad haciéndola caminar de un lado a otro en círculos, sabía que era cuestión de tiempo para que esos hombres aparecieran. Se acercó hasta su madre quien estaba sentada en el sofá de la habitación, ella parecía estar tranquila.

— ¿Como es que podes estar tan calmada? —pregunto sentándose junto a ella.

— No lo estoy —dijo tranquila— Pero si yo permanezco en calma, los demás tomarán mí ejemplo y así el pánico desaparecerá —le explicó en voz baja.

_.-._.-._

El palacio no parecía estar cuidado ya que no encontraron absolutamente ningún guardia en la entrada o en los lares exteriores. El robo se efectuaría sin problemas después de todo pero aunque no vieran guardias, trataron de ser lo más precavidos posibles y sin más ni más ingresaron al palacio, cuidando sus espaldas. El lugar era inmenso y no parecía haber absolutamente nadie, es más, parecía estar completamente desierto por dónde iba la vista.

Uno de ellos observaba los jarrones de pié con recelo, se iba a acercar hasta que sus compañeros lo llamaron y tuvo que dejar sus pensamientos atrás para seguirles el paso.

— Tenemos que estar todos juntos, esto no puede ser tan fácil como lo parece —comento uno en voz baja mientras veía a todos lados.

Los guardias de hecho sí estaban en el palacio, pero estaban tan bien ocultos que pareciera como si no estuviesen. Pensaron inmediatamente que esos "criminales" no habían robado ni una naranja en sus vidas ya que eran muy mediocres a juzgar por como actuaban. Sería sumamente sencillo sacarlos a patadas de allí.

El plan era que fueran directamente a la sala del trono, ya que si eran tan estúpidos como pensaban eso era lo que harían y de hecho lo hicieron, esperaron a que se acercaran a la silla del Rey para poder emboscarlos pero un guardia real había cerrado la puerta antes de tiempo alertando a esos ingleses quienes salieron corriendo, separandose y dispersandose por todos lados. Debían de capturar al menos unos diez de ellos y los muy desgraciados eran rápidos.

Se fueron por cada tramo del Castillo. Arriba, a los costados, abajo y otros se escondieron. A esos los atraparon antes pero dos de ellos fueron más inteligentes vistiéndose de cortesanos al entrar a una habitación. Podrían haberse confundido con ellos a la perfección de no ser por el idioma ya que ellos no lo hablaban aunque no sería problema ya que tenían la apariencia.

Salieron tranquilos de la alcoba y planearon tomar a un rehén importante para poder llevar a cabo el plan que tenían, aunque ya ni había muchas posibilidades. Mientras caminaban tranquilos se toparon con un guardia quien parecía estar enojado por el tono elevado de su voz.

— Что они делают ?! Они должны быть в северном крыле (¿Qué están haciendo? Deberían estar en el ala norte)

No habían entendido absolutamente pero mostraron una expresión de arrepentimiento. El guardia los llevo a dicha habitación en donde estaban discutiendo que harían después de capturar a todos los intrusos aunque no entendían lo que pasaba.

A Simple MaidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora