CAPITULO XXX "RESENTIMIENTO"

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Después de la fiesta, llevé a Yoan a su habitación, era habilidoso, pero, aun así, le apoyé a acomodarse en la cama, me recosté a su lado, miramos ambos ese regalo que Jacquie le había hecho, sabía que era importante para él y por eso lo mandé col...

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Después de la fiesta, llevé a Yoan a su habitación, era habilidoso, pero, aun así, le apoyé a acomodarse en la cama, me recosté a su lado, miramos ambos ese regalo que Jacquie le había hecho, sabía que era importante para él y por eso lo mandé colocar en el techo.

— No te di un regalo de cumpleaños. — susurró.

— No importa, tengo decenas que tardo en abrir, al menos, seis meses.

— Aun así, debí darte un regalo de cumpleaños.

— Despertaste hace unas horas, tranquilo, no pasa nada, creo que el que volvieras hace que lo demás no importe tanto.

— Estoy resuelto a darte un regalo de cumpleaños.

— Si eso quieres, pero ahora, que no sea tu prioridad.

— Cuando yo tenía seis años, vi un libro sobre la selva virgen que se titulaba "Historias vividas" una magnífica lámina. Representaba una serpiente boa que se tragaba a una fiera. En ese libro se afirmaba: "La serpiente boa se traga su presa entera, sin masticarla. Luego ya no puede moverse y duerme los seis meses que dura su gestación". Reflexioné mucho en ese momento sobre las aventuras de la jungla y a mi vez logré trazar con un lápiz de colores mi primer dibujo. Enseñé mi obra de arte a las personas mayores y les pregunté si mi dibujo daba miedo. — ¿Po qué habría de asustar un sombrero? — me respondieron. Mi dibujo no representaba un sombrero. Representaba una serpiente boa que digiere un elefante. Dibujé entonces el interior de la serpiente boa a fin de que las personas mayores pudieran comprender. Siempre estas personas tienen necesidad de explicaciones. Las personas mayores me aconsejaron abandonar el dibujo de serpientes boas, ya fueran abiertas o cerradas, y poner más interés en la geografía, la historia, el cálculo y la gramática. De esta manera a la edad de seis años abandoné la magnífica carrera de pintor. Había quedado desilusionado por el fracaso de mis dibujos número uno y número dos. Las personas mayores nunca pueden comprender algo por sí solas y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones.

— El principito. — dije. — Los recuerdas todos.

— Si.

— Los cuentos, aun existen, están en México, en la Hacienda ¿Te gustaría volver a México?

— Es a donde pertenecemos, vinimos aquí para tener España, una vez que sea nuestra, deberíamos volver a casa.

— Tienes razón ¿Estás cómodo?

— Es la cama más cómoda en la que he dormido en mi vida, a pesar de tener tantos inconvenientes quirúrgicos.

— Papá estaba hablando con el doctor que te operó, le dijo que, probablemente ya no fuiste más alto por todo el daño que sufriste, hubieras visto su rostro, quería volver a matar a Albert.

— Si de eso se tratara, papá mataría a Albert a diario.

— El caso de Ares de ha cerrado, iremos a casa, a llevarlo.

✟ ᴛʜᴇ ʟᴀꜱᴛ ʀᴏʏᴀʟ ✟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora