CAPITULO XLII "TODO COMENZÓ AQUÍ"

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SEMANAS MÁS TARDE.

Después de todo lo acontecido, parecía que, por fin, Santiago tenía de la mejor opción al frente, Yoan había tomado decisiones importantes después de recibir el poder por parte de Eiden, de las primeras que tomó, fue realizar la coalición de los cuatro clanes, homologando el poder en los cuatro reyes: Malik por los Royal, Ashton por los Berserkers, Sebastian por los Nightmares y, él, por los Mishap, argumentando que sería incapaz de dejar a su clan sin rey y que, aunque la corona de los Royal le pertenece de igual modo, prefiere delegar funciones, es lo mejor para no volverse loco.

Fue así como la paz volvió a Santiago, los húngaros tomaron la sabia decisión de salir, pero todos sabemos que las cosas no se quedarán así, buscarán el modo de atacar a aquél que, según Arany, le había arrebatado su futuro.

Después de dejar todo claro y delegado, Yoan entregó el poder de los Mishaps a Wesh.

— ¿Por qué?

— Mi vida no está aquí, Wesh, mi vida nunca debió salir de Tequila y es a donde Jacquie y yo volveremos.

— Pues mi vida está aquí, pero Yuko...

— Se quedará si ella así lo quiere, me encantaría que vinieran todos, pero, sé que no se puede, estaremos frecuentando a los amigos, sin embargo, quisiera que vinieras, llevaremos a Ares a casa y me casaré con Jacqueline allá.

— Será un honor. — Está de más decir que toda la tripulación de Yoan ocupa casi la capacidad de un avión comercial, el arribo a Sinaloa fue complicado, Yoan, Sebastian, Ashton y Wesh fueron los encargados de bajar el ataúd de Ares, entraron decenas y decenas de personas a la guarida de los zorros, en donde yacen los Ponce. Después de la sepultura, los cuatro antes referidos se quedaron al final, mirando el nuevo lugar de descanso de aquel que, hubiera rebozado de felicidad al verlos juntos, como debió ser desde el inicio.

— ¿Qué pasará ahora? — cuestionó Ashton.

— Eso es lo que hace la vida interesante, Ashton, no saber qué mierdas puede pasar. — respondió Sebastian.

— Todos para uno. — Wesh puso la mano al frente, los demás hicieron lo mismo.

— Y uno para todos. — Yoan sabía que tenía que estar preparado para llegar a casa, así que prefirió quedarse en Sinaloa mientras preparaban la boda en Tequila, fueron los tres días más largos de su vida, en los que no había visto a Jacqueline.

— ¿Por qué estás ansioso?

— No lo sé.

— Tranquilo, todo saldrá bien. — le alentó Bass, y estuvo haciéndolo todo el vuelo a Tequila, llegarían al punto para la ceremonia, él con todos sus padrinos.

— Esperemos que la novia no se arrepienta. — todos miraron a Malik. — ¿Qué? Sería tonto de su parte, está embarazada, por Dios. — en cuanto Yoan pisó tierra tequilense los recuerdos le golpearon la cabeza, es como si pudiera volver a estar aquí, hace más de veinte años, pero no refirió nada al respecto y pensó mucho, lo que iba a pasar en el transcurso de estos primeros años como Yoan Palacios, el líder que todos habían esperado recuperar. Al arribo a Tequila, se prepararon para la ceremonia, Yoan se miraba en el espejo, incrédulo, solo rogaba por no estar soñando y despertar en aquel ático en donde Regina lo ocultaba después de una paliza por parte de Jason Albert Briar.

— ¿Estás listo? — suspiró y ladeó la cabeza.

— Por primera vez en mi vida, no lo sé, estoy experimentando muchas emociones juntas, papá.

— Es normal. — Eiden se acercó a su hijo y le acomodó el moño de la camisa, Yoan no es para nada diestro con estas cosas y este es el momento en el que les cuento un dato muy curioso: Yoan nunca superó la estatura de su padre y Malik se quedó muy cerca de hacerlo, Yoan es diez centímetros más pequeño, confirmando que en este caso, las estaturas de Roma y Eiden se combinaron para dar lo mejor de sí, en un metro con ochenta. — No pensé hacer esto algún día contigo.

✟ ᴛʜᴇ ʟᴀꜱᴛ ʀᴏʏᴀʟ ✟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora