THINGS ━━ bakugan

0 9 3 | Masquerade [7]

— ¿De nuevo en tu mundo (T/N)?. — cuestionó Julie picando una de tus mejillas intentando llamar tu atención, cosa que logró.

— L-lo lamento. — formulaste con un tono carmín en tus mejillas, mientras que la de cabellos platinados solo sonreía.

— No te preocupes pequeña, — se acercó un poco a ti. — no le diré a nadie que estabas viendo al guapetón de Masquerade. — anuncio con una sonrisa burlona, mientras que el color carmesí se apoderaba aún más.

— Y-yo.. no.. — balbuceaste con vergüenza, aunque intentaras negarlo aquello era cierto. — por f-favor no le digas a n-nadie. — tomaste las manos de Julie, con esperanzas en tus orbes.

— Por supuesto que guardaré el secreto. — expuso la morena. — solo que deberías hacerlo menos seguido, otra persona podría gritarlo a los cuatro vientos. Como Jake. — ambas observaron al capitán del fútbol americano, quien estaba hablando en voz alta, cosa que causó pánico en ti. — nos vemos en el descanso. — se despidió la de cabellos platinados, mientras se sentaba junto a una chica de cabellos rubios y cortos.

  Nuevamente habías observado al joven de melena rubia, el cual se encontraba a unos asientos lejos de tí. Al instante apartaste la mirada con angustia, sabias que debías de dejar de actuar como idiota enamorada pero, no podrías.

  Cuando lo conociste el actuó serio, como siempre con cada una de las personas a su alrededor. Solo que hubo una con que te conmovió, el te había defendido de varias personas que intentabas robarte, cosa que hasta ahora le agradeces, desde ese día algo termino por enamorarte de el.

  No sabias si era su atractivo o valentía, ya que cuando estabas en aquel callejón nadie acudió a ayudarte, solo él. Aunque como Julie te lo dejó entender, no podrías seguir acusándolo con la mirada.

— ¿Porque es tan difícil?. — murmuraste en voz baja, mientras lo observaste de reojo.

  Habías intentado entablar una conversación con él, solo que debido a tu timidez aquello no había salido bien. Así que después de los diez intentos, decidiste que lo mejor sería no hablar con él, solo que ahora lo estabas apreciando como una acusadora, algo que no te gustaba mucho.

  Debías de concentrarte en otra cosa, debías dejarlo ir, porque después de todo el solo era un sueño lejano para tí.