CAPITULO XXXV "DÍAS MALOS"

277 36 46
                                    

Tanto la mesa, como Chester, tenían claro que el problema radicaba en un solo hombre: Yoan

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tanto la mesa, como Chester, tenían claro que el problema radicaba en un solo hombre: Yoan. Aunque operaban por separado, tenían el mismo objetivo, por un lado, la mesa se había reunido, Dorian estaba reflexivo, necesitaba algo realmente bueno para poder llegar hasta el aún no proclamado rey del norte y para variar, rey del sur.

— ¿Alguien me puede explicar cómo es que Sebastian está con vida y nadie lo sabía?

— Todos murieron en ese yate, era imposible que sobreviviera.

— Pero lo hizo.

— ¿Cree que aún es un peligro? Está discapacitado, quiera o no, su vida es diferente, le falta una pierna, es una desventaja.

— Estoy de acuerdo. — respondió el arzobispo. — Encárgate de ellos, Dorian, si el maldito Palacios reúne a todos, será nuestro fin. — el año nuevo siempre tiene un toque especial, es como si nuestra cabeza se reiniciara cada trescientos sesenta y cinco días y nos permitiera volver a empezar, lo que Dorian no estaba tomando en consideración, es el hecho de que no era el único que tenía un año nuevo encima, habían pasado algunos días, el octavo, no había sido el mejor para Sebastian.

— ¿Chan?

— Duele. — susurró, Hailee lo abrazó, podía sentir en su espalda baja como se tensaba. — Es como si estuviera ahí, rompiéndose otra vez.

— Llamaré a Yoan. — el actuar inmediato siempre será factor, fueron cuestión de minutos para que una ambulancia llegara por Sebastian, era momento de probar el primer tratamiento de estimulación medular, Ashton y Wesh estuvieron ahí también, Yoan llegó al final.

— Bass.

— Es como si estuviera ahí.

— Oye, tranquilo, esperemos que funcione. — hoy no era día de prótesis, el dolor en estos casos suele devolver al paciente al momento en el que sufrió la lesión, el dolor llega a ser un indudable diez. Prepararon a Bass para la terapia, se mostraba incómodo, estaba incómodo.

— No dejen entrar a Hailee. — pidió Bass.

— Está bien, vamos, Wesh. — Ashton comprendió que, aunque quisieran, no podrían quedarse con él, salvo Yoan, quien monitoreaba el procedimiento. Dieron inicio, la estimulación le provocaba reflejos excesivos, respingos involuntarios y tensión en las extremidades.

— Funciona.

— Es el objetivo, te ves cansado.

— Estuve con la molestia toda la noche.

— Después de la sesión, podrás descansar.

— No estoy cómodo con esto.

— No importa, estás bien, es lo que interesa, es lo que nos interesa.

— No me siento bien conmigo mismo.

— Mamá te ayudará con eso.

— No quiero estar así.

✟ ᴛʜᴇ ʟᴀꜱᴛ ʀᴏʏᴀʟ ✟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora