THINGS ━━ bakugan

0 9 2 | Spectra Phantom / Keith Clay [8]

— Maestro Spectra, ¿que es lo quiere que haga?. — le preguntaste manteniendo tus manos en tu espalda, mientras que este solo bajan la mirada con frustración.

  Ambos habían llegado después de una derrota segura contra el terrícola llamado Dan Kuso, cosa que procovo que el se molestara demasiado ya que este era el segundo intento fallido por querer tomar al Dragonoid. Estabas observando atentamente cada acción del rubio, mientras que este solo retiraba su máscara de Spectra.

— No, nada. — formuló con una mirada, mientras que observabas a tu Bakugan.

— ¿Esta seguro?. — cuestionaste, insistiendo ya que realmente querías ayudarlo. — si quiere, podríamos hacer un plan para intentar derrotarlo para la próxima. — aconsejaste, mientras que él rápidamente se levantó de su asiento.

— ¡Eso es!. — exclamó dejandote confundida.

— ¿Si?. — afirmaste sin entender.

— Lo que debo de hacer ahora es planear un ataque sorpresa, de esa forma él no se lo esperará y después podré tomar a su Dragonoid perfecto. — expuso con claridad, a decir verdad aquello no lo tenías en mente.

  ¿Que podrías decir? Aquella persona te había tomado, de entre tantas opciones. Te había entrenado y finalmente así te habías convertido en su discípula, debías agradecer que estabas a su debida altura.

— Gracias por el consejo. — se acercó a ti tomando tus hombros, al instante tus mejillas se ruborizaron un poco. — ahora sólo debo pedir un poco de ayuda a el profesor Clay.

  Aquella persona te había cautivado y ciertamente no podrías negarlo. Es atractivo, inteligente, poderoso y siempre firme ante sus ideales. La primera vez que lo viste, observaste como es que sus orbes brillaban un poco después de contarte el plan que tendría contra la Resistencia y los Vexos. Él te había confiado su mano derecha y por ello nunca serias capaz de traicionarlo u algo parecido.

  Observaste como es que el te miraba con una ceja alzada, mientras se colocaba su máscara de Spectra.

— ¿Vienes?. — pregunto mientras abría la puerta de su habitación. — necesitaré una opinión acerca de aquel plan.

— Si, por supuesto. — te dirigíste hacia el de cabellos rubios con una diminuta sonrisa.

  Ni siquiera te habías percatado de en que momento aquello te había cautivado de otra manera, te habías enamorado de tu Spectra, harías lo que fuera para verlo feliz y sin ningún inconveniente que lo molestara.

  Por ahora sólo debías de acostumbrarte a ser su discípula.