Estando tan cerca de descubrir su verdadera identidad, Yoan Palacios incursionará la odisea de vuelta a casa topándose con toda especie de noticias.
Negado a seguir perdiendo, se sumergirá en turbias aguas con el objetivo de conseguir las respuesta...
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— Esto es muy raro. — le dije a Malik mientras estábamos derretidos en el sofá de su departamento.
— Ya lo sé, pero si en veinte años no me acostumbré a entender que estabas muerto, me será fácil dejar de verte con ganas de azotarte contra un muro.
— Solo Merida puede hacer eso, tú no.
— Con que Rusia ¿No?
— No viví mucho tiempo en Rusia, vinimos a España cuando yo era muy pequeño, le comenté a Merida que, recordaba que mi español era sin acento.
— Es porque aprendiste español sin acento.
— ¿En dónde nací?
— México.
— Wow, es lindo México.
— ¿Fuiste?
— Y es un milagro que tu gente no me matara.
— Qué bueno ¿No?
— Sí, con Albert, en realidad nunca tuve una familia.
— Malditos dañados hijos de puta, mira que hacerte pasar por su hijo.
— El objeto era que ustedes me mataran, Albert creyó que tendría suficiente vida como para decirles, después de muerto, quién era yo.
— Imbécil, no te metas con un Palacios enojado, nunca.
— ¿Lo dices por papá?
— Papá es peligroso, pero para mí, que el abuelo Gib era peor.
— Se ve tranquilo.
— Tú también ¿Cuántas personas has matado?
— No llevo la cuenta.
— Deberías.
— ¿Tú?
— Yo si tengo derecho a no llevar la cuenta, tú eres un genio. — suspiré. — ¿Qué crees que haya sido lo de Balam?
— William. — suspiró.
— Yo también.
— Hará lo posible por sacarte del camino, pero hay algo que no encaja. — le dije mientras él buscaba algo entre sus pertenencias, me mostró una medalla de Woodstock, saqué la mía.
— El abuelo me la regaló, es nuestra reliquia, fueron diseñadas para estar unidas. — y sí, Woodstock de pronto se adhería a la espalda de mi Snoopy, sonreí.
— Deberíamos volver a usarlas ¿Qué dices Tock?
— Bien Snoop, me veré infantil y ridículo, pero puedo soportarlo.
— Estábamos hablando de William, hay algo que no me encaja en toda la ecuación.
— Está loco, es un envidioso, siempre quiso lo que los demás tenían, yo también, pero, yo no maté a nadie por eso, tú también deberías cuidarte.
