CAPITULO XXVIII "DUCHA CON MUCHO JABÓN"

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— ¿Hijo? Yoan, no te duermas, no te duermas, despierta, despierta

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— ¿Hijo? Yoan, no te duermas, no te duermas, despierta, despierta.

— Eiden, cálmate, lo vas a lastimar. — Gamaliel se acercó. — Está vivo, pero está perdiendo mucha sangre. — sacó el móvil. — Alex, hijo, Yoan no está bien, necesito que llegues ya, Petitcito de mi alma. — miró por la ventana. — Están aquí. — ojalá pudieran ver lo que yo estaba viendo, los cuatro clanes, estaban aquí, norte y sur, marcando núcleos, Jacquie y Alex entraron.

— ¡Yoan! ¡Mi amor!

— Nos vamos, Jacquie, tenemos que moverlo ya. — Berlin y Wesh vigilaban la puerta.

— Está libre.

— Eiden.

— Roma.

— El niño.

— Estará bien.

— Váyanse, nosotros nos encargaremos del resto. — veía tan lejos el trayecto a la ambulancia, que no pude evitar marearme.

— Yisha.

— Tranquila, Roma, estará bien. — la sostuve, ya en la ambulancia, Alex y Jacquie hacían lo que consideraban prudente.

— Carajo ¿En dónde está Sebastian cuando lo necesitamos? Él era el segundo mejor conductor, el primero necesita la ambulancia.

— Vamos, Ghal, no te quejes, te enseñó a conducir, ahora mueve esta cosa al hospital que se nos acaba el tiempo, boludo del orto. — camino a la ambulancia, sostuve la mano de Roma, aun me pica el cuerpo, todo este tiempo estuve frente a mi hijo, casi lo mato en mas de una ocasión, por eso Albert quería que nosotros lo matáramos, para después informarnos que él, era mi hijo.

— Está estable, Alex.

— No debería atenderlo.

— No hay más médicos aquí, yo soy su padre, no puedo hacerlo, si tú no deberías, yo menos.

— Él operó a Malik, ya sabía que era su hermano.

— Esa es otra historia. — al arribo al hospital, Alex dio todas las indicaciones de lo que debía hacerse, sostuve a Roma, estaba tan nerviosa, que no paraba de llorar. — Cariño tranquila, estará bien, estará bien, él estará bien. — pasaban las horas, Gamaliel y el resto llegaron, mis padres, toda la familia, los clanes rodearon el hospital, mientras al resto, nos tocaba esperar.

— ¿Gamaliel? — estaba herido, pero no parecía importarle demasiado.

— Estoy bien.

— Tu esposa no pensará lo mismo. — nos reímos levemente.

— Lo va a lograr, tenle fe, ha soportado más de lo que cualquiera soportaría. — fueron cerca de ocho horas, pero yo sentí que me pasó la locomotora avasalladora del maldito día encima de mí, Alex entró a cirugía con Yoan, Jacquie estaba con el resto de las chicas, tomadas de la mano, esperando un milagro, solo un milagro más.

✟ ᴛʜᴇ ʟᴀꜱᴛ ʀᴏʏᴀʟ ✟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora