Estando tan cerca de descubrir su verdadera identidad, Yoan Palacios incursionará la odisea de vuelta a casa topándose con toda especie de noticias.
Negado a seguir perdiendo, se sumergirá en turbias aguas con el objetivo de conseguir las respuesta...
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SÁBADO 10 DE OCTUBRE
Will no había venido al departamento, así que, aproveché para ir a ver a Malik al hospital, tal vez a estas alturas del camino, ya no razono bien lo que debo y no debo hacer, pero necesito verlo, me dolía la pierna para caminar, pero fui fuerte, preparé a Montse.
— ¿Lista para ir a ver a papá? — sentía el corazón latiendo en mi estómago cuando escuché en la firma lo que había pasado, supe que Will había cumplido con su promesa y que yo me había equivocado dándole lectura. A mi arribo al hospital, me encontré con Balam, parecía algo hostil.
— ¿Puedo verlo? — tragó saliva, asintió y me abrió la puerta, abracé a Montse y entramos, el corazón se me derramó en el pecho cuando por fin lo vi.
— ¿Qué haces aquí Chiara?
— Vine a ver qué le pasó a la niñera de Montse. — dije con gracia, cuando lo único que quería, era llorar. — ¿Cómo estás?
— Me operaron la rodilla.
— Te dije que no estabas crujiente, era tu edad. — sonrió levemente, a pesar de tener el labio roto, era, es y será la sonrisa más hermosa que haya visto. — Respiras mejor, me dijeron que tenías problemas con eso.
— Aun los tengo, hablo con tanta pausa, como un asmático en estado grave, ni mi abuelo Gib, habla así cuando tiene crisis.
— Debes descansar, hablas demasiado, como siempre.
— Monche, ¿Por qué vienes con las manos vacías? Cuando vienes a ver a un podrido, tienes que traerle algo para que se pudra contento. — la pequeña Montse se quitó su chupón y se lo dio a Malik. — Vaya, ella quiere realmente que me calle. — me reí ¿Cómo podía hacerme reír, Malik, en estos momentos?
— Es tu regalo.
— Lo tomaré, pero me ofende muchísimo. — se lo devolvió, lo puse en su boca y volvió a succionar mientras le miraba. — Hermosa.
— Deja de decirle así, la harás ególatra como tú.
— No se lo decía a Montse, te lo decía a ti.
— Ya sé, sedante.
— Chiara, aprovecharé que puedo culpar al sedante de lo que voy a decir.
— Cállate mejor.
— No quiero callarme, puedo hablar y quiero decir que, he estado demasiado tiempo solo, realmente solo, creo que yo mismo me lo he buscado, cuando me fui de España, fue para encontrarme, creí que no había logrado nada, pero sí, entendí que de nada me valía tener todo, ser el mejor, estar en la cima y sin ti, soy un idiota, no me soporto, eres la única que me hace capaz de aceptarlo, porque me toleras y amas mi incapacidad para expresar amor, como yo creo amar lo estúpida y hermosa que eres.
— Malik.
— Déjame hablar, estoy inspirado y no hice pausas. — se aclaró la garganta. — Tal vez sea tarde, pero estoy tan idiota, que creo que será tarde hasta el día en que realmente me muera al carajo, me equivoqué Chiara, contigo, hui de ti, pero te diré la razón, no creí que fuera bueno para una mujer tan independiente y valiente como tú, y que entiendo que perdí, contra Will, que lo odio, por muchas cosas, porque tiene lo que, en primer término, no debí dejar ir, sé que tal vez no sirva de nada Chiara Fiorella Bianchi, pero creo que mereces saber cuan arrepentido estoy de no haberte detenido aquella vez y que, por primera vez en mi puta vida, voy a ser feliz sin ser egoísta, si eres feliz con alguien más, lo aceptaré como el hombre maduro que tal vez quisiste ver antes de volverte a enamorar de otro, fue mi culpa y no tienes porque sentir pesar, siempre voy a estar para ti, no importando qué pase, qué necesites, solo quiero que levantes ese teléfono y me llames Chiara, porque no estás sola, en realidad, nunca lo estuviste, pero ahora lo sabes, me tienes a mí, para siempre.
