Estando tan cerca de descubrir su verdadera identidad, Yoan Palacios incursionará la odisea de vuelta a casa topándose con toda especie de noticias.
Negado a seguir perdiendo, se sumergirá en turbias aguas con el objetivo de conseguir las respuesta...
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MIÉRCOLES 23 DE DICIEMBRE
Tal vez se pregunten por qué los días han avanzado tan rápido, pero, el punto radica en qué no ha pasado gran cosa, Jonathan se ha vuelto un amigo muy importante para mí, entiende mucho de lo que siento y yo entiendo mucho lo que siente, es un gran chico, ojalá se diera la oportunidad de volver a querer a alguien, considero que llegó su momento, lo merece y, sobre todo, lo necesita. No estaba tan contenta con esta fiesta de cumpleaños, mi viejo había decidido que sería buena idea celebrar antes de navidad, entiendo que él solo queré revivir mi ánimo, resulta un poco complicado, pero le agradezco enormemente el esfuerzo.
— Feliz cumpleaños adelantado, preciosa. — mis viejos, mis hermanos y mi bebé, entraron a mi habitación con un pastel por delante, Chani adora las luces de las velitas, jamás imaginé cumplir diecinueve años sin mi adorado Sebastian, me cantaron las mañanitas y nos hicieron algunas fotos, estaba muy contenta, por mi hermano que pronto será papá, por mis viejos que exhalaron con alivio al verme sonreír de forma sincera, y mi bebé, que era la razón por la cual no debería tener miedo jamás. Toda la mañana fue de preparativos, maquillaje, vestido y tenía a todas mis amigas aquí, felices, preparándose para una noche que tenía que ser diferente a las demás, merecía no llorar solo esta noche, sé que a mí Bass no le va a molestar eso por nada del mundo. De a poco, los invitados comenzaron a llegar, me senté en el balcón a mirar, hoy no llegaría un regalo de mi Sebastian y el corazón se me hacía pequeñito de tan solo pensarlo, lo extrañaba con mi vida y debo asumir que él se siente igual.
— Feliz cumpleaños. — me dijo Yoan mientras se acercaba, sonreí antes de girarme a mirarle.
— Hola. — me acerqué y le di un caluroso abrazo. — ¿Cómo estás vos?
— Discapacitado aún pero no me perdería este momento por nada del mundo ¿Tú?
— Es difícil no tener a Bass aquí, él fue capaz de hacerme memorias hasta en las cosas más insignificantes.
— Lo sé, me siento igual, cada que despierto en casa, lo primero que pienso es en qué Bass se burlaba de mi hermandad con Malik, hermandad de resultó ser del todo cierta.
— Siempre le dije que tuviera cuidado con lo que deseaba.
— Esto fue bueno, Lee, muy bueno.
— ¿Crees que él esté bien?
— Sabes que creo que no está ni bien ni mal, solo, no está, duerme y un día volverá.
— Me encanta tu fe.
— Gracias. — me ofreció una cajita. — Feliz cumpleaños de nuevo. — abrí la caja y me encontré con la medalla de Bass. — Me la dio el día de su boda, dijo que no podía casarse con eso puesto, pidió la guardara, pero ya que no se la puse devolver, creo que te pertenece. — hice un puchero.
— Gracias, Yoan.
— No tienes nada que agradecerme, daría lo que fuera por hacer tus días más felices.
