Capítulo 25: Iniciando el cronómetro.
Narra Luzu.
Mi vida se encuentra de cabeza.
Durante ésta última instancia, no hago más que acurrucarme en el sillón de mi sala, deseando que todo pase, para poder levantarme y continuar mi transcurso, en compañía de Lanita, claro está, quien conoce mi realidad mejor que nadie y, como mi mejor amiga, no me permite sentirme triste y solo. Aunque... cuando ella no está, como ahora, me doy ese privilegio.
Sé que suena a cobardía lo mío, sé que no debería sentirme miserable, debería avanzar por mi cuenta, no esperar.
Pero cuando vives en Karmaland por un tiempo, te enamoras de un chico que te prometió el mundo entero y un futuro sano, y te devuelve traiciones, engaños, mentiras, para luego irse con otro y volver como si nada a asesinar a un chico cualquiera que coqueteaba contigo... vaya que es duro y confuso al mismo nivel.
Y es que sería más fácil si el contrario fuese sincero, sin embargo, Auron... nunca dice lo que siente, no acepta lo que piensa y no admite sus conflictos.
Un poco irónico viniendo de un psicólogo si me preguntan.
Cada vez que me hablaban del, previamente, azabache no podía evitar intentar defenderle, ser la voz de la razón a la hora de que generaran acusaciones en contra suya, quería protegerlo, cuidarlo y más que nada sabía que mis palabras surtían efecto en él. Después de ello, todo cambió, tirar aquel hechizo en su contra abrió una nueva etapa en nosotros. Cuando antes éramos considerados los más unidos, además de Vegetta y Rubius, se había vuelto una enemistad completa. Llegamos al punto de detestarnos y vengarnos constantemente.
Una vez que ese periodo de tiempo transcurrió, retomamos nuestra plática, recuerdo que lo extrañaba con todo mi ser y él también a mí. En los días que no estaba con Lolito, venía a mí para contarme sus aventuras, secretos y compartir un momento. Estábamos volviendo a nuestras raíces y entendimos lo mucho que lo anhelábamos. Recuerdo que, en medio de todo aquel malentendido, él había perdido a su hijo, ese que se había casado con Lolito, me contó apenado, me permitió verle y se entusiasmó cuando puse flores en su tumba, yo le había dicho que estaría para él, que no necesitábamos pelear, y Auron, por primera vez estuvo de acuerdo. Sentí una transformación ese día, en la que luego de haber sobrepasado el tornado que era nuestra relación, había vuelto la calma y la serenidad, pero... ¿y si esto es solo el ojo del huracán?
Tuvimos nuestra historia, y lo más controversial de todo es que ni siquiera acaba ahí. Habíamos tenido roces, discusiones, lamentos, pero nada similar como aquella noche, en donde un Auron alcoholizado de pies a cabeza, se abalanzó a mí para besarme, no una sino ¡dos veces! ¡y después olvidarse! ¡dejarme a mí solo analizando la situación!
Mis mejillas arden con solo traer al presente ese día ¡Es que no puedo evitarlo! Cubro mi rostro con mis manos ¡cerebro! ¡basta!
¡¿Soy el único que en verdad sintió una chispa?! ¡¿El único confundido aquí?!
¡No! Es imposible ¡Sé que él está con Mónica! Pero ¿y yo qué? ¿Tan poco valgo? ¿Soy un juego? ¿un secreto? ¡¿Un "ahora sí y luego no" para él?!
No me creo que todo lo que hizo fuera falso, manipulador o mentira ¡Él es decente! ¡Y yo no soy ningún tonto!
Hace ya un poco más de una semana que no tengo ningún tipo de contacto con él, deduzco que ya el antídoto habrá hecho efecto y, asimismo, también transcurrió el tiempo en el que podía retractarse. Por lo tanto, ahora debe ser él permanentemente y... para ser franco... tengo miedo.
Tengo miedo de que el haber vuelto a convivir conmigo haya sido una fachada para que yo decidiese devolverle su apariencia. Tengo miedo de que haya llegado al límite para engañarme.
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Cupido Alexby |Karmaland 4|
FanfictionLuego de ser rechazado por su amigo y compañero de policía, Alex no encuentra otra manera de desahogarse más que sembrando el caos. No obstante, en lugar de explosivos y destruir las casas de los demás pueblerinos de Karmaland, opta por utilizar un...