Estando tan cerca de descubrir su verdadera identidad, Yoan Palacios incursionará la odisea de vuelta a casa topándose con toda especie de noticias.
Negado a seguir perdiendo, se sumergirá en turbias aguas con el objetivo de conseguir las respuesta...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Abordamos y Eli apareció después de unos minutos, senté a Stella en medio de nosotros, para alejar la tensión, gracias a Dios, llegamos rápidamente a la fiesta, Eli bajó primero, sostuve a Stella y bajé también.
— Papi, tu bubu. — Stella llama bubu a las heridas.
— Estoy bien, mi amor.
— Espero que no digas mentiras.
— No, no. — entramos y como siempre, las fotografías de la alfombra roja, esto es más incómodo que las fotos en las que Eli y yo no éramos nada. — Vamos. — le dije a Eli esperando que pasara por delante.
— Gracias — agradeció fingiendo que todo estaba bien, siempre se le dio bien.
— Mielito — vaya, Dharious vino temprano —. Hola, vaquerita — dijo saludando a Stella —. Y hermana mayor, obvio. Por cierto, papá quiere hablar contigo sobre las escrituras de la casa de Yoan.
— Claro, yo lo busco.
— Oye, Mielito, ¿podemos hablar un segundito? — me pidió.
— ¿Quieres que yo la cargue? — ofreció Eli, refiriéndose a Stella.
— Claro, amor, ve a buscar a Chani.
— ¡Chani! — salió disparada a cualquier lado y fui con Dha. — Dime que no mataste a nadie, boludo.
— Vamos, yo soy una dulzura — tragó saliva —. Pero sí que necesito de tu ayuda.
— Endúlzame vos el oído y vemos.
— A ver, ¿cómo decirlo? — se preguntó rascándose la cabeza —. Ah, ya sé cómo — me puso la mano sobre el hombro —. Estoy muriendo lenta y patéticamente — me dijo angustiado —. Mi papá insiste en darme la compañía, cosa que no quiero aceptar, y menos yo solito, y la única persona que bien pudo haberme ayudado, tiene ocupada la agenda — juntó las manos a modo de plegaria —. Ayúdame, por favor, que me estoy ahogando en una maldita gota.
— ¿Venís aquí conmigo a que salve tu culito, porque alguien más no tené libre la agenda? ¿Eso decís?
— Sí y no — carraspeó —. Mira, no es que me haga sentir orgulloso de mí mismo, pero Ange, dice que no puede ir — suspiró derrotado —. Iron-man dice que, a veces es normal que pongan excusas, y le creo, hubo un tiempo en que solía defenderme bien con esto de las mujeres... Y ahora no sé por qué actúo como un pobre novato.
— Ammh ¿Por qué será? Ah, ya ¡Por qué eso sos! ¡Sos un magnate! ¡Un Anderson! ¡Un mamón! ¡Tenés que creerte lo que sos boludo! Yo te quiero arrancar la cabeza por pelotudo, pero, creo que existe alguien que te dirá lo que querés saber. — señalé a Yoan. — Es como un motor recién afinado, con balatas nuevas y balanceo recién ejecutado, finísimo señor, él.
— No, no, no — rio negando con los dedos índices —. Muy bonita la oferta, pero no, gracias, pero no. Ya de por sí me he pasado en vela creyendo que Ange, no quiere que nos vean juntos por nuestras carreras, y créeme, no se siente bonito pensar así.
