Estando tan cerca de descubrir su verdadera identidad, Yoan Palacios incursionará la odisea de vuelta a casa topándose con toda especie de noticias.
Negado a seguir perdiendo, se sumergirá en turbias aguas con el objetivo de conseguir las respuesta...
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VIERNES 9 DE OCTUBRE
Pese a que las semanas comúnmente se iban como agua entre las manos, no era lo mismo para todos y es cuando entendemos la relatividad del tiempo, Yoan y compañía se habían esforzado estos días, tanto para supervisar las playas de La Coruña como para encontrar el defecto que lleve a William al "infierno", pero parece que, en ninguna de las dos cosas, habían triunfado como esperaban.
Pero eso sería cuestión de tiempo para solucionarlo.
Mientras tanto, Maurice fue a ver a Malik para informarle algo que él y Yoan, había encontrado.
— ¿Se puede?
— Adelante, cierra la puerta, Mau.
— Tú hermano y yo encontramos algo, pero como él no puede venir a contarte, soy el corresponsal.
— Te escucho.
— Conseguimos una dosis de krokodil ¿Estás bien?
— Tomé clonazepam, estoy saliendo de mi bache, pero te escucho. — refirió mientras se frotaba los ojos.
— Encontramos en la dosis un potente surfactante no iónico, derivado de plantas, con un balance hidrofílico-lipofílico.
— ¿Y en español es?
— Permite remover suciedades firmemente adheridas sin afectar a las superficies y materiales, comúnmente usado en aviones.
— Ya sabemos que la droga vuela de un punto a otro, Mau.
— No es todo, la droga está envuelta en papel de arroz para controlar la humedad, pero la envoltura es sintética, encontramos un hongo que solo se encuentra en el océano, producto de estar en contacto con el mar.
— ¿Por medio de un barco?
— No, la concentración me dice que la droga, en algún momento, termina en el mar.
— Oh vaya, ustedes los nerds.
— Yoan es de mucha ayuda, es un conocedor interesante de la biología, yo solo identifico cadáveres.
— Oye Malik. — Chiara entró a la oficina de Malik sin llamar a la puerta, en los brazos tenía a Montse. — Lo siento.
— Chiara ¿Recuerdas a mi primo Maurice?
— Claro, es como hermano de Will.
— ¿Cómo estás Chiara?
— Bien, gracias. — si alguien tenía el sentido más sensible que Yoan, ese era Maurice, miró como la pequeña se arrojaba al cuerpo de Malik, quien no dudó en tomarla en brazos.
— Hola Monche ¿Quieres bailar? — al fondo sonaba algo de tango, Malik adhirió su mejilla a la de la pequeña y sin hacerle mucho caso a Mau y a Chiara, comenzó a bailar, la sujetó de su brazo mientras Chiara sonreía.
