Estando tan cerca de descubrir su verdadera identidad, Yoan Palacios incursionará la odisea de vuelta a casa topándose con toda especie de noticias.
Negado a seguir perdiendo, se sumergirá en turbias aguas con el objetivo de conseguir las respuesta...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
MARTES 15 DE SEPTIEMBRE
Había ido al hospital a ver a Roma, su hermana me dijo que Eiden no había ido a verla, al parecer las cosas no parecen poder arreglarse entre ellos, sin embargo, justo cuando me había cabreado con Eiden y había pensando en soltarle unas frescas re cancheras, Mauro llegó con él al hospital.
— ¡Gideon! — casi que venía cargándolo, médicos lo asistieron de inmediato, cuando yo logré acercarme, ya lo estaban subiendo a la camilla.
— ¿Qué pasó?
— No tengo idea, estaba bien, de pronto comenzó a toser sin parar. — lo miré y él a mí.
— Se contagió. — era cuestión de moverse con velocidad, trajimos a los niños al hospital para que los revisaran, afortunadamente, ellos estaban a salvo, pero Roma y Eiden no, Alex apareció.
— ¿Cómo está, hijo?
— Es neumonía, pero no fue todo lo que encontramos.
— ¿De qué hablas vos?
— Presenta aterosclerosis coronaria.
— ¿Qué?
— Las arterias se han vuelto rígidas, tenén que intervenirle.
— ¿Es por el trasplante?
— Sí, está saludable, de otro modo, creo que ya hubiera sufrido un ataque al corazón.
— ¿Ella cómo está?
— Mejor, es un procedimiento, el problema está con tío Eiden, él está más delicado para cualquier cosa que le caiga encima debido al trasplante.
— Fue hace más de veinte años.
— Esto lo pudo ocasionar hasta el tratamiento médico, hay múltiples razones. — ya estaba ansioso, pero pasé de la preocupación al asombro cuando vi a Malik llegar al hospital con un aspecto totalmente diferente al que nos tenía acostumbrados, gafas oscuras, perforación en la oreja de la que colgaba una cruz, perforación en el labio y la ceja, sin mencionar los tatuajes, los jeans, las botas y la playera de cradle of filth, si Eiden lo ve así, es probable que se muera de una.
— ¿Malik?
— Deja de mirarme así ¿Cómo está mi mamá?
— Mejor, pero tu papá también se contagió.
— ¿Mi papá también está aquí? Mierda. — incluso el acento se le había modificado, blasfemaba sin pudor y tenía una vibra de color naranja. — ¿Puedo ver a mi madre?
— Sí. — le dijo Alex. — Vamos. — yo me quedé como pegado al suelo, Mauro se acercó y miró a Malik también.
— ¿Qué mierdas le pasó al caballero del buen vestir?
