Estando tan cerca de descubrir su verdadera identidad, Yoan Palacios incursionará la odisea de vuelta a casa topándose con toda especie de noticias.
Negado a seguir perdiendo, se sumergirá en turbias aguas con el objetivo de conseguir las respuesta...
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MIÉRCOLES 14 DE OCTUBRE
Dieron de alta a Malik y de inmediato lo instalamos en casa, estaba diferente, no hablo de los tatuajes ni de los piercings (que si le viera mi santa abuela se los arranca de una), hablo de que parece haber encontrado algo que llevaba buscando por mucho tiempo, no sé explicarlo. Yo por mi parte, aun no me sentía muy bien, el pecho lo sentía comprimido, pero me dio gusto que Roma ya estuviera más que bien como para volver al trabajo, yo no, no se puede cuando tengo a la guardia nacional vigilándome.
— Rosi, vigila que papá no vaya al trabajo. — le dijo Malik. — Voy a derramarme como caramelo en mi cama. — sonreí.
— No iré a ningún lado. — dije elevando las manos, me quedé en la terraza, mirando el Snoopy que mi papá había mandado fabricar para Yoan, y todavía me preguntan por qué odio diciembre. El timbre de la entrada sonó, pero estaba tan absorto que no presté atención.
Al poco tiempo escuché voces alegres, eso llamó mi atención, me regresé para ver porqué tanto buen humor.
— Te lo digo, Rosi, eres una belleza cuando te ríes así — era el hermanito de Eli, cuando me vio me sonrió —. Hola, Iron-man — saludó —. Quise venir en persona a verte, ¿hice mal?
— No, ya no tengo neumonía, estás libre de querer escaparte de tus responsabilidades, Dha ¿Cómo estás? Toma asiento ¿Te ofrezco algo de comer o beber? Excepto fresas, Malik es celoso con sus cosechas, quién sabe a quién se parece.
— Estoy bien así, gracias — miró a Rosi —. Traje algunos regalos de Tokio, Rosie estaba riéndose de mi regalo para ella, no sé por qué, creo se vería bonita con esa gorra de panda — dijo con todo divertido.
— Entonces sabrás que Malik estuvo en Tokio todo este tiempo.
— Cuando se fue, estuvo en Tokio, tiene tatuajes de la Yakuza.
Subió las cejas — Vaya cosa, no tenía idea de que Malik hubiese estado en Tokio, de verdad, Eiden.
— Es bueno ocultándose, ese hijo mío.
— ¿Estás enojado conmigo? — me preguntó.
— ¿Por qué lo estaría?
— No lo sé — respondió incómodo.
— Yo estoy enojado con el mundo entero si eso es lo que percibes, pero eso ha sido desde que tienes memoria, ¿Cómo has estado?
— Bien, en lo que cabe — respondió frotándose el cuello —. Papá me dijo que, pronto, me daría la compañía de manera oficial, ¿puedes creerlo? Quiere darme su compañía.
— Creo que estás calificado para tomar el mando, tienes la edad suficiente, para este momento, yo tendría que haberla cedido a Yoan hace tres años. — suspiré. — Malik, aún no está listo, seguiré al frente hasta que encuentre un sucesor que pueda ayudar a Malik con todo esto.
