Cupido Alexby |Karmaland 4|

Capítulo 1: Quien siembra vientos cosecha tempestades

Capítulo 1: Quien siembra vientos cosecha tempestades.

Narra Alexby.

Ya han pasado tres días. Tres días por los cuales no tengo un rumbo en específico. No estoy seguro a dónde dirigirme o cómo actuar con cada habitante de Karmaland.

¡Pero qué digo! tal vez debería rendirme, renunciar a todo.

Si hubieras dicho que sí...

Las cosas serían diferentes, mi sonrisa y mis ánimos continuarían en las nubes.

Si hubieras dicho que sí...

Yo no estaría tirado en mi cama, sin ganas de levantarme, sin ganas de querer o de hacer nada.

Si hubieras dicho que sí...

Seguiría diciéndote que eres lo mejor del pueblo. Seguiría siendo tu compañero de policía sin sentirme incómodo cuando te acercas.

Si hubieras dicho que sí...

Tal vez ya no sentiría celos cuando pasas tiempo con Willy.

Pero optaste por la salida más fácil Fargan. Optaste por la salida más fácil para ti.

Si me hubieras dicho que sí...

Te hubiera amado toda mi vida.

No me malinterpretes, acepto tu decisión y estoy resignado a no odiarte, sin embargo... me hubiese gustado que te lo planteases un poco más y no rechazarme de primeras.

Que soy tu amigo, ¡tu mejor amigo! Está bien, lo entiendo, pero entonces debes entender que esto me duele a mí.

¿Qué voy a olvidarte? Jamás, siempre serás un compañero mío ¿Qué voy a superarte? Probablemente, aunque no será de la noche a la mañana, ni tampoco con la primera persona que encuentre.

Es cuestión de esperar, de aguantar.

Mencionaste que te gusta Dulce, que ibas a pedirle matrimonio. Qué harías todo por ella. Bien, yo pienso ayudarte cuando me necesites, no obstante, quiero que me hagas un favor, solo un favor.

Deja de lastimar gente.

Hubiese deseado poder decirte todo esto a la cara y no estar escribiéndolo solo para desahogarme.

Sin pensarlo dos veces despego mi rostro del papel y suelto la lapicera. Un secreto mío, es que me gusta escribir mis sentimientos para evitar destruirme por no contárselo a alguien.

Aun así, hoy, esto no me está sirviendo, me siento con rabia, impotencia. Quisiera causar algún problema sin recurrir a las típicas explosiones de casas.

Me gustaría que los pueblerinos se sientan como yo...

Desearía crear el caos, de una manera peculiar.

¿Cómo podría...? Levanto la mirada y me quedo observando mi ropa de comisario en un estante. Hoy no me toca estar de servicio.

Miro a mi alrededor, mi hogar suele ser silencioso, no obstante, hoy se siente todavía más denso.

Por puro impulso, me paro y comienzo a recorrer mi casa, me aproximo a la cocina para agarrar una manzana y carne cocinada, para luego salir y dirigirme a la habitación de Jimmy.

Es el único que después de tanto tiempo se ha quedado conmigo, por lo que no quiero que jamás le falte amor y cariño. Apenas me ve se emociona y se arroja a mí, llenándome de lamidas y afecto, a lo que yo le correspondo con caricias.