Capítulo 21: Apariencias engañosas

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Capítulo 21: Apariencias engañosas.

Narra Auron.

Ahora sí... estoy acabado...

Mi mundo, toda mi vida y mis emociones se mezclaron y se disolvieron en tan solo una noche...

Porque esa fiesta, esa inolvidable noche, quedará marcada como un tatuaje sobre mi piel por el resto que me queda de vida, y aun, no descubro si será para bien o para mal.

Pasaron dos días desde la reunión. Dos días en los que no he hablado con ninguno de mis compañeros, dos días en los que no consigo mirar a Mónica a los ojos, dos días en los que no puedo pensar con claridad...

¿Y todo por qué? Por un vago recuerdo mío en el que accidentalmente me arrojé, por un descuido, a Luzu.

Lo que aún no me cuadra, sea el hecho de que, si bien yo estaba borracho en demasía para ser consciente y controlarme, él... no estaba en equidad de condiciones y aceptó el beso. No lo correspondió, no lo siguió, sin embargo... tampoco me alejó...

Y aquello me lleva a pensar ¿Acaso el castaño en verdad gusta de mí y la carta que recibí es cierta? ¿O simplemente optó por no alterarme a mí? ¿Se dejó besar por cobardía o por decisión propia? Esto no me va a llevar a ningún lado.

Lo peor de todo, es tener que verme al espejo y recordar que aun me debe mi apariencia original ¡Ese desgraciado! ¡Quiero mi aspecto ya mismo! ¡y estoy dispuesto a estar incómodo unos momentos si me la devuelve INMEDIATAMENTE!

-¡Sin esperas ni mierdas! -me digo a mi mismo, rechinando los dientes y apretando los puños. Lanzo un suspiro agotado, deambulando por la zona donde poseo mis cofres de un lado a otro.

A Adam, últimamente no lo estoy viendo mucho, supongo que él también se enteró del altercado con el chico de buzo rojo, por lo que ahora me tiene un poco de miedo, aunque lo disimula considerablemente. ¿Puede ser que besé a Luzu porque hace tiempo que no me desahogo con Adam?

Salgo del sótano y encuentro a mi esposa en el sillón negro, mirando a la nada, hasta que me escucha caminar y voltea a verme.

-Amor... -me llama dulcemente, levantándose y aproximándose a mí.

-Dime -declaro, echando un vistazo a la puerta principal y volviendo a verla.

-Tenemos que hablar -menciona sin tapujos, captando mi atención.

-Eh... okay -dudo, pero acabo accediendo y, seguidamente nos acercamos a un rincón. Ella se fija de que no haya nadie para luego comenzar.

-Últimamente estás... un poco... -se tira el cabello hacia un lado mientras busca las mejores palabras que me describan- distante -finaloza, clavando sus pupilas en las mías.

-¿A qué te refieres? -quiero excusarme, fingiendo no comprender.

-Me refiero a que... estuviste metido mucho en tu cabeza... y desde el día que fuiste con tus amigos... no me diriges más de tres oraciones seguidas -muerde su labio y desvía la vista al suelo, apenada.

¿Cómo podría? ¿Cómo podría observar a aquella chica que alguna vez me atreví a amar con todo mi ser y, declararle que ya no sé si siento lo mismo? ¿Cómo le explico que estoy teniendo mis dudas sobre el castaño que más viene a visitarme?

¿Cómo descubro a quién quiero más?

-¿A dónde quieres llegar realmente? -insisto nervioso, creyendo que ella ya sabe qué me sucede, después de todo, no me casé con ninguna tonta.

-¿Pasó algo de lo que no me enteré? Sabes que te perdoné lo del asesinato el otro día, a pesar de que no me hayas dicho el por qué. ¡Nuestra propia hija te tiene cierto miedo y tú, en lugar de preocuparte parece que tienes algo más en mente! -se altera un poco, elevando su tono de voz para luego darse cuenta- o alguien...

Cupido Alexby |Karmaland 4|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora